ㅤㅤㅤchapter three

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NO SÓLO HABIAN PERDIDO AL NUEVO INTEGRANTE DE LA FAMILIA luego del parto, sino que también habían perdido a Aemma en el proceso. La reina, su tía, esa mujer que había tratado de ayudar a Rhaella en todo aquello que había podido luego de la muerte de su madre y la había tratado con todo el cariño del mundo ya no estaba.

El sonido de las olas impactando con fuerza contra la orilla resonaba con fuerza en sus oídos, la brisa marina cargada de un aroma salado impactaba contra su rostro mientras sus ojos se encontraban clavados en la figura envuelta de Aemma uno metros más adelante, junto a la pequeña figura de Baelon, a quien Rhaella no había tenido siquiera la posibilidad de conocer antes de su fatídico final.

De pie a su lado se hallaba su padre, una mano colocada sobre su hombro con suavidad y la mirada perdida en el mar, con una expresión cargada de tristeza. Pero Rhaella sabía que aquello no solo se debía a la reciente pérdida de Aemma, la joven princesa sabía que su padre estaba recordando a su esposa Seraphina Tyrell, porque incluso a casi diez años de su muerte, el príncipe Maelys seguía sufriendo la falta del amor de su vida, porque una década seguía siendo poco tiempo para tratar de dejar atrás a aquella mujer que le había entregado su corazón y su alma.

Rhaella mordió su labio inferior con fuerza pensando en su madre y una sensación de vacío la invadió al notar que los pocos recuerdos que le quedaban de ella se hacían cada vez más y más difusos, al notar que comenzaba a olvidar como se era su rostro, como era su voz y como era incluso esa fragancia a rosas tan característica que Seraphina adoraba portar. Sintiendo como un nudo se formaba en su garganta y como una sensación de presión crecía en su pecho, la joven de cabello platinado respiró profundamente. "No puedes quebrarte ahora Rhaella, no puedes venirte abajo. Te necesitan, tu familia te necesita, Rhaenyra te necesita. No puedes dejarla sola, Rhaenyra necesita tu apoyo, así como ella te brindó el suyo." repetía en su mente una y otra vez, cerrando sus ojos con fuerza para evitar que las lágrimas que habían comenzado a acumularse cayeran por sus mejillas.

Finalmente, Rhaella abrió sus ojos y con su mirada ligeramente borrosa notó la figura de su tío Viserys a unos cuantos pasos, alejado de Rhaenyra, alejado de Daemon e incluso alejado de Maelys y ella, con su mirada perdida en los cuerpos de Aemma y Baelon y lo que parecía ser culpa inundando su rostro. Desviando su mirada, la princesa observó entonces a Rhaenyra que estaba frente a ella, con una postura rígida y sus puños apretados con fuerza a los lados de su cuerpo, Rhaella podía llegar a ver incluso como sus nudillos estaban blancos y como un pequeño hilo de sangre descendía por los mismos producto de la fuerza con la que estaba apretando sus puños, llegando a lastimarse con sus propias uñas.

Eso fue motivo suficiente para que Rhaella se liberara del agarre de su padre con suavidad y se acercara a Rhaenyra, notando como su prima lloraba de manera silenciosa, las lágrimas cayendo por sus mejillas con su mirada clavada en el cuerpo envuelto de su madre. Con delicadeza Rhaella tomó la mano de Rhaenyra entre las suyas para deshacer el puño y entrelazarla con la suya, soltando un suspiro cuando notó como la más joven apretaba el agarre y temblaba ligeramente.

— Puede tomarte el tiempo que sea necesario, todos esperaremos lo que haga falta hasta que te sientas preparada. —susurró Rhaella en alto valyrio, dedicándole una mirada cargada de comprensión y dulzura que Rhaenyra apreció enormemente— Sé que decir que lo lamento no va a alivianar tu sufrimiento, pero debes saber que estoy aquí para brindarte toda la ayuda que necesites Rhaenyra, no voy a dejarte sola.

— No quiero dejarla ir, no quiero perderla para siempre Rhaella.

La mayor entre las dos asintió, dedicándole una pequeña sonrisa— Lo sé, pero decirle adiós ahora no significa dejarla ir para siempre. Aquellas personas a las que amamos no nos dejan, ellas están siempre a nuestro lado, aunque no podamos verlas ni oírlas, mientras nuestro amor hacia ellas permanezca ellos siempre estarán cerca.

DON'T BLAME ME | harwin strong - hotd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora