ㅤㅤㅤchapter twenty nine

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UN GRITO DESAGARRADOR FUE LO QUE RECIBIÓ A RHAELLA cuando ingresó a la habitación de Rhaenyra y Waylan. La futura reina se hallaba recostada en su cama, con sus piernas abiertas mientras las parteras se movían por la habitación con paños húmedos, ayudando al maestre. Rápidamente, la mayor se arrodilló junto a su prima, posicionándose a su derecha mientras Waylan estaba a su izquierda sujetando su mano.

— Esto no debería estar ocurriendo, aún es demasiado pronto, faltaban semanas para la fecha estimada. —habló Rhaella hacia el maestre, tomando el paño húmedo que le tendía para remojar la frente de Rhaenyra que continuaba removiéndose y gritando adolorida.

— Es muy probable que todo el estrés que la princesa ha experimentado en los últimos días sea el desencadenante de todo esto, más aún teniendo en cuenta las últimas noticias.

— ¿Hay alguna forma de detenerlo? ¿De evitar que continúe hasta que llegue la fecha? —cuestionó Waylan, sus ojos cargados de preocupación y dolor por ver a su esposa en ese estado.

— No, me temo que no. Una vez que ha comenzado el trabajo de parto no tenemos oportunidad de revertirlo, y las posibilidades de que... de que el bebé sobreviva son escasas. —un jadeo escapó de los labios de Rhaella, sintiendo como sus ojos se empañaban producto de las lágrimas que se acumulaban en los mismos mientras Waylan sentía que su mundo se venía abajo cuando oyó las palabras del maestre— Quizás haya una posibilidad de salvarla, pero pondría en riesgo la vida de la princesa.

— No, si deben salvar a alguien que ese alguien sea Rhaenyra. —declaró Waylan— Ni siquiera lo duden, Rhaenyra es la prioridad, díselos Ella, diles que deben salvar a Rhaenyra. —rogó el joven con sus ojos cristalino y voz temblorosa.

Rhaella asintió, su mirada lila en el maestre— En verdad me duele en el alma saber que debemos elegir, pero si no podemos salvarlos a ambos entonces Rhaenyra será la prioridad, no podemos perderla, tienen que salvarla.

— Como ustedes lo ordenen.

Por unos cuantos minutos todo se mantuvo de la misma forma hasta que los dolores y los gritos de Rhaenyra comenzaron a hacerse más y más continuos, al punto de que la joven ya no podía siquiera hacer caso a lo que las parteras y el maestre le pedían.

— ¡Puje, princesa! ¡Debe pujar! —y así lo hizo, sujetándose con fuerza de las manos de Rhaella y Waylan, con el apoyo de ellos a su lado, la princesa pujó gastando las pocas fuerzas que le quedaban.

— ¡Ya basta, por favor! ¡Ya no puedo seguir con esto! —la desesperación en su voz no hacía más que aumentar las nauseas que Rhaella estaba sintiendo, un gran malestar invadiéndola al ver lo difícil que todo estaba siendo para Rhaenyra.

— Solo un poco más, ya estamos viendo algo, una vez más y todo será suficiente. —habló el maestre y a pesas de que ya le costaba incluso mantener sus ojos abierto, Rhaenyra hizo un último esfuerzo— Eso es todo princesa.

Rhaella alzó su mirada y la expresión en el rostro del maestre y la ausencia del llanto del bebé fue suficiente para comprender que no había sobrevivido, que la pequeña criatura había nacido sin vida. Un sollozo escapó de sus labios, aunque estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no romper en llanto, sabiendo que debía mantenerse fuerte y firme para Rhaenyra y Waylan que eran quienes más contención y apoyo necesitaban. El llanto de Rhaenyra inundó la habitación cuando el maestre colocó el cuerpo del bebé en sus brazos, notando lo pequeño que era su cuerpo y las deformidades que tenía gracias al parto demasiado prematuro.

— Era una niña. —murmuró una de las parteras, observando a la princesa con el bulto entre sus brazos.

— Nuestra pequeña Visenya. —susurró Waylan, las lágrimas bajando por su rostro mientras abrazaba con fuerza el cuerpo de Rhaenyra, que también lloraba— Nuestra pequeña, Rhaenyra, nuestra dulce niña.

DON'T BLAME ME | harwin strong - hotd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora