↦ Insania ҂ HyunIn. [✓]

⌜23.

Se agota el tiempo.

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{ p.o.v omnisciente }

Los pasillos del hospital se sentían cada vez más fríos y eso extrañaba incluso a los trabajadores dentro del establecimiento. Las paredes blancas eran casi hipnotizantes y le producían migraña a quién sea que se quedara observándolas por minutos consecutivos.

Un pelinegro vestido completamente del color de su cabello caminaba por los helados pasillos, haciendo un cómico contraste con la monocromía ocular.

—Buenos días, señor Hwang —saludó una enfermera un poco sorprendida de encontrar al mencionado ahí.

Hyunjin hizo una pequeña reverencia y continuó caminando sin detenerse a saludar a nadie. Él iba por un motivo específico y no quería perder tiempo que luego no podría recuperar.

Al llegar a su destino, abrió la puerta de la habitación más fría de todo el hospital y saludó a la enfermera que cuidaba de Jeongin.

—Hola, Hyunjin -saludó.

—Hola, señorita Kang.

—Los dejaré solos —murmuró la enfermera antes de darle unos últimos chequeos al pelinegro inconsciente y cumplir su palabra al abandonar la habitación.

Hyunjin dejó salir un gran respiro y se acercó a la camilla para dejar un ramo de Gladiolos y Rosas rosadas sobre la mesa de noche. Las flores que el pelinegro jamás creyó que le entregaría a Jeongin.

Luego de unos segundos el mayor arrastró una silla para tomar asiento a su lado.

—Innie... —susurró y enseguida sintió sus ojos tornarse acuosos.

Hyunjin tomó con delicadeza la mano de Jeongin, su dermis erizándose al momento de sentir lo fría que estaba la piel del menor.

—Ya han pasado dos semanas, Innie.

El pelinegro cerró sus ojos y reposó su cabeza en la unión de sus manos para dejar salir sus sollozos.

La esperanza en su corazón se desvanecía más rápido que un Diente de León en una fuerte ventisca. Ya no tenía fuerzas para seguir luchando y esperando; su corazón estaba tan roto, culpándose diariamente y colocando su nombre debajo de la pregunta "¿Quién le hizo esto a Jeongin?"

Hyunjin cargaba con el cargo de conciencia de no haber podido proteger a Jeongin como se lo había prometido. Los primeros días permaneció positivo y optimista, pero, con el pasar de los días, ese optimismo fue abandonando su corazón.

Preparado para lo peor. Tan roto por dentro que siente que cualquier persona que acercara una mano a su pecho podría cortarse.

—Lamento no haber venido en la última semana, tuve que regresar a Seúl y a penas pude volver hoy —habló el pelinegro luego de calmar sus sollozos—. Han pasado tantas cosas éstas dos semanas... Félix salió del hospital, él y Chris finalmente dieron el paso de ser novios; y están muy felices. Con ayuda de mi madre, a Seungmin le ha ido de maravilla con los papeles y el trámite de la emancipación, están muy cerca de lograrlo. Jisung y Changbin tuvieron su primera cita, aunque ellos lo niegan. Minho y Yugyeom están de vacaciones, esperando veredictos del hospital, pero estarán bien —hizo una pausa para secar sus lágrimas—. Y yo... no puedo mentirte diciendo que estoy bien, no puedo estar bien si no te tengo a mi lado. Todo es tan difícil y sólo quiero saber si debo dejarte ir o debo seguir luchando.

Acercó la mano de Jeongin a sus labios y depositó un beso en ella, mientras lagrimas se mezclaban con la marca de sus belfos.

—¿Debo dejarte ir? —preguntó a la nada, mientras alzaba su mirada, para detallar el tubo que sobresalía de la boca de Jeongin—. Se está agotando el tiempo y tú sigues sin volver a mis brazos, Innie.