𝟐𝟕

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—Let's be young!

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—Let's be young!


El hombre rubio parpadea lentamente con la mirada posada en aquel grupo de muchachos, con lentitud mueve su rostro y observa detenidamente al muchacho azabache, que le mira con cierta vergüenza, nuevamente comienza a parpadear e ignora el grito molesto de su compañero, una sola cosa esta presente en la mente de Rocinante: ¿cómo es que ha terminado en esta situación?


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Tres jóvenes se encontraban sentados sobre sus piernas con la mirada gacha o bueno, tan solo uno de ellos, los otros dos se miraban con chispas de molestia, delante de ellos se encontraba un pobre hombre levemente moreno y cabellera rizada azabache con un dos mechones blancos, mantenía sus brazos cruzados con la mirada fija en los jóvenes, los cuales mirando atentamente supone rondan la edad de entre quince o dieciséis años.


—De acuerdo, ¿puedo saber a qué vino aquel escandalo? —cuestiona, alzando su ceja derecha.


El moreno alza lentamente su dedo índice derecho para poder hablar, pero es interrumpido por la única femenina presente en el lugar.


—¡Estaban acosándome! —chilla con molestia, para luego girarse y mirar a ambos chicos con una mirada llameante.


El moreno suelta un chillido y se encoge en su sitio, el peli verde por el contrario no se inmuta por fuera ante la mirada ajena.


—No estábamos acosándola.


—Estaban parados delante del ventanal, mientras hablaban y me señalaban —hace mención con molestia—, ¿o acaso pensaban robar la tienda?


—Ni que fuera un ladrón, contrario a otros —dice con agudeza, mirando fijamente a la femenina—. Más aparte, ya habías conocido a mi amigo, quien iba a dibujar tu local.


Zoro está haciendo lo mejor que puede para no volverse un tomate y tener un tic en el ojo izquierdo, pues el hecho de estar en aquella posición bajo la atenta mirada del antiguo timonel, le hace sentir una gran vergüenza y siente aparte un golpe en su orgullo.


Nami parpadea y mueve un poco su cuerpo hacía adelante para poder observar a Usopp, quien sonríe nervioso mientras agita ligeramente su mano en saludo.


—Ah, cierto.


—Tonta —tose contra el interior de su brazo el menor.

𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐡𝐨𝐬𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora