♠ Capítulo 25: Recuerdos de aquella isla. ♠

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(...) Aún recuerdo aquellos felices momentos en que todos estábamos reunidos. Las grandes aventuras y peligros que juntos logramos afrontar. Todo en absoluto.

Pero... Aún por tanto tiempo que vivimos en grupo, no fue suficiente el tiempo como para permanecer unidos por el resto de nuestras vidas. Así fue como, de forma natural, nuestros grupo se separó gradualmente por diversas razones. Dando así, un final a nuestra aventura como un equipo. Como una familia...

No obstante, solo cinco de nosotros continuamos con la misión que los dioses nos habían encomendado, pero, al terminar la batalla contra Wizum, nos encontrábamos en un punto muerto. Pues al darnos cuenta de la situación, la maldad en el mundo ahora estaba controlada por las fuerzas de seguridad que cada isla tenía; por lo que, aunque aún existía un riesgo por esto, ya no era necesario que nuestro grupo se presentase para acabar con la maldad.

Por lo tanto, ahora teníamos tiempo de sobra para descansar en la modernizada isla de Megacraft. Así que después de darnos cuenta de esto, tomamos este hecho por dado y decidimos dar un paseo por el basto golfo de Megacraft, esto después de tomar prestado uno de los yates de Linnie, para después salir en una sesión de pesca en grupo.

Así que una vez en alta mar, salimos de pesca para matar un poco el tiempo libre que ahora teníamos.

Pasadas unas cuantas horas, descansamos un poco de aquella larga sesión de pesca y nos reunimos todos en el pequeño bar con el que el barco contaba. Sebas había preparado un par de exquisitos cocteles de mariscos, que aunque picaban un poco por la cantidad de chile que Sebas había usado, eran completamente ingeniosos y disfrutables.

Mientras tomábamos de nuestros cocteles, una conversación surgió para difuminar el silencio, siendo el tema principal la sensación de nostalgia producida por saber en que varios de nuestros compañeros ya no volverían a estar reunidos con nosotros.

—Y fue así como descubrí que Chespin tenía algo con Dino —dijo Sebas, mientras agarraba de nuevo su coctel para darle un trago.

—¡No puedo creer que haya ocultado eso todo este tiempo! —exclamó Zerok después de que Sebas les contase tal secreto.

Y así, esta conversación se extendió hasta que todos terminamos satisfechos y hartos de los cocteles de Sebas. Después de eso, era hora de volver a nuestro descanso y seguir cada uno con lo nuestro, siendo así que Sebas y Zerok se dirigían a la cubierta para reanudar con la sesión de pesca. Kevin, por su parte, se dirigió junto con Darkox hacia la cabina de mando del barco; esto para discutir sobre el rumbo que había que tomar de camino a la isla, y para asistir a nuestro líder en las operaciones de mando.

Yo, por otro lado, volví a mi camarote para terminar de leer uno de los libros antiguos que el doctor Sed había logrado transcribir para mí. Dicho libro trataba algunos relatos acerca de la dimensión madre que fueron escritos mucho antes de que algunos de mis compañeros nacieran.

Al cabo de un rato, Darkox anunció por el sistema de parlantes del barco que nos dirigíamos de vuelta a la isla de Megacraft.

Por un momento pensé: —¡Al fin volvemos a casa! —No obstante, comencé a tener una idea muy curiosa de lo que podría suceder en el trayecto a casa...

—¿Y qué pasaría si el barco se perdiera en el mar? —me pregunté, vacilando un poco acerca a la respuesta de esta pregunta. —¿Y si Megacraft no fuera la última isla en el archipiélago de Hiesho?

Esta clase de preguntas abundaban en mi mente curiosa. No obstante, parecía ser que mi curiosidad fue más allá de los límites y una extraña casualidad hizo que todo lo que me había planteado se hiciera realidad. Fue así como, después de que Darkox anunciará nuestro retorno a la isla de Megacraft, el líder y capitán del barco se detuviera un momento para pensarlo y me llamará de inmediato por el altavoz del barco.

La Hyper-saga - Leyendas del Dodo y el Hiesho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora