Anuló su inscripción.
Pagó 45000 wones.
Sobornó a todos los que lo habían visto por ahí para que no digan ni una sola palabra.
Juró no volver a ese lugar.
En su escritorio comenzó a sentir un dolor de cabeza horrendo.
Y para rematar su situación estresante, su celular timbró.
Era su mujer.
—Yeonjun-ah, entiendo que no pudiste venir al aeropuerto a recogerme. Pero al menos hubieras enviado a un empleado; no puedo con todas mis maletas y el papeleo legal... no puedo con todo esto yo sola.
Yeonjun no responde.
—Los niños siguen en casa de mi hermana, ¿verdad? Te dije que los recogieras ayer, ¿por qué no me hiciste caso? ¿Yeonjun? ¿Sigues en línea? ¿Aló?
—Sí. Perdón, ahora mando a un empleado para tus maletas, y a otro para que recoja a los niños. —dice.
—Espera, no te mandé mi ubica-
Y Yeonjun le corta.
Se masajea la sien, mientras mira por su gran pared de vidrio. Esta vez la cálida mañana le despierta con un sol que quema, y con nubes tan blancas que parecen ser algodón de azúcar.
Un paisaje que está acostumbrado de ver todas las mañanas.
Sus pensamientos se ven cortados con un golpe constante en su oficina.
—Pase.
—Buenos días, señor Choi.—una mujer de cabellos ordenados y de traje, ingresa a su oficina. Sostiene un folder con documentos.
Se para delante del hombre y dice.
—Ha llegado el nuevo papeleo. Sólo necesitamos que usted lo firme, señor.
Yeonjun traga saliva. Mientras se soba la cara con sus manos, suspirando pesado.
—Deja todo aquí. Y retírate, gracias.
Una vez la mujer salió, Choi golpea la mesa con su puño.
Y también quería prometerse algo, dejar de beber.
Porque a causa de la bebida, se ha ido a los barrios más recónditos de la ciudad para solicitar un servicio que estaba seguro su esposa le daría de manera gratis.
Ha pagado por tener sexo.
Y no sólo ello. Realmente si sólo hubiera sido eso no estaría tan estresado y, no estaría culpandose por haber ido, de manera constante.
En realidad es porque ha tenido sexo con un hombre.
Y no es lo peor.
Lo peor es que, le ha gustado con demasía.
Porque hasta ahora, pensaba que sólo las mujeres tenían la mayor resistencia sexual.
Qué chiste. Si recuerda que ese niño soportó ser su agujero caliente por más de seis rondas completas.
Y a pesar de haber bebido bastante, y aún tener los efectos de la resaca, pensó que realmente no recordaría nada de lo que pasó ayer.
Le provoca una erección sólo recordar como su bonito trasero lo apretaba, mientras gemía esa palabra clave: Señor. Y rodaba sus lindos ojos llenos de lágrimas; gimiendo tan necesitado y tan...
Ahí iba de nuevo.
No tiene remordimiento alguno por haber contratado un servicio. Sino porque ha sido un hombre quien lo ha atendido de manera sexual, y luego de años. Literalmente.
Está frustrado.
De nuevo, su esposa llama. Pero él no hace caso. En cambio llama un número, dice algunas indicaciones y finalmente corta.
A este punto del relato, de seguro muchos se están preguntando la razón del porque un empresario millonario y famoso como Choi Yeonjun, en lugar de pedirle tener relaciones sexuales a su esposa, paga a un servicio.
La cuestión es demasiado fácil sin embargo.
Su esposa se niega a mantener ese tipo de contacto. Y Yeonjun no entiende porqué.
La mujer se excusa con que piensa que el sexo no es necesario en su relación, y que deberían de salir más a menudo, a cambio. Yeonjun no le ha reclamado desde entonces, desde hace tres años.
Y ha sido un hombre fiel. Ha respetado su decisión, y ha finalizado con sus intentos de poder llevar a su mujer a la cama.
Incluso el hombre pensó que su mujer le engañaba, pero ella le negó por completo, en cambio le lloró y le pidió que le creyera. Yeonjun la ama, y por eso no le reclamó más.
Y han pasado años, él es un hombre adulto. Necesita ser atendido.
Ha sobrevivido a esa abstinencia durante años y masturbarse solamente no le sirve.
Sobre el remordimiento al tener hijos; eso, tal vez eso si hace que se sienta culpable. Pero verlos con poquísima frecuencia, hace que no se sienta el peor padre del mundo.
De nuevo llaman a su celular y esta vez, sí decide contestar.
—Yeonjun-ah, ven a casa. Te tengo una sorpresa.
Y el hombre decidió hacerle caso.
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❦| Si te elijo a ti... ©yeonbin ¡ཿ྇
FanfictionSi lo hubieran visto en un lugar como ése, muy de seguro la noticia se correría con rapidez. Llegaría a los oídos de quienes ama, estaría arruinado. No puede permitirse algo así por un error como aquél. Pero... Si fue un error, ¿Por qué no dejaba d...