⌜02.

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El inicio: Parte 2.

«»

Golpeé fuertemente el espejo frente a mí, sintiendo como los cristales se incrustaban en mis nudillos. No había dolor. Ya no sentía dolor.

Ya no sentía nada.

La sangre comenzó a brotar y yo no hacia más que ver mi patético reflejo en el espejo de mi habitación.

—Eres un bueno para nada —susurré. 

Le otorgué un golpe más fuerte al espejo dejando mi sangre plasmada por los pequeños pedazos de vidrios que quedaban pegados a la pared.

La puerta se abrió golpeando la pared tras de ella por la fuerza y en seguida escuchó un grito:

—¡Jeongin! —su madre corrió hasta él.

Jaló su cuerpo hasta la cama y lo sentó revisando sus manos, su rostro, su ropa, incluso sus zapatos.

—¿Qué hiciste, hijo? —habló la mujer frente con lágrimas en sus ojos.

¿Ahora llorarás, madre? Antes solías reír... ¿Ya no te gusta reír?

Mi mirada continuaba plasmada en el suelo frente a mí, contando los cristales esparcidos por todo el piso de madera.

—Hijo, por favor, respóndeme —pidió, pero no lo hice.

Hace semanas que no respondo. A nadie.

Mis padres están cansados de mi conducta, ¿Cómo puedo decirles que los únicos culpables son ellos? 

"—Él no era así.

"—¿Qué pasó con nuestro pequeño?

"—Se matará algún día si no hacemos algo. 

Frases que escuchaba a diario. Frases que mi mente repetía una y otra vez antes de dormir. Frases que tienen como responsables a las mismas dos personas que las repetían sin parar.

Ellos quieren buscar ayuda en algo que no existe, algo falso que yo me propongo a proporcionarles para que sientan todo el dolor que yo sentí. 

Quieren encender algo que no está apagado...

Todas las noches de miseria que tuve que pasar llorando solo ya que mis padres estaban muy ocupados trabajando, todas las noches que tuve que pelear con mis demonios que me pedían a gritos que acabara con mi vida. Todas esas noches hundido en mi propia miseria sin nadie quien me ayudara a subir nuevamente al barco que me había golpeado hacia el océano en medio de una tormenta mental.

Intentaban lanzarme el salvavidas cuando ellos mismos son los que me están ahogando.

—Jeongin... —escuchó la voz de su padre en un susurro, pero aún así no alzó la mirada.

Podía jurar que su padre observaba los cristales empapados de sangre con miedo y decepción.

Siempre hay decepción. 

—Debemos hacer algo al respecto, Inseo, ahora si —pidió su padre.

—No quiero —negó la mujer mientras sollozaba.

¿Era cruel hacerles esto? 

¿Era cruel lastimar a mis padres?

¿Yo soy cruel? 

No creo que ellos hayan cuestionado si estaban siendo lacerantes.

Troné mi cuello y postré mi mirada en la de mi madre. Observando sus orbes inundados en lagrimas, pidiéndome que reaccionara y volviera a ser su pequeño Innie. 

↦  Insania ҂ HyunIn. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora