BLACK BLOOD | Jon Snow

44 | ESPADAS DE MADERA

La felicidad que vino de la boda de Jon y Alayna pronto se terminó por la guerra inminente, y el día después de su boda se llevó a cabo un consejo de guerra. Alayna estaba presente en la habitación entre los otros lords, vistiendo una capa adornada con piel de lobo. Llevaba el pelo trenzado hacia atrás, apartado de la cara, y Joanna había hecho un comentario sobre cómo era tan majestuosa como una reina debería ser.

Se estaban delineando estrategias de batalla y haciendo planes para la protección de todos los que no podían defenderse, pero lo que necesitaban desesperadamente era un medio para destruir a los Caminantes Blancos. El Vidriagón parecía ser su mejor opción, pero el acero valyrio era prácticamente escaso salvo por la espada de Jon y quizás un par más. Si podían encontrar más vidriagón, tendrían una oportunidad.

—Quiero que todos los maestres norteños revisen los registros en busca de cualquier mención de vidriagón —dijo Jon, dirigiéndose a la sala—. El vidriagón mata a los Caminantes Blancos. Ahora es más valioso que el oro. Tenemos que encontrarlo, minarlo, y hacer armas con eso. Todos los que tengan entre 10 y 60 años entrenarán a diario con lanzas, picas, arcos y flechas.

—Ya era hora de que les enseñemos a luchar a estos niños de verano —comentó Lord Glover.

—No sólo a los niños —dijo Alayna—. No podemos defender el Norte si sólo lucha la mitad de la población.

Poniéndose de pie, Lord Glover preguntó—: ¿Esperas que le de una lanza a mi nieta?

—Yo me crié con una espada en la mano, Lord Glover —respondió Alayna—. Y no me ha hecho mucho daño.

Lyanna Mormont intervino—. No pienso tejer junto al fuego mientras los hombres luchan por mí. Puede que sea pequeña, Lord Glover, y una niña, pero soy tan norteña como usted.

—Ciertamente, mi señora —respondió Lord Glover—. Nadie ha cuestionado...

—Y no necesito su permiso para defender el Norte —espetó Lyanna, girándose hacia Jon y Alayna—. Empezaremos a entrenar a todo hombre, mujer, niño y niña en Isla del Oso.

—Mientras nos preparamos para un ataque, debemos mejorar nuestras defensas —continuó Jon—. Lo único que se interpone entre nosotros y el ejército de los muertos es el Muro, y el Muro hace siglos que no está bien custodiado. No soy el Rey del Pueblo Libre, pero si queremos sobrevivir este invierno juntos...

—Ah, ¿quieres que vigilemos los castillos por ti? —supuso Tormund.

—Sí —respondió Jon—. La última vez que vimos al Rey de la Noche fue en Hardhome. El castillo más cercano a Hardhome es Guardiaoriente del Mar.

—Y allí es a donde iré —dijo Tormund, mirando a su alrededor con una expresión de suficiencia en su rostro—. Parece que ahora nosotros somos la Guardia de la Noche.

Alayna sonrió, pero continuó—. Si llegaran a atravesar el Muro, el primer castillo en su camino es el Darkhold, y los siguientes dos serán Último Corazón y Bastión Kar.

—Los Umbers y los Karstarks traicionaron al Norte —anunció Yohn Royce—. Sus castillos deberían ser derribados sin que quede una sola piedra.

—Los castillos no cometieron ningún crimen —dijo Sansa—. Y necesitamos las fortalezas que tenemos para la guerra que se avecina. Deberíamos darle Último Hogar y Bastión Kar a nuevas familias; familias leales que nos apoyaron contra Ramsay.

La propuesta de Sansa fue recibida con un murmullo de aprobación, pero Jon no parecía convencido—. Los Umber y los Karstark han luchado junto a los Stark durante siglos. Mantuvieron su lealtad generación tras generación.