YARON.
Cuando llegue a la mansión todo parecía en silencio, un escalofrío corrió por mi espalda hasta helar cada parte de mi ser.
Saco la pistola de mi espalda.
Inspeccionó la casa con sumo cuidado. En la planta de abajo no hay nadie, en la planta de arriba tampoco, solo las chicas haciendo su trabajo.
—Meteros en la habitación, no salgáis hasta que vuelva a venir —ordenó con urgencia. Saco el teléfono y ordenó a Daven que venga a la velocidad de la luz.
Seguí mi expedición por el jardín solo estaban mis hombres en sus puestos.
—Vosotros conmigo —grite de la rabia, mi corazón estaba en desenfreno.
Algo me decía que mi pálpito era real. En un momento pensé en Alessia pero no había tiempo de sacarla y no iba a cometer el riesgo que saliera corriendo, allí de todas formas estaba segura.
Bajamos al garaje, había hombres muertos. La furia llegó a mi cuerpo cuando mis ojos se puso en esa mirada, las luces del coche se encendieron.
—No se como has escapado, pero sal del maldito coche —grite apuntando en dirección a su cabeza.
—Ya hemos hablado de esto Yaron, eres incapaz de apretar ese gatillo —su sonrisa me envenena la sangre.
Sin pensarlo, disparó o la rueda del coche, no va a salir de aquí, jamás lo hará, me da igual perder una rueda cuando me puedo gastar el dinero en reponerla.
—Que mala puntería —sale del coche.
Su desnudez es iluminada por los faros del coche. Se coloca en medio de ellos.
Nuestras miradas se cruzan y mi sangre empieza a dejar de circular, cuando se sube al capo y empieza a abrir sus piernas lentamente, sin dejar de sonreír.
Con una mirada mando a mis hombres a sus puestos. Nos quedamos solos.
Mueve sus piernas hasta que está totalmente expuesta, indica con su dedo que me acerque.
—¿A qué demonios estás jugando Alessia? —me quedo estático.
—¿Te gusta como he dejado a tus hombres? Es una vista preciosa, ¿No crees? —vuelve a indicarme que vaya.
—¿Cómo has conseguido escapar? —preguntó sorprendido.
—Muy fácil, haciendo una llave con mis piernas al cuerpo de un empleado tuyo —ríe.
—¿Quién coño te crees para poner todo patas arriba?—grito muy enfadado.
—No te hagas, sabes que te he puesto cachondo, vas a venir o tendré que ir yo.
—Alessia, no me toques los huevos, ya estoy harto de ti, hubiera estado más tranquilo si te hubiera matado —la miro a los ojos.
—Pues hazlo diablo, arrebátame la vida —sonríe otra vez con esa cara de niña buena.
Disparó a su clavícula izquierda, cae al suelo gritando de dolor.
—Adiós Alessia buen viaje al infierno —le doy la espalda y tocó el llamador a mis hombres desde el móvil.
No va a morir eso seguro, le dolerá unos días, se recuperará rápido. Luego siento un dolor en la pierna, y otro en mis costillas.
Caigo rendido al suelo, escuchando su maldita risa.
—Maldita hija de puta —dije para mí, mientras se clavaba el dolor y la sangre sale a borbotones.
Arrastró mi cuerpo como puedo, miro hacia atrás, Alessia está desmayada. Me da igual lo que la pase. Cuando se trata de supervivencia solo miras por ti mismo. Y seguro que yo iba a acabar más mal parado que ella.

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Averno
Teen FictionYaron Meier es Lucifer. Ocupa su trono plateado, es el dueño de su ciudad. Nadie mueve un pie sin que él observe y castigue. Si te atreves a tocar algo que es suyo, arderas en el caldero de Satan. Alessia Bianco es la nueva caza del diablo. Y eso le...