20

984 99 57
                                    

Todos se encontraban almorzando en la mesa de los Harrington, habían bromas, pequeños gritos, y bastantes risas. Steve se sentía lleno, las personas más importantes para él estaban ahí, a excepción de Max, ya que aún se encontraba en el hospital. Lastima que no pudiese tenerlos ahí para siempre.

-Bueno, Dustin, Lucas, Erica, a recoger.- habló Eddie levantándose de la mesa con su plato ya vacío. -Ya nos vamos.- los chicos previamente mencionados se quejaron, pero Eddie les dio una mirada severa, de esas que eran escasas en él y contra las que no podían discutir, y se levantaron a lavar sus platos.

-Pero, ¿Por qué?- preguntó Steve con un semblante de decepción. -Quedat- quédense un rato más.- puso ojos de cachorro intentando convencerlo.

-Harrington, puede que te veas demasiado lindo haciendo eso, pero no me vas a convencer.- dijo decidido. -Tengo cosas que hacer, soy un chico ocupado.- fingió seriedad.

-¿Qué cosas?- preguntó el castaño.

-Lo normal, ayudar a mi tío en casa.- dijo mientras acomodaba la silla en la que había estado sentado. -Y luego tengo ensayo con la banda.-

-Como sea, tampoco es que me guste tenerte aquí molestándome, lo decía por los chicos.- se encoge de hombros fingiendo indiferencia.

-Rompes mi corazón, Stevie.- colocó su mano derecha en el lugar de su corazón, fingiendo un gran dolor. Steve solo giró los ojos y luego lo observó marcharse a la cocina para lavar su plato, al igual que los chicos.

-Nosotros también tenemos que irnos.- habló Nancy, levantándose junto a Jonathan y sus hermanos.

-De acuerdo, Robin y yo tenemos que ir a trabajar dentro de un rato.- también se levantó.

-Mierda, es cierto.- dice Robin, quien había estado distraída conversando con Once, hasta que escuchó la mención de su nombre.-

-Robin, lenguaje.- regañó Steve. -Hopper nos va a matar uno por uno si Ce llega diciendo ese tipo de cosas a su casa.-

-Perdón.- sonrió inocentemente.

...

Eddie se había encargado de dejar a los chicos uno por uno en sus casas, sanos y salvos, para luego dirigirse a la propia. Una vez aparcó frente a su trailer comenzó a escuchar a sus vecinas hablar, obviamente el tema de conversación era él, como ya se había hecho costumbre. Se había vuelto parte de su rutina diaria, escuchar a sus vecinos hablar mierda de él, y ni siquiera lo hacían en voz baja, era como si tuviesen la intención de que él escuche cada palabra. No podía negar que le afectaba un poco, pero trataba de ignóralos, después de todo, no podía hacer más.

-No sé cómo puede seguir viviendo aquí después de lo que hizo.- comentó una de las señoras.

-Es un descarado.- añadió la otra.

Entró a su hogar, inmediatamente saludó a su tío, que se encontraba en el sofá mirando la televisión, hoy era su día libre.

-Cariño, te dejé el almuerzo en la cocina.- le informó con una sonrisa.

-Gracias, tío, pero ya comí en casa de Harrington.- le sonrió de vuelta.

-Esa ropa es de él, ¿no?- preguntó curioso. -Nunca te he visto usar algo así.-

-Ah, sí, es que no llevé pijama y me prestó esto, no es la ropa más cool, pero al menos es cómoda.- soltó una pequeña risa, siendo seguido por su tío.

-Ese chico Harrington parece un buen muchacho, me cae bien.-

-A mí también, tío, a mí también.- caminó hasta su habitación, estaba hecha un desastre, se dispuso a limpiarla, para luego hacer lo mismo con toda la casa.

...

