Capítulo 34: Sueño

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Nolam

El día que conocimos a Sofía había sido el que, por diferencia, había tenido más trabajo. Por la mañana había acompañado a una de mis clientas a su última cita y, como esperaba, el amor no había surtido entre ellas. Al medio día había tenido que asistir a una cita no oficial de uno de mis clientes. De aquella me tuve que ir antes de que terminase pues decidieron culminarla en un acto pasional en el coche de la chica de la cita y, como era evidente, los cupidos sobrábamos.

A penas había visto ese día a Joel, pues a mi día intenso de trabajo se unía el hecho de que él había comido con algunos de sus compañeros de trabajo. Lo único que deseaba mientras esperaba de pie a que la cita terminase, era llegar a casa y dormir. Ni siquiera me veía con fuerzas para pasar un rato con Joel para llenarnos de besos, por muy tentadora que fuese la idea.

Sofía era una chica bastante sencilla. Lo reflejaba tanto a la hora de hablar como a la de vestir. Se había puesto unos vaqueros anchos acompañados de una sudadera verde. Llevaba un poco de maquillaje y su pelo liso no tenía signos de haber sido alterado. Eran destacables sus ojos azules que combinaban con el castaño de su cabello. A pesar de tratarse de una tarde amena, seguía deseando volver a casa y dormir toda la noche. Lo malo de hacerme la cena era que tendría que ser de forma manual, porque usar la magia haría que me durmiera en mitad de la cocina. Descarté la opción de que Joel me pidiera algo de comida, porque si por alguna razón el pedido tardaba, el sueño me vencería.

La voz melódica y relajada de su cita tampoco acompañaba, pero tenía que guardar la compostura y evitar los bostezos que querían salir de mi interior. Aunque maldijera y me cabrease por haber tenido tanto trabajo en el mismo día, tenía que reconocer que parte era culpa mía por haberlo alterado todo consiguiendo ser el cupido de Joel. Seguramente quien le había tocado previamente de cupido, estuviese en aquel momento también con sobrecarga de trabajo o con los horarios de citas descolocados.

―¿Cómo acabaste en la aplicación? Yo he estado en varias y ninguna me ha gustado. He quedado con chicos que iban a lo que iban y acabé desanimándome. Pero cuando probé esta vi un gran cambio. Con eso de la compatibilidad...

―Lo mío fue por aburrimiento. Venía en el autobús jugando a un juego y necesitaba una vida para seguir con el nivel en el que me encontraba, así que vi un vídeo y me salió un anuncio de Tu cupido personal.

―¿Qué?

Sofía comenzó a reír contagiándole la risa a Joel.

―Pues curiosa anécdota.

Me alegré internamente cuando se despidieron y nos marchamos de allí dirigiéndonos al lugar donde tendríamos que fingir despedirnos.

―Nos vemos en casa ―susurró con las manos en los bolsillos.

Me encantaba la sonrisa inconsciente que se le formaba siempre que decía aquella palabra. Sobre todo cuando la nombraba para identificarla como nuestra. Se mordió suavemente el labio inferior y yo deseé llegar a casa para besarle. Estaba con mucho sueño, pero no quería acostarme sin darle al menos un beso.

―Se te ve muy cansado ―comentó―. Como llegarás antes que yo, que sepas que en el frigorífico hay comida. Solo tienes que meterla en el microondas.

Sonreí embobado. Por un momento me planteé si acabaría más agotado regresando a casa con magia o andando. Decidí que lo importante era comer para poder acostarme y mis tripas me decían que las alimentase rápidamente.

―Nos vemos ―dije antes de chasquear mis dedos.

Mientras calentaba la comida bostecé repetidas veces sintiendo que los párpados se me caían. Tenía que resistir para cenar y para, al menos, darle las buenas noches a Joel con un beso. Mientras la carne en salsa de zanahorias se calentaba, me puse el pijama en la habitación, rechazando repetidas veces a mi sugerente cama que con su presencia me tentaba a tumbarme.

Joel llegó cuando llevaba la comida mediada. Lo primero que hizo fue rodearme por detrás y darme un beso en la cabeza, haciendo que el bostezo que comenzaba a producírseme se transformara en una mueca gracias a la sonrisa que se dibujó en mi rostro. Al menos es cómo imaginé que habría quedado ya que me fue imposible no sonreír.

―Hoy estás muy cansado.

―No imaginas cuánto. Ha sido un día bastante duro. Lo único que tengo es ganas de acostarme. Porque tengo hambre y me encanta como cocinas, sino ya estaría durmiendo ―le conté.

―Pues cuando termines deja las cosas en la mesa que yo las quitaré después. Tú descansa ―dijo dándome un beso en la mejilla.

La cena se me hizo eterna pese a la presencia de Joel que la debería de hacer más amena.

―Buenas noches ―dije levantándome y dándole un suave beso en los labios―. Mañana tengo el día libre, así que cuando vengas de trabajar tenemos el resto del día para los dos.

―Esa idea me encanta ―dijo devolviéndome el beso―. Yo me quedaré un rato viendo la tele y luego voy.

Ni siquiera me enteré cuando se acostó, cuando me tumbé en la cama caí rendido en el mundo de los sueños.

💘🏹💘🏹

¡Hola! ¿Cómo estáis? ¡Ya estoy aquí con un nuevo capítulo!

En esta ocasión hemos conocido a Sofía, la nueva cita de Joel. Sin embargo, no hemos podido saber mucho de ella porque la sobrecarga de trabajo de Nolam hizo que estuviera todo el rato con mucho sueño.

¿Qué os ha parecido el capítulo? ¡Nos leemos en el próximo capítulo!

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