Nolam
Sequé con suavidad las lágrimas de Joel cuando terminó de contarme como había ido su quedada con Rosa. Por respeto a la chica no me contó todo, no lo hizo entrando en detalle ni ahondando en la vida personal de ella. Se limitó a explicarme lo mal que lo había pasado en su vida por culpa del bullying causado por el camarero que en su cita anterior les había atendido. Aquella noche llegamos a una nefasta conclusión: detrás de cada sonrisa podía haber una historia llena de sufrimiento.
―La voy a echar de menos ―me confesó el día que tenían su última cita oficial.
Acomodé su camisa por mera tradición. No había nada que arreglar de esta, pero me gustaba mantener aquella costumbre que continuábamos teniendo aun cuando nuestra relación había sufrido grandes cambios. Antes de marcharnos me despedí con un suave beso en sus labios.
―Lo sé ―dije antes de desaparecer.
La cita era por la noche y habían quedado en un restaurante italiano para cenar. Los olores del lugar impregnaban mis fosas nasales mientras fingía que no me hacían sentir nada. Me dije a mi mismo que aquel lugar sería otro de los muchos al que acudiría cuando volviese todo a la normalidad. Aunque aquella posibilidad se encontraba a años luz. ¿Qué iba a hacer cuando Joel llegase a su tercera cita? Por más que evitase eso, sabía que tarde o temprano llegaría ese momento de nuevo. Quedaban dos chicas aún por conocer, pero el tiempo no corría a nuestro favor.
―Mira... ―murmuró Rosa con una comedida sonrisa mientras le enseñaba las uñas pintadas de un color rosa palo―. Me las he pintado esta mañana.
―Te quedan genial. ¿Te gustan?
―¡Me encantan! Aunque estaba un poquito nerviosa de salir a la calle con ellas así. Y también llevo ropa interior rosa ―confesó más bajito, ruborizándose.
―Ah...
―Pero hay algo más. Antes de que acabe la semana quiero pintarme las puntas rosas. ¡Estoy muy nerviosa! Y más adelante lo haré con todo el pelo ―explicó con emoción.
A Joel se le veía feliz ante cada noticia que su cita le revelaba. Aquellas palabras que fuera de contexto sonaban bastante extrañas tenían un significado muy importante para la chica.
―No sabes lo mucho que me alegra saber todo lo que estás avanzando.
―Gracias. Me alegro mucho de haberte conocido.
―Yo también ―confesó Joel con sinceridad.
Cuando la cita llegó a su fin, ambos se fundieron en un tierno abrazo en un banco cerca del local donde habían cenado.
―Espero que te vaya muy bien en la vida ―dijo Rosa con una encantadora sonrisa.
―Yo también espero que te vaya genial y estoy convencido de que así será. Y no te preocupes por lo que planeas hacer, es normal que estés nerviosa pero es otro gran paso en tu vida.
―Lo sé ―le dio la razón―. No sé cuándo lo haré, pero cuando llegue el momento de atreverme me quedaré bastante a gusto de decirle cómo me he sentido todo este tiempo por su culpa. Tampoco es que me guste que la gente se sienta mal pero es una conversación que necesito tener. No busco que me pida perdón y aunque lo hiciera no tengo intención de aceptar sus disculpas, solo quiero que sepa que sus palabras y todo lo que hizo en nuestra adolescencia me hizo daño.
―Siento no poder estar ahí cuando llegue ese momento ―dijo con voz apagada―. Ojalá poder apoyarte cuando eso ocurra.
―Con eso me basta, Joel. En este poco tiempo me has demostrado mucho. Y no sabes lo agradecida que estoy contigo.
Se dieron un nuevo abrazo donde se pudo apreciar alguna que otra lágrima por parte de ambos.
―¡Cómo pasa el tiempo! Hace nada me estaba despidiendo de Rosa y mañana ya tengo que conocer a una nueva chica ―la voz de Joel sonó con pesar.
Extendí mi brazo y lo atraje hacia mí, apretujándole contra mi cuerpo mientras le llenaba de besos en la cabeza y la cara. Nos encontrábamos tumbados en la cama y no teníamos intenciones de levantarnos aquella mañana. Era uno de esos sábado en los que lo que más me apetecía era quedarme allí con su agradable compañía. Tenía que realizar informes pero lo había pospuesto para la tarde.
El móvil del chico más guapo de la casa comenzó a vibrar repetidas veces y alargó su mano para cogerlo. En seguida se le dibujó una de sus preciosas sonrisas en el rostro, de esas que tanto me encandilaban.
―Mira, mira ―dijo enseñándome el móvil―. Es la excursión que te dije a la que iba mi familia.
Observé las fotos que con ilusión me mostraba. En cada una de ellas se veían felices. Aquellas sonrisas traspasaban la pantalla y reconfortaban.
―Un día te vas a venir con mi familia y conmigo y lo pasaremos en grande ―concluyó cuando terminamos de ver las fotografías mientras escribía algún que otro mensaje en el grupo que tenía con su familia.
Él no había ido a la excursión porque al día siguiente tenía una cita y era un fin de semana el viaje que su familia había organizado. Pero pronto irían a otro donde él ya se había apuntado.
―Me encantaría ver fotos de tu familia, nunca he visto ninguna ―comentó de pronto mientras estábamos en silencio haciéndonos algún que otro mimo.
Aquella sugerencia me hizo recordar algo: hacía tiempo que no veía ninguna foto de mi familia. De pronto noté un nudo en mi estómago y la cabeza me empezó a palpitar. A parte de Joel de encima con riguroso cuidado y fruncí el ceño.
―Deben de estar por ahí en la habitación donde guardo de todo. Quizás en algún cajón.
―¿Me las enseñas?
―Me da pereza levantarme para eso.
―¿Quieres que las busque yo? ―propuso y yo asentí con la cabeza.
―Si quieres, hazlo. Pero te advierto que hay muchos trastos ahí metidos y lo mismo no las encuentras. Si ves que a simple vista no están lo dejas, ¿vale?
―Las encontraré ―concluyó con decisión―. Ve preparando mientras el desayuno, que tengo un hambre voraz.
Antes de levantarse nos besamos durante un largo rato que se me hizo corto. Siempre se me hacía breve los momentos que compartíamos juntos. Me sabían a poco y quería más. Sin embargo, era consciente de que llegaría un momento en el que todo alcanzaría su fin. No estaba preparado para vivir algo así, para tener que despedirme.
💘🏹💘🏹
¡Hola! ¡Ya está aquí un nuevo capítulo!
Nos despedimos de Rosa pero con un cambio en ella que poco a poco está consiguiendo.
Otra nueva cita está por aproximarse, ¿cómo irá?
Joel va a buscar fotos de la familia de Nolam, ¿las encontrará?
¡Os espero en el próximo capítulo! ¡Espero vuestros comentarios! Me encantaría leer vuestras opiniones
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Tu cupido personal
Teen FictionUna serie de absurdas desdichas unieron a Joel y Nolam. Al primero, el aburrimiento le hizo instalar una aplicación de citas para encontrar el amor, lo que provocaría en su vida un giro radical. El segundo trabajaba allí y nunca había incumplido las...