BLACK BLOOD | Jon Snow

68 | EL PRECIO DE LA VIDA

—La mitad murió.

Gusano Gris quitó las piezas que simbolizaban las fuerzas de los Inmaculados del mapa de Westeros, y Alayna suspiró—. Los del Norte también.

Alcanzó las piezas que representaban al Norte y las quitó, colocándolas sobre la mesa detrás de ella.

—Y la Compañía Dorada arribó a Desembarco del Rey —dijo Varys, agregando otra pieza a las fuerzas de Cersei—. Cortesía de la flota Greyjoy. El equilibrio se ha vuelto alarmantemente parejo.

Missandei suspiró—. Cuando las personas sepan lo que hicimos por ellas, que las salvamos...

—Mi madre se asegurará de que no lo crean —dijo Joanna.

—Atacaremos con fuerza —dijo Daenerys—. La arrancaremos de raíz.

—El objetivo es remover a Cersei sin destruir Desembarco del Rey —dijo Tyrion.

—Afortunadamente, está perdiendo aliados cada día —dijo Varys—. Yara Greyjoy ha retomado las Islas del Hierro en nombre de la reina. El nuevo Príncipe de Dorne ha jurado su apoyo.

—No importa cuántos Lords estén en su contra, mientras se siente en el Trono de Hierro, puede llamarse a sí misma Reina de los Siete Reinos —dijo Daenerys—. Necesitamos la capital.

—Vi a la gente de Desembarco del Rey rebelarse contra su rey cuando estaban hambrientos —le dijo Tyrion—, y eso fue antes del invierno. Dándoles una oportunidad, dejarán a Cersei.

—No podemos esperar ganar esta guerra con fuego y sangre, como dijiste —le dijo Joanna a Daenerys—. Mi madre es una mujer inteligente, mucho más inteligente de lo que cualquiera de ustedes cree. Independientemente de lo que sienta por ella, su astucia es inigualable. Debemos jugar de manera inteligente en lugar de atacar.

—Rodearemos la ciudad —dijo Jon, coincidiendo con Joanna—. Si la Flota de Hierro intenta transportar más alimentos, los dragones los destruirán. Si los Lannister y la Compañía Dorada atacan, los derrotaremos en el campo.

—Cuando la gente vea que Cersei es el único enemigo, su reinado habrá terminado —finalizó Tyrion.

Daenerys parecía insegura—. De acuerdo.

—Los hombres que quedan están agotados —habló Sansa—. Muchos de ellos están heridos. Pelearán mejor si tienen tiempo para descansar y recuperarse.

—¿Cuánto tiempo sugiere? —preguntó Daenerys.

—No puedo decirlo con certeza —respondió Sansa—. No sin hablar con los oficiales.

—Vine al Norte para a pelear su lado a un gran costo para mis ejércitos y para mí —dijo Daenerys—. Y ahora que es momento de responder, ¿quiere posponerlo?

—No es solo nuestra gente —dijo Sansa—, también es la suya. ¿Quiere enviarlos a una guerra para la que no están listos?

—Cuanto más tiempo le doy a mis enemigos, más fuertes se vuelven —dijo Daenerys.

—Y cuanto más tiempo retengamos a nuestros hombres para que se recuperen de la guerra que acaban de librar, más fuertes se volverán —dijo Alayna, defendiendo a Sansa.

—Las fuerzas del Norte cumplirán sus promesas y su alianza con la Reina de los Siete Reinos — dijo Jon, mirando deliberadamente a Sansa y Alayna antes de volverse hacia Daenerys—. Lo que usted ordene, obedeceremos.

Sansa y Alayna compartieron una mirada.

—Bien. Si todos están de acuerdo, Jon y Sir Davos cabalgarán por el Camino Real con las tropas del Norte y el resto de los Inmaculados y los Dothraki —dijo Tyrion—. Otro grupo pequeño viajará a Puerto Blanco y desde allí navegaremos a Dragonstone, con nuestra reina y sus dragones acompañándonos. Sir Jaime decidió quedarse aquí, como invitado de la Lady de Winterfell.