—¡Jessie-noona!
La mujer voltea con una sonrisa en los labios.
—Soobin-ah.—abre los brazos y el pelinegro la abraza.
Porque en realidad el menor le tenía mucho cariño. Era como una tía, y recuerda con vividez que en su tiempo de pubertad, técnicamente le salvó la vida, de tomar un camino mucho peor que el de ahora.
Por ello era la única en quien confiaba en aquel trabajo. Aunque también Taehyun, por supuesto.
—¿Y entonces por qué me llamabas todo agitado, cariño? ¿Las chicas otra vez necesitan maquillaje nuevo? —dice mientras pasa la siguiente página del catálogo que estaba viendo.
Pues con el nuevo capital que ha ingresado gracias a Soobin, comprará lo necesario para esta vez realizar una habitación exclusiva para hacer el famoso baile en tubo.
—Bueno...
—Hablando de ello, ¿qué color sería adecuado para las paredes? —dice mientras señala los diversos colores que hay de opción.
—Hm... —toma su barbilla entre sus dedos para ver mejor el catálogo. —Yo creo que el verde musgo estaría bien.
Jessie mira el color por unos segundos y después sonríe.
—A mí también me gusta. Llevaré este entonces. —le indica al muchacho que está detrás de recepción. Y éste asiente con una sonrisa. La mujer se apoya en la mesa y mira a Soobin. —¿Qué decías?
—Ah, sí... Lo que pasa es que...
Del establecimiento se oye una campanita resonar y automáticamente voltea hacia la puerta de vidrio.
Hay una mujer de cabellos largos color rojo oscuro, y ojos felinos. Labios rectos y cuerpo perfecto. Con anchas caderas y estrecha cintura, piernas largas sin pizca de muslos gordos. Siendo esbeltas.
Lleva un reloj brillante de oro y su ropa no se ve en absoluto, barata.
—Claro que sí, cariño. Te lo he dicho miles de veces durante toda la semana. Pero no me haces caso cuando te hablo. Ya ni recuerdo cuando fue la última vez que viniste a casa a almorzar de mi comida.—hace un puchero con el ceño fruncido.
Soobin se le queda viendo. Cómo también, ingresa dentro de la recepción y coloca su cartera en un asiento.
—Cariño, ¿qué decías? —Jessie le saca de su burbuja.
—Oh, es que...
—Es muy guapa, ¿verdad? Tal vez hubiera trabajado para mí de no ser porque de seguro tiene un puesto importante aquí.
Soobin ríe bajito.
—Debe de ser. Por lo otro... Sería mejor que lo habláramos en otro lugar.
—Claro, cariño. Vamos a una cafetería, yo invito.
El menor asiente con una sonrisa, para después ver cómo su noona le daba unas últimas indicaciones al muchacho.
Cuando está a punto de cruzar la puerta de vidrio para salir del establecimiento, tan sólo basta de oír un nombre para que todo en él deje de funcionar correctamente.
—Yeonjun-ah, tienes que dejar lo que sea que estés haciendo, oppa. ¿Qué hay de mí, tu linda esposa? —voltea sólo para ver que la fémina está a punto de llorar.
Y Soobin cree que sólo tal vez hay muchos hombres llamados Yeonjun y se está confundiendo. Pero algo en él le decía que hablaba del mismo Choi Yeonjun que se lo follaba como un animal cada que estaban juntos.
Sólo por eso se le quedó viendo por un rato a la mujer.
Definitivamente era hermosa y atractiva. Entonces, ¿por qué Yeonjun buscaba sus piernas e incluso las de otras mujeres, cuándo tenía semejante obra de arte en casa?
Jessie tomó su brazo para enrollarla con la de ella.
—Soobin, ya vamos.—sonríe cómplice. Pues a juzgar por su sonrisa juguetona, Soobin sabe que hablarán de esto en la cafetería.
Y sólo así, y por eso, sale del lugar junto a su noona para ir hacia la cafetería.
Sorbe de su café helado y después abre el cupcake de chocolate frente suyo.
—Las cosas han estado mejorando, Soobin-ah.—empieza la mujer mientras se lleva una galleta de avena a la boca. —Y todo esto es gracias a ti. —sonríe y le toma una mano. —Sabía que destacarías entre todas esas payasas.—bromea, viéndolo con una sonrisa.
Soobin ríe por lo bajo.
—Por algo soy el empleado del mes.
Jessie asiente, después sorbiendo de su café caliente.
—¿Y entonces? ¿Qué era eso de lo que tanto querías hablarme?
El pelinegro suspira.
—Bueno... Sabes que allá todas sienten envidia de mí.
—Y claro. Tienes el mejor cuerpo de todos. E incluso mejor que el mío.—sonríe.—Cualquier mujer te envidiaría. Así que no le tomes importancia a los comentarios de esas locas.
—Gracias, noona... La cosa es que no sólo sienten envidia de mi físico. Incluso es tanto así que inventan horribles chismes de mi persona. Sólo por contar mis más grandes logros, ellas lo toman como si yo fuera un engreído. Aunque creo que en eso no se equivocan. —sonríe.
—¿Entonces?...
—La cosa es que... —de nuevo suspira. —Ésta vez no sé si es un rumor. Y sólo tú, noona, puede confirmar si es cierto o no. —la mujer lo oye con atención. Soobin entonces prosiguiendo. —Me dijeron que Lia se acostó con mi cliente habitual. —Jessie abre los ojos en grande.
—¿Oh, en serio?
—¿Acaso usted no lo sabía? —murmura algo preocupado. La mujer niega, ella también está sorprendida por lo dicho.
—Sabes que yo hubiera sido la primera en avisarte en cuanto eso sucediera, cariño. Hm... Te lo dije. Así son los heteros-curiosos. —señala para después tomar su bebida.
Soobin la mira ansioso. Sus dedos tocan su café con ansiedad y no se siente capaz de acabarlo.
—Vine hacia usted a preguntarle porque no sé si esto es verdad...
—Ay, cariño. Lo hubieras dicho antes. Se lo preguntaré a Eunchae. Yo ya no soy la recepcionista. Desde que me encargo de comprar los nuevos insumos, dejé de estar allá.
—¿Entonces es posible que la pueda llamar ahora? —Jessie sonríe mientras asiente. Entonces saca de su bolso, su teléfono.
Soobin toma un mordisco más del cupcake, expectante.
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❦| Si te elijo a ti... ©yeonbin ¡ཿ྇
Fiksi PenggemarSi lo hubieran visto en un lugar como ése, muy de seguro la noticia se correría con rapidez. Llegaría a los oídos de quienes ama, estaría arruinado. No puede permitirse algo así por un error como aquél. Pero... Si fue un error, ¿Por qué no dejaba d...