♠ Capítulo 30: El reino de los Piglins. ♠

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Después de terminar de leer la tablilla que describía lo que había sucedido en la isla, notamos que Yisus no estaba a nuestro lado; si no que este se había escabullido mientras estábamos distraídos, para correr y tomar la estatuilla de oro que yacía en el pedestal dorado.

Al momento en que Yisus tomó la estatuilla, un terremoto sacudió la zona con mucha fuerza y, después del temblor, tres puertas alrededor de la sala se abrieron entre las paredes y, justo detrás de ellas, tres inmensos portales del inframundo se descubrieron.

Tras la aparición de los portales, aquellas criaturas con forma de cerdo comenzaron a salir de los portales, repletos de furia y coraje. Al ver esto, no lo dudamos más e intentamos ayudar a Yisus a salir de donde estaba, pero al notar que este no se podía mover de donde había tomado la estatuilla, vimos que sus manos estaban siendo cubiertas por el rastro de oro, por lo que, supimos que la maldición de esta isla aún seguía entre nosotros.

Después de intentar nuestros máximos esfuerzos, Darkox gritó a todos que saliéramos de allí sin pensarlo más. Y tenía razón. No había nada que pudiéramos hacer para liberar a Yisus, pues su avaricia le había llevado a ser presa de la maldición que una vez destruyo a una sociedad antigua.

Y sin pensarlo dos veces más, todos salimos de allí con rapidez, dejando a Yisus atrás, siendo convertido en una estatua de oro más.

Mientras corríamos, más Piglins se atravesaban en nuestro camino para intentar derribarnos. Nosotros éramos mucho más rápidos y afortunadamente nada nos pudo detener. Eso hasta que salimos al patio de la fortaleza, en donde para nuestra mala suerte nos esperaba una vez más la inmensa bestia que era Solis, el hijo de la diosa Aurum. En cuanto vimos a la bestia abrirse pasó ferozmente entre las ruinas de la fortaleza, cambiamos nuestra dirección y nos dirigimos hacía una de las torres de esta. En cuanto miramos atrás, notamos que la bestia nos había dejado de perseguir, y en consecuencia a esto, había cambiado de objetivo hacía los Piglins. Quienes después de notar al monstruo enorme en el patio de la fortaleza, corrieron de igual manera que nosotros lo habíamos hecho.

Así que, sin pensarlo más, aprovechamos esta oportunidad para escapar de la fortaleza y dirigirnos lo más rápido hacía la playa en donde se encontraba nuestro barco destrozado. El plan había cambiado radicalmente de "buscar recursos", a ser "¡usemos lo que tengamos y salgamos de aquí!".

Una vez salimos de la fortaleza, logramos perder el rastro de la bestia y de los Piglins, por lo que buscamos una forma de llegar a la playa sin perdernos en el camino. Pensando en este plan, recordamos que un punto de interés cercano a la playa era la base militar en la que tuvimos que separarnos de Gian; no queríamos volver allí, pero la situación lo requería urgentemente. Porque si podíamos hacernos con algunos recursos más, podríamos tener una probabilidad extra de sobrevivir y escapar todos juntos de la isla. Así que nos apresuramos a dirigirnos hacia la base militar.

El día se estaba acabando y el sol se estaba ocultando. La poca visibilidad que teníamos se hacía gradualmente peor conforme la luna comenzaba a salir, y aún nos quedaba bastante camino para llegar a la base militar. Nuestras únicas opciones en ese momento eran: O continuar sin poder ver nada entre la noche; o prender nuestro ultimo farol y arriesgarnos a ser detectados por la bestia.

Como no queríamos arriesgarnos, tuvimos que tomar la primera opción; sin embargo, no descartamos la segunda debido a que podía ser útil en una emergencia. Así que seguimos nuestro camino por el inmenso bosque a oscuras hacía la base militar. Más tarde, logramos llegar a salvo a la base, y con esto, nos ocultamos en su interior para buscar más suministros.

Al explorar de nuevo la base, nos dimos cuenta de que, en el área en donde estaba el ascensor, un ventanal se había abierto cuando encendimos la electricidad en la base. Dicho ventanal tenía una vista perfecta hacía una especie de grieta en el exterior que al fondo poseía un acceso a unas minas. Entre este gran agujero en la tierra, notamos una abertura de maldad. Con esto supusimos que la bestia en realidad no nos perseguía, si no que esta se movía con ayuda de algunas fuentes de maldad que había en la isla, y, de esa forma, lograba atraparnos en donde quiera que estuviésemos.

La Hyper-saga - Leyendas del Dodo y el Hiesho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora