Capítulo 21 ◾ Demonios

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27 de septiembre de 2021

Me despierto sola, es pronto, pero no he podido conciliar el sueño después de lo de ayer, quiero ir a clase, hablar con mis amigos, volver a tener algo de vida normal y tranquilidad, como si nada de esto hubiese pasado.

— Buenos días — Ethan pasa su brazo alrededor de mi cintura.

La poca luz que se filtra por la ventana me deja ver que aún sigue con los ojos cerrados, no puedo evitar sonreír, me encanta verlo cuando se despierta.

— Ethan — me giro quedándome a centímetros de su cara —, quiero ir al campus...

Abre los ojos de golpe, y frunce el ceño, está claro que esto no le ha gustado.

— No, estás herida.

— A penas me duele.

— No te duele porque has descansado, pero eso no hace que la herida desaparezca Emma, no, no voy ni a discutirlo.

— Te recuerdo que estoy al mando y puedo...

No termino la frase, Ethan me besa haciendo que no pueda responder, abro los ojos ante la sorpresa y no puedo evitar reírme.

— ¿Es tu estrategia?

— Sí, y ha funcionado.

Se levanta de la cama, tan solo lleva la ropa interior y eso hace que no pueda evitar mirarlo de arriba a abajo, le hace un buen culo.

¿Cómo es posible tener tal cuerpo sin hacer ejercicio? ¿O acaso hace ejercicio a escondidas?

Se gira y me mira con una sonrisa.

— Deja de morderte el labio.

— Ups — sonrío mientras mis mejillas se ponen rojas.

— ¿Qué quieres desayunar? — se pone un pantalón de deporte.

Siempre se pone pantalones de deporte.

— Zumo, y tostadas. 

Se gira y sale de la habitación, hacía tiempo que no me traía el desayunado, bueno, hacía tiempo que no desayunábamos tranquilos.

La policía aún no ha encontrado esta casa, y siendo sincera, no creo que lo hagan tan fácilmente.

Tengo que hablar con Ethan sobre los papeles de ayer, y no sé si estoy preparada para ello, no quiero discutir, quiero disfrutar de cualquier momento de tranquilidad.

— ¿En qué piensas? — Ethan entra de nuevo.

Lleva una bandeja en las manos y cierra la puerta con el pie.

—Nada — miento—. Estaba esperando el desayuno.

Se sienta en la cama con la bandeja, claramente no le convence mi respuesta.

— Come — me besa la cabeza mientras se levanta —. Voy a ducharme.

Asiento mientras me llevo una tostada a la boca y observo como entra al baño.

Ha dejado la maldita puerta abierta.

Emma, contrólate, estás herida.

Escucho el agua, y no puedo evitar imaginarlo en la ducha, completamente desnudo, con el agua cayendo sobre su espalda, abdominales, su...

Niego con la cabeza y vuelvo a morder la tostada.

Tengo que ducharme con él, estamos matando el planeta, y no podemos desperdiciar agua.

NÚMERO OCULTO © PRÓXIMAMENTE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora