3.- Dobe - Teme

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Naruto

Estaba en mi habitación escuchando música mientras mi amigo y compañero de habitación; Shikamaru, observaba las nubes por la ventana.

Sin tener nada que hacer decidí ir a buscar algo de entretenimiento (o alguien) después de todo al día siguiente empezarían las clase y no sería tan fácil tener mucho tiempo libre.

Caminé afuera de la residencia, y ví la silueta atrayente de un doncel caminando junto a dos personas más, pero antes de que pudiera acercarme fui llamado por algunos amigos que me invitaron a pasar el rato.

Claramente pasar el rato significó terminar dormidos en el piso de mi cuarto a las 2 de la mañana. Y por lo tanto llegué tarde a mi primera clase.
Vaya forma de iniciar el semestre.

Siendo honesto ni siquiera presté mucha atención a las clases, ya que al ser inicio de curso solamente se repasaban algunos temas del año pasado. Así que pase la mayoría de mis clases platicando con mis amigos y viendo si encontraba algunas aventuras para mí cama.

Todas las clases fueron bastante aburridas; hasta filosofía, a decir verdad en un principio entre porque había muchas chicas y donceles ahí, y sería fácil encontrar a alguien para divertirme, pero con el paso del tiempo me resultó bastante entretenida.

Al entrar me senté en la parte de atrás para evitar el desastre de ruidos que era el salón.
Sabía bien la costumbre de Kakashi por llegar tarde a todos lados, entonces me dispuse a conseguir a alguien hoy, (ya que ayer ni eso pude hacer).

Y fue en ese momento que pude observar a un hermoso doncel entrar al salón, su blusa me dejaba ver uno de sus hombros, mostrando una piel blanca y seguramente muy suave, curvas envidiables pero no exageradas, cabello negro, unos ojos oscuros penetrantes y fríos, sus labios se veían finos y rosados. Tal vez con unos besos quedarían de un lindo tono rojo.

Se sentó algunos lugares y frente a mí, dándome la oportunidad de apreciarlo detenidamente. Terminé más interesado en ese doncel que en el tema de la clase, aunque Kakashi me ayudó a que me interesara el tema cuando mencionó el amor.
¿Por qué la necesidad de meter el amor en cualquier tema de la vida?
Casi me hacían sentir como un monstruo por no estar interesado, pero no es mi culpa que lo tengan tan idealizado.

Empezaba a hartarme de las respuestas de mis compañeros sobre su opinión del amor; cuando Kakashi le pidió al doncel de labios follables su opinión.

No me sorprendí cuando comenzó a parlotear sobre lo perfecto, hermoso y esencial que es el amor. Pero si quería follarlo después debía dejarle claro lo antes posible que eso no era nada necesario para ser feliz, así que lo interrumpí y dí mi nada humilde opinión sobre lo que dijo.

Aunque me llevé una pequeña sorpresa al escuchar su verdadera opinión sobre el amor, también sentí mi polla palpitar levemente cuando me mostró una sonrisa ladeada y burlona.
Al parecer no era tan ingenuo como pensé, al menos así no trataría de buscar algo más después de que nos acostamos.

No se que impulso me llevó a levantarme de mi asiento para presentarme y darle la mano, pero en ningún momento perdí contacto con sus ojos, tan atrayentes.

—Naruto Uzumaki. —le sonreí, imaginando lo mucho que me divertiría con él.

—Sasuke Uchiha. —respondió cortantemente, estrechando mi mano.

En efecto; su piel era malditamente suave, y sentí un escalofrío recorrerme cuando seguimos mirándonos fijamente durante varios segundos, hasta que Kakashi continuó con la clase.

Al terminar la clases estuve a punto de ofrecerme para acompañarlo a su residencia e invitarlo a una noche de diversión, pero antes de acercarme noté que mi prima Karin estaba afuera del salón, y a juzgar por la manera en que lo abrazó y le habló supuse que eran amigos.
Bien tal vez había una manera más fácil y divertida.

Había decidido ir a la habitación de mi “querida” primita Karin, con el pretexto de pedirle algún libro y ver si podía sacarle algo de información sobre el doncel, pero cuando llegué a la habitación y estaba por tocar noté que la puerta no estaba bien cerrada.

Estuve a punto de entrar y exigirle que me prestará algún libro de la escuela, pero al abrir un poco más la puerta me encontré con una imagen exquisita.
Sasuke, ese doncel por el que venía a investigar estaba inclinado buscando algo en un cajón, pero eso era lo de menos; el punto era que estaba vestido solamente con unas bragas negras de encaje, dándome una vista espectacular de su trasero, y esas piernas, su cintura.

Dios, la sangre se precipitó a mi polla antes de que terminara de procesar la belleza frente a mí.

Al parecer Sasuke no había notado aún mi presencia, ya que seguía buscando algo entre los cajones, probablemente ropa… Lo cual me llevó a pensar que si su ropa estaba ahí, él era compañero de cuarto de la loca.
Perfecto.

Me acerqué sigilosamente hacia él y cuando se irguió por completo, pegándome un poco a su espalda.

