30.- Perfecto

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Sasuke

Después de terminar de desempacar Naruto me mostró toda la casa; explicándome el significado de algunas pinturas de la señora Kushina que decoraban toda la casa, además de mostrarme fotos familiares enmarcadas y colgadas en varios lugares de la casa, incluso ví algunas dónde estaba Karin de pequeña.

Sentí ternura cuando Naruto me mostró una pared donde había hecho varios dibujos con marcadores permanentes a los tres años y su mamá decidió dejarlos ahí.

La señora Kushina nos mostró todo su jardín y nos explicó que representaban algunas flores según su color.

Pasamos el día hablando de muchas cosas, aunque principalmente la madre de Naruto contó anécdotas de su familia y el dobe.

Adoré imaginar a un mini dobe haciendo pucheros por querer de mascota un zorro de nueve colas y llorando desconsolado al enterarse que solo tienen una. Claro que eso no lo detuvo y pegó ocho calcetines a un peluche de zorro que tenía.
La madre de Naru tenía una foto enmarcada sobre una repisa mostrando a un pequeño de cinco años cargando y mostrando orgullosamente un zorro de nueve colas.

Llegó la noche y Naruto parecía bastante impaciente por irnos a dormir.

- ¿Si recuerdas que solo vamos a dormir, cierto? - pregunté divertido mientras Naruto se quitaba su camisa.

- Lo sé, pero sabes que suelo dormir solo con un pantalón - respondió sonando inocente.

- Quiero tus manos quietas y mi ropa va a permanecer conmigo - advertí poniéndome mi pijama.

- Haces que me vea como un pervertido - respondió fingiendo indignación mientras se acostaba en la cama.

- Es lo que eres dobe, no me culpes a mi - contesté sonriendo.

- Pero solo soy tu pervertido - dijo con una sonrisa orgullosa tomándome por el brazo cuando pasé cerca de él para apagar la lámpara que tenía a su lado.

- Eres mí dobe pervertido que debe dormir ya - aclaré riendo, inclinandome para dejar un beso corto en sus labios y después alejarme rápidamente, me acosté al otro lado de la cama y le dí la espalda.

Lo escuché suspirar antes de acercar su cuerpo a mi espalda

- ¿Enserio no me dejaras hacer nada?, ¿eres tan cruel? - se quejó murmurando contra mi cuello con una mano deslizándose por mis muslos lentamente debajo de mi short holgado.

- Estoy seguro de que puedes sobrevivir - murmuré tratando de sonar indiferente, deteniendo su mano con la mía pero aún sin retirarla de mi muslo.

- No es tan fácil, sabes que me vuelves loco - se excusó acariciando cariñosamente mi piel con su pulgar.

Sonreí contra mi voluntad y me dí la vuelta.

- Tu ya estás loco, ahora déjame dormir o me iré a otra habitación - amenacé con tono amable y le dí un corto beso, que se convirtió en uno húmedo y largo cuando intenté alejarme y sostuvo mi rostro - Naru, no me distraigas - regañé recuperando el aliento.

- Tenía que intentarlo - respondió con tono derrotado, subió su mano a mi cintura acercándome para recargar mi cabeza en su pecho - bien, tu ganas, no intentaré nada...por ahora - dijo optimista y dió un beso en mi frente.

- Dobe pervertido - murmuré con una sonrisa cariñosa antes de cerrar los ojos y quedarme dormido escuchando el latido rítmico de su corazón.

El Amor No ExisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora