Cena

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La misma mañana del día de la reunión con los padres de Karma fui a comprar algunos de los ingredientes que usaría para preparar la cena, no tenía que ser la mejor, me valía con que fuera comestible.

Todavía llevaba una de las muletas que me habían mandado por recomendación y se me dificultaba un poco cargar con el carro pero todavía podía con él, lo que ya se me hacía casi imposible era llevar las bolsas con lo que pesaban. No lo podía llevar en la parte de la herida porque hacía demasiada presión y dolía, pero tampoco lo podía llevar en el lado contrario porque perdía el equilibrio.

No paraba de intentar igualar el peso entre todas las bolsas hasta que llegó Asano.

-¿Necesitas ayuda?

-Puedo sola- mi orgullo todavía no había caído tan bajo como para aceptar la ayuda de un personaje como él.

-No seas tan orgullosa o terminarás en casa para mañana.

-Prefiero llegar mañana a aceptar tu ayuda.

-Es mi trabajo ayudar- tomó algunas de las bolsas que había dejado en el suelo para colocarlas.

-Vuelve aquí, no te he pedido tu ayuda, y mucho menos la he aceptado.

No sirvió de mucho ya que empezó a andar rápido para que no pudiese alcanzarle. No me quedó más remedio que acceder a que me ayudase por poco que me gustase.

-¿Por dónde vives?

-Cómo si te lo fuese a decir, no sueñes tanto, dame las bolsas, puedo llegar sola hasta mi casa.

-¿Tanto miedo tienes de que el mejor de todos sepa dónde está tu casa?

-Pues es una pena que al mejor de todos le alcanzase una niña que está en la peor clase de todas ¿No crees?

Pude ver como su mirada cambiaba a una de enfado.

-Si no quieres humillarte más deberías dejar las bolsas en el suelo he irte.

Me miró mal y me hizo caso, dejó caer las bolsas al suelo a lo que yo le miré aún peor y se fue por donde había los venido.

Cuando estuvo lo suficientemente lejos me acerqué a tomar las bolsas y lo puse todo para que hiciese equilibrio entre los pesos.

Conseguí llegar a casa, algo cansada y con los brazos medio rotos por la bolsas, pero llegué.

Me puse ropa cómoda y empecé a preparar la comida, empezaría por el postre que tardaría más en hacerse y luego seguiría con el resto.

Una hora antes de que la familia Akabane llegase me puse a prepararme, la comida ya estaba lista, solo faltaba yo.
Me duché, me puse ropa para la ocasión y preparé la casa un poco más para dar buena impresión.

Al poco rato llegaron. Les invité a pasar y les guié hasta el salón para que se pusiese cómodos.

-¿Te encuentras bien ___-chan?- la madre de Karma parecía preocupada.

-Estoy perfectamente, no se preocupe. Solo me caí, puedo llegar a ser muy torpe.

-¿Y qué tal las vacaciones con la clase?

-Realmente bien, hicimos submarinismo y la comida cumplía con las expectativas- son reí para darle más credibilidad.

-Me alegra escucharlo- esa mujer era demasiado maja.

Todavía no sabía cómo había salido un psicópata como Karma de una persona tan pura como su madre.

-¿Qué tal está tu tío?

Por un momento se me había olvidado todo el asunto de mi tapadera.

-Con mucho trabajo, es más, por un par de semanas estaré sola en casa.

-En ese caso puedes venir cuando quieras a nuestra casa, ya sabes dónde es.

Sonreí agradecida, era la primera vez que alguien me trataba tan bien y no era una mentira para si conseguir información o pasta de una recompensa.
Me sentía bien, era agradable que estas cosas pasasen.

Seguimos hablando un rato sobre asuntos triviales, el padre de Karma apenas dijo nada, era la madre la que daba conversación.
Seguimos así hasta que llegó la hora de la cena y fui a preparar las cosas.

-Te acompaño- Karma se levantó rápidamente y me ayudó a levantarme a mí.

Ambos nos fuimos a la cocina dejando a sus padres en el salón. Empezamos a poner los platos para después servir el primer plato.

-Me gusta lo que llevas...- se acercó por detrás agarrándome de la cintura.

-Gracias- reí- tú también vas bastante guapo.

-Debería traer a mis padres más a menudo para verte así- su cabeza se escondió en mi cuello.

Su respiración empezó a chocar contra mi clavícula y sus manos no se despegaban de mis caderas.

-Es una pena que estén mis padres... Pero tu tío no volverá en un par de semanas según tú...

-Se te da demasiado bien aprovechar mis mentiras para tu beneficio.

-¿Para qué sino?- empezó a dejar besos húmedos por todo mi cuello.

-Cómo dejes una sola marca no lo cuentas.

-No soy tan tonto, mis padres están aquí, por desgracia.

-Si, y como los hagamos esperar mucho empezarán a sospechar- me giré para besarlo y hacer que se apartase.

-Le quitas lo divertido a la vida- hizo un puchero.

-Solo guardo lo mejor para otro momento.

-Eso es que tengo oportunidad- su sonrisa sádica apareció- no te creas que te lo dejaré fácil.

-No esperaba que fuese fácil- le guiñé un ojo y llamé a sus padres a comer.

Al igual que estuvimos hablando en el salón la conversación tampoco faltó mientras que comíamos. Me felicitaron por la comida y por lo bien que me había quedado todo, en especial el postre.
Y más me valía teniendo en cuenta mi gran encuentro con el presidente estudiantil, el cual le conté a Karma mientras recogíamos la mesa.

-Le odio, no me cae bien, ¿No entiende que eres mi novia?

-Tampoco tienes por qué ponerte tan celoso, se de sobra que Asano es un niñato, y entre nosotros- me acerqué a él- tú estás mejor en todos los sentidos- me volví a alejar.

-No me puedes dejar con las ganas y luego venirme con esto, no es justo.

-Nadie ha dicho que lo tenga que ser- me reí por lo bajo.

A dos bandos (Karma x ___) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora