YARON.
Sus piernas eran suaves, y su coño estaba realmente húmedo. Deseaba que la follara contra la pared.
Otra chica más, que está a mi disposición.
Me adentro en ella y dejo que el placer corra por todos mis nervios.
La jalo del pelo y tiro con fuerza, agarró su culo y le palmeo con fuerza.
—Eso es puta dame todo tu dolor—gimo en su oído.
Se que la duele como estoy tratando su delgado cuerpo, pero yo solo inflijo dolor.
—Yaron, me haces daño —grita de dolor cuando sigo golpeando sin detenerme su redondo culo, mientras mi polla se clava y sale de su vagina.
—Cállate joder—ordenó y vuelvo a tirar de su pelo. Aguanta el grito, sabe que ya no puede decir ni una palabra o la mato.
Joder, que bien sabe el dolor, sus lágrimas corren por las mejillas y no me importa. Solo esta para darme placer a mí.
Le doy un techo, trabajo y comida. Eso es demasiado de lo que yo siempre ofrezco.
Sus erectos pezones están contra la fría pared, tiro de ellos sin cuidado, y traga duro.
Estoy en el santo cielo, cuando pertenezco a un lugar por debajo de la tierra.
Acabo dentro de ella, no todo lo pongo en su interior , dejo que gotas empapen su clítoris y sus labios vaginales, acaban bajando por sus lindas piernas.
Me separo de ella y contemplo la obra de arte. Su culo tiene bien marcadas las palmas de mis manos. Su cabeza se torna roja de tanto llorar, tengo un mechón de su pelo en mi mano; y la areola de su pecho esta inflamada por los tirones que le di.
—Vete a tu cuarto, date una ducha, toma la pastilla y vuelve a tu trabajo.
Las chicas, que limpian, cocinan y están pendiente en general de la casa, también son mis chicas para follar. No quiero putas. Estas mujeres me pertenecen.
En verdad todo me pertenece.
Salgo del cuarto donde follo, no, yo no necesito cuartos rojos como el caramelo de "Cincuenta sombras de Grey". Yo follo en una habitación normal, con su cama sus paredes negras y un baño pequeño.
Para que más, no necesito ese tipo de lugares para infligir dolor.
Al llegar a mí cuarto, ya desnudo, me da igual que mi personal me vea así, es mi maldita mansión y hago lo que quiero.
Solo están las amas de casa y mis guardaespaldas, y a todos los controlo yo.
Voy directamente al cuarto de baño, la ducha me relaja. Dejo que el agua corra por la piel, liberando todo el sudor.
Cuando salgo, después de una eternidad, me coloco mi ropa, unos pantalones de seda negros y una camisa blanca. No soy de corbatas, ni chaquetas, pero si me las tengo que poner me las pongo.
La puerta suena y doy permiso de mala gana.
—Yaron, hemos encontrado al hijo de puta que mato y violo a su novia—dice mi mejor amigo y mi aliado.
—De acuerdo, vamos al lío —digo con una sonrisa siniestra.
—Adoras producir dolor ¿Verdad?— dice bromeando.
—Sí lo sabes para que preguntas—le doy una palmada y bajamos al subsotano.
Sí, estaba el sótano donde teníamos más coches. Más que eso era una tapadera. Para que nadie supiera donde se encontraba el lugar donde torturaba a mis víctimas.
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Averno
Teen FictionYaron Meier es Lucifer. Ocupa su trono plateado, es el dueño de su ciudad. Nadie mueve un pie sin que él observe y castigue. Si te atreves a tocar algo que es suyo, arderas en el caldero de Satan. Alessia Bianco es la nueva caza del diablo. Y eso le...