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-Buenos días, Stevie.- saludó al verlo entrar a la cocina.

-Buenos días.- saludó devuelta mientras terminaba de bostezar. -¿Por qué despertaste tan temprano?- caminó hasta la cafetera para servirse una taza de café.

-Quería hacer el desayuno antes de que te fueras a trabajar, además tengo que ir a la escuela.- explicó tomando un bocado de su sándwich. -Hice unos sándwiches de queso fundido, te gustan, ¿no?-

-Claro.- tomó uno del plato en la meseta y comenzó a comerlo. -Por cierto, ¿qué película veremos hoy?- preguntó mientras tomaba asiento en uno de los taburetes de la cocina.

-Todavía no lo sé, ¿te podrías encargar de eso?

-Siempre se quejan de mi gusto en películas, no creo que quieran que yo elija.

-Piensa en una que le pueda gustar a Max.- se acercó al castaño subiendo a sus piernas a pesar de que hubiesen más asientos vacíos, como se le había hecho costumbre en poco tiempo.

-Bueno, no prometo nada.- contestó sosteniendo la cintura del chico con su mano libre.

-Luego de la escuela iré a comprar palomitas y eso, luego te esperaré aquí afuera hasta que llegues del trabajo.- terminó su café.

-De hecho, creo que tengo palomitas aquí, no es necesario que compres, pero sí podrías ir por bebidas, acá sólo quedan algunas cervezas, y no les daré cervezas a los chicos.

-¿Por qué no?- Steve le dio una mirada dura seguida de un 'Edward Munson' en voz de advertencia, rió. -Entonces, iré por bebidas, está bien.

-Trae al menos dos de las que le gustan a Lucas, ah, y algunos waffles, Ce se los comió todos la última vez, también deberías traer helado para Erica, ¿no?- Eddie lo miró de reojo. -¿Qué?

-Los consientes demasiado, ¿sabías?

-No es cierto.- Eddie lo miró nuevamente con esa mirada inquisitiva suya, como diciendo '¿en serio?' -Bueno, quizá sólo un poco.- trató de excusarse obteniendo la misma mirada nuevamente. -Bien, los consiento bastante, pero no puedes culparme, son mis niños... no les digas que dije eso en voz alta.- Eddie soltó una carcajada antes de plantarle un pequeño y rápido beso. -Espera.- esperó a que el rizado bajara de sus piernas para levantarse y caminar hacia una pequeña repisa, tomó una llave y se la tendió al de rizos. -Toma, así no tienes que esperar a que yo llegue, entras directamente y preparas todo.- Volvió a sentarse en el mismo taburete, jalando del rizado para que volviese a sentarse en su regazo.

-¿Es una llave de aquí?- preguntó confuso.

-Obvio, tonto.

-¿No te da miedo que venga en la noche a robarte? Literalmente me estás dando acceso directo a tu casa.- alzó una ceja.

-Primero, confío en ti lo suficiente, y segundo, sé dónde vives, si me robas voy y te robo a ti.- el rizado rió ante la respuesta. -Ahora, vamos a bañarnos, te dejaré en la escuela antes de ir al trabajo.

-No es necesario, Stevie, yo puedo ir solo.

-No te estoy preguntando, Munson, vamos, arriba.

-Como diga, Rey Steve.

...

Eran pasadas las cinco cuando Steve llegó a casa del trabajo, y como habían acordado Eddie ya se encontraba en el lugar.

-Hey.- saludó con una suave sonrisa, acercándose al cuerpo de Eddie, que se encontraba tirado en uno de los sofás de la sala.

-Hey.- respondió el rizado. -¿Qué tal tú día?

Huésped {Steddie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora