BLACK BLOOD | Jon Snow

57 | CUMBRE DEL DESEMBARCO DEL REY

Días después, cuando Jon se recuperó, se pararon en la cubierta de su barco mientras navegaban cerca de Desembarco del Rey. Con un poco de suerte, Aidan y Asher los encontrarían allí con su grupo de Winterfell, y mientras navegaban más cerca de la ciudad, Alayna se sintió nerviosa.

—¿Cuántas personas viven aquí? —preguntó Jon.

—Un millón, más o menos —respondió Tyrion.

—Eso es más gente que en todo el Norte —dijo Alayna—, apiñada ahí dentro. ¿Por qué quieren vivir así?

—Hay más trabajo en la ciudad —respondió Tyrion—. Y los burdeles son mucho mejor.

—Alden habría odiado estar aquí —dijo Alayna, frunciendo el ceño ligeramente.

Cuando llegaron, navegando peligrosamente cerca de la flota Greyjoy, fueron recibidos en el muelle y escoltados a través de la ciudad hacia Pozo Dragón, donde tendría lugar la cumbre.

—¿Por qué lo construyeron? —preguntó Missandei.

—Los dragones no entienden la diferencia entre lo que es de ellos y lo que no —respondió Jorah—. Tierra, ganado, niños... dejarlos vagar libremente por la ciudad era un problema.

—Supongo que al final fue una completa tristeza —dijo Tyrion—. Toda una arena para unas criaturas enfermas, más pequeñas que unos perros. Pero al principio, cuando era el hogar de Balerion el Terror Negro, debe haber sido el lugar más peligroso del mundo.

Una cohorte Lannister se acercó a ellos y Alayna dijo—: Quizás lo siga siendo.

Bronn dio un paso adelante—. Bienvenidos, mis señores. Y damas. Sus amigos llegaron antes que ustedes —señaló detrás de él, a Brienne, Podrick, Aidan y Asher—. Me enviaron a escoltarlos a la reunión.

Se hizo a un lado y los soldados Lannister se separaron antes de liderar el camino hacia el Pozo Dragón. Acercándose a sus hermanos, Alayna abrazó a Aidan y luego a Asher, esperando lo inevitable.

—¿Dónde está Alden? —preguntó Asher, escaneando los hombres en busca de su hermano.

Los ojos de Alayna se llenaron de lágrimas, pero parpadeó para apartarlas—. Está... está muerto.

El rostro de Aidan cayó y Asher dio un paso atrás mientras preguntaba—: ¿Qué?

—Lo siento —dijo Alayna—. No pude salvarlo.

Aidan estaba pálido—. Lo sentí. Sentí algo. Debe haber sido Alden.

—¿Cómo? —preguntó Asher, volviéndose hacia Alayna.

—Estábamos luchando contra los espectros —explicó Alayna—. Y me salvó y cayó. No pude salvarlo.

Aidan tiró de su hermana en un breve abrazo—. No fue tu culpa, Alayna. Alden hizo su elección.

—No pude salvarlo —susurró Alayna—. Y ahora está muerto por mi culpa.

—No —dijo Asher—. Aidan tiene razón. Alden tomó su decisión y nos merecemos el derecho a llorar, pero ahora tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos.

—¿Cómo puedes decir eso? —preguntó Alayna—. Era nuestro hermano.

—Y tenemos una guerra que ganar —respondió Aidan—. No podemos hacer eso y llorar por nuestro hermano. Cuando se gane la guerra, lo lloraremos como se merece.

—Él no...

—Lo que no querría es que olvidemos por qué estamos aquí —dijo Aidan—. No querría que dejáramos que esta... tragedia nos hiciera retroceder.