Eran aproximadamente las diez de la noche, cuando Eddie caminaba de regreso a casa. Había tenido un largo ensayo con su banda, era una de las pocas cosas que aún lo hacían sentir "normal" como si nada hubiese cambiando, como si no tuviese la fama de ser un asesino en serie a pesar de que ya habían limpiado su nombre. Sabía que la gente no lo dejaría en paz así por así, buscaban un culpable y él era el candidato perfecto, por el simple hecho de ser diferente en un pueblo tan pequeño y retrograda como Hawkins.

Escuchó un silbido a sus espaldas, silbido que luego fue remplazado por una voz.

-Miren a quién tenemos aquí, pero sí es Eddie el asesino Munson.- reconocía esa voz perfectamente, por lo que decidió ignorarla y seguir con su camino. -¡Hey, Freak! ¡¿Pensaste que faltando el viernes te ibas a librar de mí?!- siguió hablando a sus espaldas. -¡Oye te estoy hablando, maleducado de mierda!- sintió como la mano de Jason se enrollaba en su brazo de forma brusca, luego tiró de él hasta girarlo por completo. Eddie tragó en seco viendo qué no era sólo Jason, claro que no, habían cuatro estúpidos más con él.

-Déjame en paz, ¿sí?- intentó girar y seguir su camino, pero un puñetazo en su mejilla lo detuvo.

-¡¿Paz?! ¿Qué hay de las personas que mataste? ¿A ellos les diste paz? ¡¿A Chrissy le diste paz?!- comenzó a alterarse, y dio dos golpes más en la cara del rizado.

-¡Yo no los maté!- gritó, con lágrimas formándose en sus ojos por el recuerdo de Chrissy golpeándolo una vez más.

-Te lo dije antes y te lo repito ahora, a mí no me engañas, maldito asesino.- hizo una seña a sus amigos para que sostuvieran al rizado, y así lo hicieron. -Tú no mereces paz. Sólo mírate, siempre has sido un maldito raro, debimos haber sospechado de ti hace mucho.- resopló una risa. -Ni siquiera tus padres pudieron aguantarte, ¿Por qué debería hacerlo yo?- un golpe más. -Si tus propios padres te abandonaron, ¿crees que alguien podría quererte, Munson?- dio un puñetazo en el estómago del rizado, las lágrimas comenzando a acumularse en sus ojos. -¿Qué pasa? ¿El huérfanito quiere llorar?- Otro puñetazo más. -La gente como tú no merece ser querida, ¡Eres una puta aberración!- golpe tras golpe, Jason comenzó a descargar su ira.

Eddie sólo soltaba alaridos de dolor, ya ni siquiera se mantenía erguido, había dejado que todo su peso sea cargado por los alcahuetas de Jason. Suspira con su cabeza baja, recibiendo los golpes en su estómago.

-¡Mírame cuando te hablo!- lo tomó de la barbilla bruscamente, haciendo que esté lo mirase. -Eres una puta miseria, es más, ni siquiera eso llegas a ser. No eres nada, Eddie Munson, Nada.- lo soltó e hizo una seña para que sus amigos también lo hagan, Eddie cayó al suelo sin fuerzas, pero eso no fue suficiente para Jason, nunca es suficiente para Jason. Comenzaron a patearlo repetidas veces en todo el cuerpo, deteniéndose cuando Eddie ni siquiera se movía más. -¡Vámonos!- gritó, y sin más salieron corriendo, dejando al rizado tirado.

Eddie retenía sus ganas de llorar intentando ponerse de pie, el dolor era fuerte, sin embargo, logró levantarse. Comenzó a caminar, ahora mucho más de espacio, ya que incluso cojeaba un poco, esos malditos le habían golpeado fuerte. No podía volver a su casa, si su tío lo veía llegar así, no lo dejaría salir nunca más, lo conocía. Decidió ir a casa de Harrington, Steve era una de las personas que tenía su entera confianza ahora, además de otra cosa, y sabía que sus padres no estaban ahí, solo sería Steve. Desde allá podría llamar a su tío para que no se preocupe. Sin mucho más que pensar, comenzó su camino.

Huésped {Steddie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora