A dos bandos (Karma x ___) +18

Empeoramiento

Me sonrojé por lo que Karma había dicho, ese lado posesivo todavía era nuevo para mi, pero la verdad era que tampoco me desagradaba.

-Que las chicas vayan solas sería peligroso.

-En ese caso solo tendría que acompañarlas uno de nosotros...- Karma tenía su típica sonrisa pícara que mostraba que estaba maquinando algo.

-Se os notaría mucho que no sois mujeres...- me adelanté antes de que continuase.

-Hay alguien al que no- se giró a ver a Nagisa.

En un principio el pobre se quejó pero lo convencimos y terminamos yendo todas al bar. 
Primero se nos acercó un chico que le encasquetamos a Nagisa, solo espero que esté bien, y luego aparecieron enfrente de nosotras un par de hombres que no parecían tener muy buenas intenciones. La verdad era que tenía muchas ganas de patearles la cara y dejarlos inconscientes, todo esto me empezaba a hartar, pero no podía hacer ningún numerito o mis compañeros no lo pasarían nada bien, así que solo dejé que otra se encargara.

Todas iban en grupo hablando de como Yada había conseguido el pin de los Yakuza, todas excepto yo que estaba un poco más atrasada ya que la cabeza me daba vueltas y no podía caminar recta, aún así no se dieron cuenta.

-¿Qué tal te va ___-chan?- alguien tapó mi boca, no era capaz de verle ya que estaba detrás de mi- no me digas que no te acuerdas de mi...

Abrí los ojos como platos en cuanto reconocí su voz, le di un codazo en las costillas que hizo que aflojase mucho su agarre para poder escaparme.

-Debería haberte matado.

-¿No eran esas tus órdenes?

-Lo eran, pero me diste pena ya que fuiste mi compañero, Akimi.

-Aún así me cortaste los dedos de los pies...

-Algo tenía que servir como evidencia, no me culpes a mi de que tú hayas traicionado al gobierno.

-No saques ahora el pasado, vengo a negociar, te debo una por dejarme con vida, ¿sabes? trabajo con quién os ha hecho esto.

-Al grano- dije enfadada.

-No ganareis fácilmente, deberías acatar sus ordenes, a cambio yo te puedo dar uno de los viales con el antídoto.

-¿Y jugar a ser Dios? paso, prefiero enfrentarme a quien sea que está detrás de todo esto.

-¿Ni siquiera te lo tomarías tú? se que también te ha afectado.

-Yo estoy lista para morir si la situación lo requiere, el resto solo son estudiantes de preparatoria inocentes- me acerque a él- tú también deberías estar preparado para morir si así lo requiere la situación, ¿lo estas?

Akimi me miró desconcertado y dio un paso atrás, pero ya era demasiado tarde, mi cuchillo había impactado con su cuello y segundos después él había caído al suelo.

Nadie estaba pendiente de lo que yo estaba haciendo y escondí a mi antiguo compañero en un sitio donde pudiese estar al menos hasta que yo me fuese. Recogí el cuchillo y lo limpie en su misma ropa con cuidado de no dejar ninguna huella, nadie sospecharía que había sido yo, ya que esa forma de matar no era ni de lejos parecida a la mía.

-Yo no dejo cabos sueltos... si te dejé vivir fue por un capricho momentáneo, habrías muerto tarde o temprano...

Volví junto al resto de chicas escondiendo el cuchillo y haciendo como si nada hubiese pasado. Pretendía ayudarlas pero al parecer ya lo tenían todo en orden y en menos de lo que pensé nos reencontramos con los chicos.

Se supone que teníamos que derrotar a dos guardaespaldas y que sería bastante difícil, pero lo hicimos más rápido de lo que creíamos, ambos llevaban una pistola, me ofrecieron llevar una de ellas pero no debía estando en mi estado, no era capaz de enfocar bien como para controlar una pistola y que fuese algo seguro así que le ofrecí el puesto a nuestros dos mejores francotiradores para que ellos se encargasen y yo solo les di un par de consejos a la hora de usar armas de verdad.

Ahora debíamos pasar por el salón de actos, pero en cuanto llegamos ya había alguien esperándonos, alguien que no parecía querer ser nuestro amigo.

Debíamos escondernos bien ya que nuestro enemigo usaba armas, Koro-sensei nos ayudaría a continuar para salvar a nuestros compañeros. 

Nos empezó a dar ordenes de a donde debíamos ir y de nuestros movimientos, me costaba moverme, pero con todos corriendo y con nuestro enemigo confundido tampoco se notaría tanto el hecho de que me movía más lenta de lo usual.

Ya estábamos todos en posición ahora solo hacía falta contratacar.

El estudiante número doce que estaba delante de mi se levantó a la señal de Koro-sensei y nuestro enemigo disparó sin pensarlo dando en el blanco, suerte que no era más que un muñeco, el problema fue que la bala pasó entre dos de los asientos rozando mi pierna, solo era un corte, pero era algo profundo y sangraba bastante además de doler. Me quejé por lo bajo, lo mejor era no decir nada para que nadie supiera mi posición, o peor, que estaba herida.

En cuento el enemigo calló al suelo todos fueron a sujetarlo para que no se escapase y volviese a intentar matarnos, yo en cambio me quedé sentada en el suelo donde estaba, no tenía muchas ganas de que mi herida empeorase.

-¡___!- la voz de Karma fue la única que pude escuchar en ese momento.

Pude saber que bajó del escenario y empezó a buscar detrás de las butacas por sus pasos hasta que se pararon enfrente.

-Hola...-saludé algo apenada apretando mi herida.

-¡Karasuma-sensei!

Mi profesor tardó poco en llegar a donde estaba.

-¿Alguien tiene un pañuelo o alguna tela?

Uno de mis compañeros le entregó su pañuelo y Karasuma lo puso al rededor de mi herida asegurándolo con un nudo para intentar detener el sangrado todo lo posible. Después tocó mi frente.

-Tienes mucha fiebre... dudo que sea por tu herida.

-¡Te dije que si te sentías mal avisases!- Karma empezaba a levantar la voz.

-Ya era demasiado tarde como para volver- me excusé.

Karma solo me miró enfadado y se fue.

-Vaya novio...- Kayano tocó mi hombro intentando darme ánimos.

-Intenta no hacer mucha fuerza con esa pierna- Karasuma me tendió la mano- apóyate en mi si lo necesitas, ahora no podemos volver...