Remontándonos al pasado nuevamente. Después de la guerra dimensional, los 3 distintos clanes en los que la humanidad estaba dividida luchaban guerras por conquistar territorios y expandir así sus colonias. Las batallas eran duras, siempre había más bajas que supervivientes; lo cual, llamó la atención de los legendarios dioses que habían persistido después de la guerra contra los dragones.
Al ver la situación, los dioses idearon estrategias para acabar con la guerra, sin embargo, muchas de las ideas planteadas suponían un riesgo muy grande que podría ocasionar un desbalance en la naturaleza de la dimensión. Por lo que, para no comprometer este factor, dieron pie a un nuevo plan que, si bien podría fallar, no perjudicaba en nada el orden natural del mundo. Fue así, como el dios Hiesho, con la ayuda de la diosa Dodo, enviaron un representante al mundo humano para terminar con las guerras provocadas por las disputas de territorios.
La misión de este "representante" era acabar con la mayor parte de humanos de los clanes que amenazaban con destrozar territorios y la naturaleza en sí. Tras algunos días, el nuevo guerrero comenzó a trabajar en su labor; no sin antes, haber sido equipado previamente con una armadura de samurái con algunas marcas divinas del dios Hiesho, junto con una poderosa Katana capaz de cortar hasta la más dura piedra de un golpe.
Los resultados de su trabajo fueron excelentes. Los dioses habían logrado hacer que los distintos clanes dejaran las peleas absurdas utilizando su poder para castigarles en medio de sus batallas. Aquellos que se interponían en el camino de dicho samurái, eran arrebatados de sus vidas en la dimensión madre sin ninguna pizca de piedad. Fue así como en tan solo una semana, los clanes dejaron las peleas por ocupar más territorios y, finalmente, la paz regresó al mundo. No obstante, al haber cumplido con su misión, el guerrero no tenía un rumbo ni un objetivo que seguir, dejándolo a mitad de una tierra que no conocía por su cuenta. A esto, los dioses decidieron darle una personalidad propia y una nueva tarea: Ser libre y buscar siempre hacer justicia por aquellos que son reprimidos de su libertad. Con esto, el samurái abandono las tierras muertas donde las grandes batallas se habían llevado a cabo y se dirigió en búsqueda de un nuevo hogar en el que quedarse por el resto de su eterna vida.
Años más tarde, los clanes volvieron a tener disputas entre sí, sin embargo, esta vez pedían a los dioses la ayuda que el guerrero desconocido les dio en el pasado para terminar con sus luchas. Pero nunca más se volvió a saber de él. Su paradero era un completo misterio, nadie sabía dónde comenzar a buscar ni en donde podría estar el legendario espadachín que alguna vez acabo con ejércitos enteros.
Y, entre la desesperación, la gente comenzó a buscar rastro de él. Al principio la búsqueda fue dura, pero más tarde, se sabría que el guerrero había abandonado las tierras habitadas por los clanes Dodo y Hiesho, y se había dirigido directo a las montañas solitarias al noreste de la región. Nadie conocía el motivo de porque un guerrero de tan alto grado iría por sí solo a una tierra desolada e inhabitable según las leyendas.
Pero, después de investigar un poco, la gente recordó las predicciones de una sabía leyenda antigua que describía como el mundo iba a ser salvado del cataclismo por un grupo de poderosos aventureros que, entre ellos, los poderes de los mismos dioses serían repartidos para salvar el basto mundo de la dimensión madre. Y entre esos aventureros, una imagen muy antigua de un guerrero con aspecto similar al legendario samurái podía ser encontrado. Siendo así, como los clanes dejaron de buscar al guerrero y dieron fin a sus interminables conflictos ellos mismos. Teniendo fe en que la profecía, algún día sería cumplida.
Mientras tanto, en el camino de aquel legendario samurái, el guerrero atravesó el bosque sagrado que rodeaba la montaña. Al llegar a la base de la montaña, se percató de un extraño poblado cerca de la costa en el lado norte de la zona; al llegar ahí, fue recibido por 2 criaturas muy extrañas formadas de hojas y guisantes. Tras pasar un tiempo en una de las casas más grandes, conoció al jefe de la aldea: un tipo con una distintiva capa roja y una máscara oscura con la que ocultaba su rostro. Detrás de él, había un zombi muy extraño, portando una espada en su espalda y un pastel en la cabeza como si de un sombrero se tratase. A su lado, un dragón oscuro de la dimensión de El Fin cruzando los brazos y juzgando su aspecto extraño.
Todos allí eran muy raros, pero, no eran tan agresivos. Más bien, fueron amables con el guerrero y, tras una exquisita comida, los aventureros que vivían allí revelaron experiencias que los asemejaba a las personas que participaban en las profecías. Al final, el guerrero menciono que fue enviado por parte del dios Hiesho para proteger a la humanidad de un cataclismo. Tras decir esto, los aventureros en la sala comenzaron a hablar entre sí; y tras una charla muy extraña que el guerrero samurái no comprendía, los aventureros le dejaron quedarse en la pequeña aldea que habían construido.
Siendo así, como el guerrero cuyo nombre era Samurái (literalmente), se unió al grupo de aventuras de Darkox, Dino, Zilio, Kevin y Drago. Dando por cumplida la primera fase de la profecía. Pero, su segunda fase estaba por comenzar, y una larga aventura nueva les aguardaba próximamente a estos seis aventureros...
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La Hyper-saga - Leyendas del Dodo y el Hiesho.
FanfictionLas aventuras no son divertidas si no son en compañía de tus mejores amigos. En esta saga se presentan las aventuras y viajes de un grupo de amigos que fueron conociéndose poco a poco, fundando así, un gran vínculo entre ellos, e igualmente sembrand...