NÚMERO OCULTO © PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO

Capítulo 17 ◾ ¿Dónde estás?

22 de septiembre de 2021

Me despierto con un beso en la sien, abro los ojos despacio, tratando de adaptarme a la luz.

— Nena, tienes que ir a clase — la voz de Ethan por la mañana es aún más ronca.

Abrazo su torso, no quiero salir de la cama, ha sido la primera vez en mucho tiempo que duermo bien.

Acaricio la marca de su pecho, la herida está curando bien, pero la cicatriz va a quedarse ahí para siempre.

Miro uno de sus tatuajes, en las costillas.

— ¿Qué es?

— Te pasas la vida leyendo... ¿Y no conoces a Edgar Allan Poe? — se ríe —. Un poema, mi madre los leía a todas horas.

Cuando habla de su madre su voz suena más rota, no tengo dudas de que lo que hizo vive dentro de su cabeza, como un demonio.

Bajo la mano por su abdomen, acariciando el relieve que forman los abdominales marcados.

— Eh — sujeta mi mano —. No sigas bajando, tienes que ir a clase.

Se levanta de la cama, y lo miro poniendo mi mejor puchero.

— Quiero saber que pone en ese tatuaje.

— Tendrás que aprender griego — se ríe buscando un pantalón de deporte. 

— Está bien — me levanto —. Quizá Alaric sepa griego, la gente que sabe varios idiomas es más fácil que...

— No juegues Emma... — gruñe.

— Solo es mera curiosidad — trato de esconder mi sonrisa.

— ¿Quieres ver a tu amigo muerto?

Se acerca a mí, y ahora me siento estúpida, a veces se me olvida lo que es capaz de hacer.

Me da un beso suave, agarrando mi cintura.

— Es tu nombre.

Se da la vuelta, saliendo de la habitación, dejándome con la boca completamente abierta, ¿cuándo se lo tatuó? ¿Es verdad que lleva años obsesionado conmigo? ¿Y por qué se lo tatuó al lado de su...?

Niego con la cabeza, me visto rápido y salgo de la habitación, voy a llegar tarde, así que decido desayunar con calma.

— Buenos días colibrí — digo con una sonrisa.

— Hoy estás muy feliz, y guapa — me da una bandeja.

Los desayunos en esta casa tienen de todo, fruta, tostadas, cereales, pasteles...

— Me alegro de que ella esté feliz, porque a mí no me han dejado dormir — Bestia entra en la cocina —. Voy a pedir al jefe otra habitación.

Me atraganto con el zumo, que sale disparado por mi nariz.

— Lo siento...  

— No te disculpes, que se busque una novia — Ethan entra, abrazándome por la espalda y besando mi cuello antes de abrir la nevera.

Observo a los chicos, me siento cómoda con ellos, hacen que me sienta una más, a su altura, sin pisarme, y eso me gusta.

— Vamos — dice Ethan con una manzana en la mano.

Bestia y yo salimos con el de la casa, llegamos al campus bastante rápido, puedo ver la pistola escondida en la ropa de Ethan.

— ¿Trabajo? — pregunto.

— No, hoy trabajo por la noche, contigo.

Sonrío, tratando de esconder mis nervios, y me da un beso de despedida, siento todos los ojos del campus puestos sobre nosotros, no los culpo, estoy acompañada de dos villanos de película.