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Pasaban de las 12:00 de la madrugada e iban por su tercera película, los más pequeños ya habían quedado dormidos regados por toda la sala, mientras los más grandes seguían aún en el sillón, aunque realmente no muy interesados en la película que se reproducía ante sus ojos. Jonathan y Nancy estaban en su mundo, dándose pequeños besos de vez en cuando; Robin jugaba con los granos de maíz sobrantes de las palomitas, los tiraba tratando de atinar en las cabezas de los menores en el suelo; Steve había comenzado a entretenerse con el pelo del rizado hacía ya un buen rato, mientras éste bebía una cerveza y prestaba atención a la película.

-Oigan, ¿y si hacemos otra cosa?- Robin fue la que preguntó. Ninguno tenía realmente sueño, las cervezas que habían tomado los mantenían lo suficiente activos como para no querer dormir en un rato.

-¿Algo como qué?- preguntó Steve sin dejar de lado su ardua tarea de acariciar los rizos de Eddie.

-No sé, jugar algo, hablar estupideces o beber algo más fuerte, lo que sea.- pidió dejando los granos de maíz de lado.

-¿Y si juntamos todo?- sugirió Nancy, todos la miraron confundidos, por lo que se dispuso a explicar mejor su punto. -Quiero decir, podemos jugar a las verdades y la persona que no responda bebe un shot de algo más fuerte que las cervezas.- terminó de explicar.

-Oye, me gusta.- apoyó Eddie.

-Eso es de adolescentes inmaduros, ¿no?- preguntó Jonathan haciendo una mueca de desagrado.

-No necesariamente, puede ser divertido.- insistió la castaña.

-Bueno, está bien.- se encogió de hombros.

-Genial.- habló Robin esta vez. -Dingus, ¿tienes algo más fuerte que estas cervezas por ahí?- Steve sonrió antes de soltar el pelo del rizado y levantarse del sillón.

-Síganme.- Todos caminaron detrás de él hasta una sala parecida a un despacho, en una de las esquinas había una vitrina de cristal, a través del vidrio de podían ver las tantas botellas de distintos alcoholes.

-Ok, ¿Cómo diablos no vi eso antes?- preguntó Eddie incrédulo. Los demás estaban igual de sorprendidos, pues era toda una colección de alcohol. Steve se acercó y se agachó frente a esta metiendo una mano debajo de la misma, sacó lo que parecía ser una pequeña llave y se levantó para abrir las puertas de cristal. Leyó las etiquetas de unas cuantas botellas hasta que llegó a la que buscaba.

-Justo lo que buscaba.-susurró para luego tomarlo y volver a cerrar la vitrina, volviendo a poner la llave debajo. Todos salieron del lugar con dirección a la cocina. Steve busco cinco vasos de shots y luego salieron al patio trasero.

-¿Ya nos dirás qué es tu misteriosa bebida?- preguntó Robin curiosa mientras se sentaban en un círculo.

-Vodka, directo de Polonia, uno de los más concentrados, así que les recomendaría decir la verdad en lugar de pasar.- les dio una pequeña sonrisa ladina.- Esta mierda pega fuerte.-

-Bien, vamos a jugar a las confesiones, uno hace una pregunta y todos tienen que responderla, si no lo hacen beben.- explicó la castaña. Todos asintieron. -¿Quién comienza?-

-Yo, yo, yo.- Robin comenzó a alzar su mano esperando la confirmación. Nancy asintió hacia a ella, por lo que comenzó a hablar. -¿Cuál es la cosa más tonta que han hecho de niños?-

-Bueno, yo pinté todo el baño una vez.- todos la miraron confundidos. -Papá estaba pitando la cochera de... creo que era rojo, entonces yo fui y cuando estaba distraído metí mis manos en la pintura y corrí al baño a pasar mis manos por todas las paredes, luego volvía por la pintura y luego al baño otra vez, y así.- comenzó a reír con el recuerdo, siendo seguida por los demás. -Hasta que mamá se dio cuenta de como corría de un lado a otro y me siguió hacia el baño.-

Huésped {Steddie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora