NÚMERO OCULTO © PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO

Capítulo 14 ◾ Familia

20 de septiembre de 2021

— El tío de la tienda.

Abro la boca ante su respuesta, está completamente calmado, le da exactamente igual matar a la gente, no puede estar hablando en serio.

—¿En serio Ethan? ¡No puedes ir torturando a la gente como te plazca!

— Si puedo, y tú también, cuanto antes te des cuenta mejor Emma, estás agotando mi paciencia.

— ¡Pues mátame! Es como solucionas tus problemas — lo empujo, haciendo que se levante de la silla.

Trago grueso y levanto la cabeza, tratando de esconder el miedo que me produce verlo frente a mí, con la gran diferencia de altura y cuerpo.

— ¿Aún crees que te mataría?

No respondo, su pecho sube y baja con rapidez, se muerde el labio conteniendo la ira, y sujeta mi mandíbula con fuerza, haciendo que no pueda mover la cara.

— Te estoy dando todo lo que quieres, ese bastardo habló y tocó lo que es mío — aprieta más mi cara, trato de contener las lágrimas — que te sirva para darte cuenta, que no bromeo.

Me suelta y sale del baño, dando un portazo que hace que mi cuerpo de un pequeño salto.

¿Se refiere al aviso de hace unos días sobre Alaric?

¿Cómo hemos pasado de estar con ganas el uno del otro a esto?

¿Por qué me atrae una persona así?

— ¡Aaaah! - un grito desgarra mi garganta — ¡Joder!

Me tiro en el suelo del baño, las lágrimas y el llanto me abrasan, siento que no soy yo, que no hay rastro de la Emma de hace unos días.

Unos jodidos días.

Y lo peor es, que aunque quiera alejarme de él, es imposible, porque sé que me da paz, por alguna razón extraña, es la única persona en toda mi vida que se ha preocupado por mis intereses.

La puerta se abre de nuevo, pero no quiero que me vea así.

— ¡Vete! — gruño.

— Sé más educada, que no tengo la culpa.

Levanto la cabeza, escuchando esa risa ronca inconfundible.

— Bestia, perdón, yo...

— No me gusta que me pidan perdón — estira su mano para que me levante del suelo — suelo matar antes a la gente.

Sujeto su mano, y hace fuerza, ayudándome a que me ponga de pies.

— ¿Por qué lo hacéis? Trato de entenderlo, pero...

— Supervivencia, sé que el jefe a veces puede ser duro, pero te aseguro que nadie va a protegerte como él.

— ¿Y la casa? Sois... — trago saliva, pero mi garganta está tan seca que duele — ¿mafiosos? - musito.

Abro los ojos ante la carcajada de Bestia, está claro que mi pregunta, para variar, vuelve a ser estúpida.

— ¿Mafiosos? Entonces tendrías una mansión para ti sola, nos dedicamos a matar — sale del baño sentándose en la cama de la habitación, y lo sigo —. Todo empezó con la cadena, la familia de Ethan lleva años metida en ello.

> Mi familia siempre ha estado muy unida a la de ellos, hace dos generaciones comenzamos a recibir dinero por encargos, Ethan odia que lo llame así, pero entre tu y yo, somos una especie de sicarios.