Capítulo 9 ◾ Sin secretos

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16 de septiembre de 2021

Me pesa la cabeza, trato de abrir los ojos, a pesar del dolor.

Una luz me ciega por unos segundos, estoy tumbada en una cama, completamente tapada y con un pijama de seda.

Las paredes están pintadas de negro, al igual que la cama, el suelo tiene una alfombra blanca.

Parece la casa de una película.

Me levanto, mirando todo el espacio, hay un baño con todo tipo de comodidades, una bañera, una ducha...

Intento abrir la puerta de la habitación sin éxito, alguien lo escucha al otro lado, y oigo una llave girarse, me subo de un salto a la cama, abrazando mis rodillas.

— ¿Quieres algo?

Un hombre alto, con tatuajes adornando todo su cuerpo, entra en la habitación, lleva una camiseta blanca, de manga corta, y unos pantalones negros, parece un preso que se acaba de fugar.

— ¿Dónde estoy? — musito.

— En casa.

— No...

— En casa — me interrumpe —. ¿Quieres algo?

— ¿Agua?

El hombre asiente y sale, cerrando de nuevo la puerta, vuelvo a escuchar la llave al otro lado.

¿Dónde estoy? 

Trato de sacar conclusiones mirando a través de la ventana, pero no identifico ningún edificio, el cielo está gris, por lo que podemos seguir en California, no sé cuanto tiempo he estado dormida.

La puerta se abre de nuevo, el hombre de antes me deja un vaso de agua en la mesita y se va sin articular palabra.

Necesito escapar.

Me acerco a la ventana, que como era evidente, también está cerrada.

¿Cómo se escaparían en saw?

Bueno, claramente cortándose una mano, o algo por el estilo.

Es una casa grande, el jardín que se ve desde mi ventana es precioso, ¿me ha secuestrado un millonario?

Si esto fuese una novela de las que leo, estaría encantada, claro que, no es una novela, es mi vida, y han matado a mi amiga.

¿Qué mierda estás pensando Emma? Espabila.

Me golpeo la cabeza para tratar de centrarme.

Voy decidida a la puerta y golpeo dos veces.

— Quiero ver al jefe — intento sonar convincente. 

Una risa ronca se escucha al otro lado.

— Es una orden — insisto.

La puerta no tarda en abrirse, el hombre, que ahora está justo en frente, me saca varias cabezas, levanto la cabeza para poder mirarlo.

— No me molestes, estoy trabajando — señala la cama —. Duerme si quieres.

Me empuja, y sale de nuevo.

Bufo frustrada, me muerdo el labio por los nervios, haciendo que la herida se abra de nuevo.

Genial.

— ¡Soltadme! — golpeo la puerta — ¡llamaré a la policía!

— Suerte buscando el teléfono — escucho al hombre al otro lado de la puerta.

— ¡Aaaaah! — un gruñido de desesperación quema mi garganta.

Mi pecho sube y baja rápidamente, y siento como la ansiedad está a punto de salir de nuevo.

NÚMERO OCULTO © PRÓXIMAMENTE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora