BLACK BLOOD | Jon Snow

35 | LORDS DEL NORTE

—Lady Mormont.

Los saludos de Jon fueron las primeras palabras pronunciadas después de entrar en el salón con Sansa, Alayna y Sir Davos a su lado. De pie entre Sansa y Jon, Alayna miró a la chica sentada frente a ellos. Lyanna Mormont era una chica de diez años, todavía una niña, y sin embargo comandaba la Isla del Oso con una reputación que la precedía ferozmente.

—Bienvenidos a la Isla del Oso —dijo Lyanna.

Jon miró a Sansa para saber qué decir a continuación, y Sansa respiró hondo antes de hablar—. Recuerdo cuando nació, mi señora. La llamaron igual que mi tía Lyanna. Se decía que era una gran belleza. Estoy segura de que usted también lo será.

—Lo dudo —respondió Lyanna—. Mi madre no era una gran belleza, ni ninguna clase de hermosura. Sin embargo, era una gran guerrera. Murió luchando por tu hermano Robb y su esposa Joanna.

Alayna se sorprendió por el feroz acercamiento de la niña a su presencia. Sin embargo, no le sorprendió descubrir que Lyanna Mormont era capaz de responder por sí misma. A una edad tan temprana, había dos opciones: sentarse y dejar que un consejo tomara las decisiones por ti, o tomar el relevo y convertirse en líder. Aparentemente, ella había elegido la última opción.

—Serví a su tío en Castle Black, Lady Lyanna —dijo Jon—. Él también fue un gran guerrero y un hombre honorable. Fui su mayordomo. De hecho...

—Creo que ya hablamos de suficientes trivalidades —lo interrumpió Lyanna—. ¿Por qué vinieron?

Alayna casi se echa a reír al ver la cara de Jon, pero mantuvo la compostura mientras decía—: Stannis Baratheon se acuarteló en Castle Black antes de marchar a Winterfell y ser asesinado. Nos mostró la carta que usted le escribió cuando él solicitó hombres. Decía...

—Recuerdo lo que decía —la interrumpió Lyanna—. "La Isla del Oso solamente reconoce al Rey en el Norte cuyo nombre es Stark".

—Robb ya no está —dijo Jon después de una pausa—, pero la Casa Stark sí. Y necesita de su apoyo ahora más que nunca. Vine con mi hermana y Lady Oscura para solicitar la lealtad de la Casa Mormont.

Lyanna se inclinó hacia su maestre y tuvieron una conversación susurrada. Alayna compartió una mirada con Sansa, la preocupación era evidente en los rostros de ambas.

Volviéndose hacia ellos, Lyanna los miró con reproche—. Según tengo entendido, tú eres un Snow y Lady Sansa, una Bolton. ¿O es una Lannister? Tengo informes en conflicto.

—Hice lo que tuve que hacer para sobrevivir, mi señora —dijo Sansa con los dientes apretados—. Pero soy una Stark. Siempre seré una Stark.

—Si tú lo dices —respondió Lyanna—. De todos modos, no sólo solicitan mi lealtad, quieren mis guerreros.

—Si puedo interrumpir, mi señora —dijo Alayna—. Es cierto que Jon es un Snow y Lady Sansa se ha casado, pero Joanna Stark vive y su hijo también. El nombre Stark no se ha ido, y nunca se irá si luchamos para recuperar el Norte de los Bolton. No podemos permitir que Ramsay Bolton se quede con Winterfell, mi señora. Es nuestro deber detenerlo.

—Y más aún porque tiene prisionero a nuestro hermano, Rickon Stark —agregó Jon—. Lo que debe entender, mi señora, es que...

—Entiendo que soy responsable de la Isla del Oso y sus habitantes —dijo Lyanna—. Entonces, ¿por qué debería sacrificar la vida de otro Mormont por la guerra de otra persona?

—Si me lo permite, mi señora —dijo Sir Davos cuando Alayna, Jon y Sasna se quedaron sin respuestas—. Entiendo como se siente.

—A usted no lo conozco —dijo Lyanna—. ¿Sir...?