Cuando la última persona cayó en coma una figura se materializó poco a poco.
Con un movimiento de su mano toda la niebla que envolvía el ambiente desapareció revelando lo que escondía en el interior.
Cientos de cuerpos de bestias, seres que una vez fueron animales pero ahora eran solo un eco de su pasado. Secos y corroídos deformado en seres que solo ansían sangre y carne, así como la energía que estas contienen.
Hizo una mueca de asco y apiló todas esas criaturas juntas antes de cerrar el puño y en cuestión de minutos esos seres se secaban cada vez más, la carne desaparecía poco a poco, y luego los huesos, de los huesos a polvo.
-" Del polvo naces y en polvo te convertirás"- la figura apartó su indiferente mirada antes de dirigirla al grupo de humanos que quedaba, miro con pena los cadáveres de los soldados, y a aquellos que estaban heridos y empezaban a cambiar.
Suspiro con pesar.
Ya no podía protegerlos más, esta es su calamidad y desde ahora deberán superarla por sí mismos.
Sus ojos se dirigieron a la joven rubia que se encontraba junto a una pelirroja, es de ella que podía sentir esa fluctuación de energía tan única y especial que lo había llamado.
Si ella no existiera es posible que él solo se haya quedado observando hasta que el juicio termine y su legado sea quitado.
Caminó sin prisas hasta ella y se arrodilló a su lado.
-Oh, qué pequeña más interesante tenemos aquí, dime niña, porque esta alma está envejecida? No perteneces a esta época y no deberías tener el poder de regresar. Así que dime cómo lo lograste al final? Y porque siento el alma de mi niño mezclada con la tuya?
El hombre extendió su mano a la cabeza de ella, y de su mano empezó a salir una luz cegadora antes que esta poco a poco se retirara.
-Así que así fue, pobre niña, has sufrido mucho pero ese fue tu destino y nuestra oportunidad. Eres la única que pudo resistir su don, esa es tu bendición, como solo tu alma pudo absorber su poder te lo dejare, si eres tú podrás incubarlo. Si eres tu nuestra especie y la tuya podrían tener una salvación.
La figura le entregó un huevo a los brazos de Ela antes de pinchar uno de sus dedos haciendo que la sangre goteara en el huevo y empezó a cantar una especie de hechizo.
Cuando terminó el canto su cuerpo empezó a desintegrarse en partículas de luz, él miró con amor a las dos figuras en el piso.
-El camino puede ser difícil mi pequeño príncipe pero tienes que perseverar, eres la última sangre de nuestra especie, la esperanza del clan, solo te pido que vivas y busques la felicidad.
Pero sin que él lo esperara su conciencia fue arrastrada y al volver a abrir los ojos se encontró en un lugar completamente oscuro.
Pasos se escucharon acercándose y la misma joven apareció, esta sostenía en sus brazos un bulto de luz dorada.
-¿Eres tú el que me lo dio?
El hombre miró a la mujer y a la luz para luego sonreír con ironía
-No esperaba que su majestad pudiera arrastrarme a tu mar de conciencia, fue mi error subestimar el poder de la sangre real incluso si esta aun no ha nacido. Dime pequeña como es que estas tan tranquila ante mi intrusión?
La joven le devolvió la mirada imperturbable.
-Porque mi alma está ahora ligada a este pequeño, él me dijo que nos uniste, que lo cuidaste y ahora yo lo cuidare, pero él también vio mi incomodidad y rechazo al tener a alguien unido a mi alma así que te trajo para que te expliques.
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noche de sangre
Teen FictionIsabella o Ela murió, murió en un laboratorio científico vendida por la persona que amaba. Por 10 años lo protegió de los zombis en un mundo apocalíptico, le ayudo a establecerse en la base, a tener seguidores pero para ampliar su poder el no tubo...