—Bonitas bragas, pero creo que tal vez deberías ponerte un poco más de ropa, o podrías resfriarte.


Sasuke

Después de que terminaron todas las clases del día, decidí tomar otra ducha para relajarme.

Para cuando terminé de ducharme, metí mi ropa en la lavadora y justo después de eso me dí cuenta de que no había traído un jodido cambio de ropa extra.

Estuve algunos minutos pensado que podía hacer, ya que ni siquiera había llevado mi celular, pero a fin de cuentas no había otra manera, además tenía entendido que Karin no estaría en la habitación así que podía cambiarme ahí.

Envolví mi cuerpo con la toalla tapando lo más que pude, y regresé casi corriendo a la habitación.
Afortunadamente no me crucé con nadie en el camino, y al llegar a la habitación Karin tampoco estaba.

Pero esa jodida voz.

Por un momento me estremecí al sentir la respiración y el cuerpo de la persona atrás de mí, pero rápidamente reaccione; girándome bruscamente y golpeando su mejilla sin pensarlo.

—¡Maldito pervertido! ¿Tú otra vez? ¿Qué carajo haces aquí? ¿Y quien te dio el derecho de acercarte tanto a mí, imbécil? – le grité molesto, mientras él se tocaba la zona que había impactado.

—Pero que agresivo, lindura, yo solo vine a pedirle un libro a mi primita Karin. Y por cierto deberías agradecer mi consejo —me contestó sonriendo cínicamente, y escaneándome con la mirada, entonces recordé que yo seguía solo en bragas.

Tomé rápidamente mi toalla y cubriéndome con ella.

—Bueno, pues como puedes ver Karin no está aquí, así que te sugiero que salgas, y regreses en otra ocasión, cómo consejo; podrías tocar la puerta. Y no volver a acercarte a mí de esa manera —respondí intentando mantener la calma.

—No te creas tanto, pequeño teme, solo quería ver de que estás hecho —me respondió con una sonrisa entre socarrona y coqueta.

—Deberías pedirle un libro de anatomía a Karin, entonces.
Me miró con molestia, pero quería que esto acabar ya, así que lo arrastré fuera de la habitación.

—Ve y pregunta a un maestro sobre el cuerpo humano, tal vez te lo explique con una canción para que seas capaz de entender. Yo le diré a Karin que viniste a verla —le sonreí irónicamente, cerrando la puerta en su cara.

—Teme engreído… —lo escuché murmurar del otro lado de la puerta, pero preferí hacer como que no oí nada para que se fuera lo más pronto posible.

Luego de unos segundos escuché pasos alejarse y terminé de vestirme.

Estuve viendo una serie durante un rato, hasta que recibí una llamada de Itachi y mamá.

—Hola, mi niño, ¿cómo te fue en tu primer día de universidad? —me preguntó dulcemente mi madre.

—Bastante bien, aunque las clases fueron aburridas, porque solo fueron presentaciones y actividades para conocernos mejor. —conté con fingido dramatismo.

—Hermanito, recuerda que te dijimos que debías ser un poco mas sociable.

—Y lo fui; ya tengo tres amigos, por así decirlo, pero van en segundo grado. —me defendí.

—¿Enserio?, que bueno, hijo, aunque me sorprende la rapidez con la que lo hiciste.

—La verdad una es mi compañera de cuarto, y ella me presentó a sus dos amigos. —dije restándole importancia.

—Bueno, al menos es un avance. —suspiró mi hermano.

Seguimos hablando un poco sobre mi día y el de ellos, durante al menos una hora, y luego de colgar continúe con mi serie.

Karin llegó acompañada de Suigetsu y Jūgo, y no supe como pero me terminaron convenciendo de que viéramos películas de terror en mi computadora.
Fue bastante entretenido y cuando nos dimos cuenta ya era de noche.
Suigetsu y Jūgo regresaron a sus habitaciones ( Suigetsu negándose a soltar el brazo de Jūgo), y Karin me platicó un poco de su día para distraer su mente de las películas.

Le dije que Naruto había venido a buscarla, claro que omitiendo todo lo demás, aunque de solo recordar a ese idiota me daban ganas de golpearlo, cómo bien dije, era solo un idiota, con el que no quería perder mi tiempo y pensamientos.

A Karin se le hizo raro que Naruto la buscará para eso, pero me agradeció por avisarle y siguió hablando de varias cosas hasta que se quedó dormida.

—Dobe. —murmuré antes de caer igualmente rendido al sueño.

Naruto

Joder, ese doncel sabía golpear.
Me toqué mi mejilla inconscientemente al recordar su golpe.

Ni siquiera lo había tocado, y tampoco es como si su cuerpo tuviera algo de que avergonzarse.

Era difícil conciliar el sueño teniendo en mi cabeza la imagen de Sasuke en bragas, y su sexy ceño fruncido.

Cuando finalmente el sueño comenzó a alcanzarme; mi último pensamiento fueron bragas negras y ojos oscuros.

—Teme. —susurré para después quedarme profundamente dormido.

El Amor No Existe                    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora