La Hyper-saga - Leyendas del Dodo y el Hiesho.

◘ ◘ Capítulo 17: La gran guerra celestial ◘ ◘

Los héroes procedieron a moverse por el gran puente que conectaba el portal con la entrada a la ciudad celestial. Mientras tanto, más y más estructuras caían de las nubes que colapsaban y solamente era posible ver como los escombros caían al inmenso vacío.

Al pasar por el arco que marcaba la entrada a la ciudad, observaron que el lugar era un completo caos. Había de todo: desde criaturas oscuras que merodeaban por los puentes que conectaban cada nube; hasta múltiples zonas cubiertas por lo que parecía ser la misma materia oscura que se habían encontrado antes en la fortaleza Dodo.

El lugar en donde estaba el grupo estaba lleno de montones de aquella materia oscura, la cual, bloqueaba el paso para seguir adentrándose en la ciudad celestial. La única forma de cruzar al otro lado era saltando en algunas nubes que estaban alrededor que parecían ser los escombros de una escalera. Al saltar en estos, los héroes llegaron al otro lado y derrotaron a algunas de aquellas criaturas oscuras que se disponían a atacarles. Después de eso, el grupo observó un poco el panorama mientras Dino y Juregan saltaban entre más de aquellas nubes.

A lo lejos se podía ver lo que parecía ser un palacio sumamente grande, cuya entrada estaba llena de materia oscura y monstruos, por lo cual, su acceso era imposible. Dino y Juregan seguían saltando entre nubes, logrando así, avistar otra fuente de agua sagrada más adelante.

No obstante, Samurái examinó a detalle las nubes que estaban alrededor y descubrió que algunas de estas nubes tenían activadores. Lo cual obviamente, era una trampa. Pero Dino y Juregan no hicieron caso y siguieron saltando entre más nubes, activando una trampa que estaba escondida debajo de una capa muy fina de pasto en una nube.

La trampa se activó y comenzaron a surgir algunos gólems con armaduras del clan Hiesho por todo el lugar. Los gólems activaron su modo de batalla y sacaron de sus brazos algunas espadas y escudos. El grupo de héroes intento correr de los gólems, sin embargo, estos podían moverse más rápido que ellos, siendo imposible dejarlos atrás.

Samurái sugirió en medio del caos que intentaran hablar con ellos, pero desafortunadamente, los gólems no tenían conciencia propia, lo cual lo hacía maquinas de guerra totalmente y hacía imposible intentar tratar con ellos. Entonces, como una medida desesperada, Darkox ordenó a Dino y a Juregan que intentaran llamar la atención de las criaturas sombrías que merodeaban cerca de donde el grupo estaba.

Fue así como, con esta estrategia arriesgada, los héroes fueron capaces de quitarse a los gólems de encima haciéndoles pelear contra las criaturas oscuras, logrando así, llegar sanos y salvos a donde la fuente sagrada se encontraba. Al llegar al lugar, vieron que más adelante se encontraba un templo más pequeño comparado a todas las estructuras que había en la ciudadela. Dentro de este templo, encontraron lo que parecía ser un mural y un estante donde se encontraba un arco muy raro.

El mural mostraba lo que parecía ser una pintura de un grupo de personas sujetando un cáliz sobre el cuerpo de un dragón. A los lados, parecían haber representaciones muy extrañas de los dioses; y arriba del todo, estaba dibujado un símbolo que nadie conocía: Una luna morada con una pequeña estrella magenta.

Pero, aunque el mural fuera bastante misterioso, los héroes se habían enfocado en el arco que tenían delante, el cual, tenía una tablilla debajo que leía lo siguiente:

"Portadores del cáliz de la salvación. Acepten este regalo sagrado otorgado por los antiguos dioses. Usen su fuerza divina para acabar con el mal que amenaza estas tierras. Terminen su misión y habrán cumplido la profecía..."

Tras leer esto, Chespin tomó el arco y, detrás del estante donde se encontraba, apareció una plataforma del suelo y con ella un carcaj lleno de flechas imbuidas en lo que parecía ser el veneno que destruyó a los dragones del Fin.