.XVII.

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-Sirius: James Potter, ¿¡Podrías dejar de hablar de la cabeza de zanahoria de Evans por un maldito segundo!?

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-Sirius: James Potter, ¿¡Podrías dejar de hablar de la cabeza de zanahoria de Evans por un maldito segundo!?

-James: Esque es preciosa, ¡Y no la llames así!- reprendió al pelinegro- Ya verás, cuando seamos mayores se casará conmigo y tendremos un hijo, o dos o tres... Y si es niño se llamará Harry James Potter, mientras que si es niña se llamará Mia Lily Potter. Tendrán mi pelo pero sus ojos verdes y viviremos en una preciosa casa en el Valle de Godric- dijo con voz de enamorado-.

-Remus: ¿Estamos seguros de que no le han dado amortentia?- le preguntó al Black y este asintió-.

-Sirius: Sí, porque lily-flor no le da ni la hora.

Ambos volvieron a mirar al Potter quien seguía hablando de lo enamorado que estaba de Evans.

-Sirius: Lupin- llamó la atención del chico-.

-Remus: ¿Sí, Sirius?

-Sirius: Perdón por lo del otro dia- se disculpó- Sé que estuvo mal el rebuscar entre tus cosas pero te prometo que no le contaré tu secreto a nadie. Es más, haría un juramento inquebrantable en este preciso momento si estás de acuerdo.

-Remus: Sirius, que no se lo dirás a nadie. Reaccioné mal ese día ya que era justo antes de la luna llena y en esos momentos suelo ser menos paciente y me enfado por todo. De verdad que yo también lo siento.

Ambos muchachos se miraron y sonrieron. ¿Podía tener Remus unos ojos más bonitos? Eran castaños claro de un color parecido a la miel que a la luz (y sobretodo en fechas de luna llena) se tornaba de un color dorado brillante. Su mirada era hipnótica.

-James: ¿¡Alguien me pasa papel!?- gritó desde el baño-.

-Sirius: ¡Eres un mago! ¡Literalmente puedes convocarlo con tu varita!- chilló de vuelta mientras Remus amablemente se acercaba a la puerta del baño con un rollo de papel nuevo- Maldito bastardo. Además de ciego también imbécil.

-James: ¡Te he oído!

-Sirius: ¡Cállate Potter!

Los tres muchachos bajaron a comer después de eso. Estaban sentados en la mesa de gryffindor cuando una bandada de lechuzas entro volando. Pronto el gran comedor se llenó de gritos de horror y exclamaciones. Y todas las miradas se posaron en los primos Black.

Sirius le arrebató el profeta a un Gryffindor cualquiera y lo leyó.

Mueren cinco muggles tras ser torturados brutalmente y luego asesinados. Solo dejan un brazo de una de las víctimas.

Se conoce que los atacantes son seguidores de Voldemort y uno de ellos se cree que ha sido el matriarca Black, Orión Black, que actualmente se encuentra bajo investigación.

Más información de la página 3 a la 11.

El mundo de Sirius se vino abajo. ¿Su padre? ¿Un maldito asesino?

Se lo habría esperado de cualquier persona, incluso tal vez su madre pero, ¿Su padre?

Todo el gran comedor se llenó de susurros y comentarios hacia los Black mientras sus miradas se posaban en la familia, aunque priorizando en Sirius y Regulus.

Pudo escuchar la voz de James mientras le hablaba pero esta se sentía muy alejada de él.

No podía ser cierto, ¿Su padre un asesino? ¿Esa persona a la que de pequeño creía un héroe? ¿De quien llevaba los genes?

Se sintió enfermo solo de pensarlo. Sirius era hijo de Orión, compartían ADN. Una parte de su padre vivía en él. Tenía sangre de asesino corriendo por sus venas.

Y él queria eliminarla, podía sentirla quemar en su interior, y la quería fuera.

Se levantó de la mesa y caminó fuera del gran comedor haciendo caso omiso a los gritos de sus amigos. No sabía a donde iba aunque bien podía ir a su habitación y allí nadie le molestaría. Aunque quería ser encontrado. Quería que alguien fuese y le preguntaste cómo estaba y él lo dejase salir todo. Quería librarse de la carga y ser solo un niño de 13 años con una familia normal. No con un padre asesino y una madre maltratadora.

Se sentó en el suelo apoyándose en una pared al notar que el aire se escapaba de sus pulmones. Comenzó a temblar mientras las palabras se repetían en su mente.

"Muertos" "torturados" "asesinados" "Orión Black"

Cerró los ojos con fuerza al mismo tiempo que las lágrimas comenzaban a salir. El aire no llegaba a sus pulmones pero él miró su brazo, sus venas azules transpasando su pálida piel.

Fuera, la quería fuera.

Con sus uñas comenzó a rascar fuertemente su antebrazo. Este pasó de blanco a rojo dejando fuertes líneas carmesí a su paso.

No quería nada de sus padres, no quería saber nada de ellos. No quería ser parte de ellos.

Siguió rascando hasta que sintió el escozor que aumentaba a medida que sus lagrimas saladas caían sobre los rasguños.

Solo la quería fuera...

-James: ¡Sirius!

El Potter llegó rápidamente corriendo acompañado de los otros dos merodeadores. James se agachó a su altura y lo obligó a parar.

-Sirius: James no puedo- no puedo- dijo entre sollozos tratando de tomar aire y fallando en el intento-.

-James: Sirius respira, no se sabe si realmente fue él.

-Sirius: Si lo fue James, yo sé que lo hizo.

Su cuerpo temblaba de una manera incontrolable.

-Sirius: Es mi padre, y es un maldito asesino- su voz también temblaba- Tengo su sangre, James, ¡Su sangre corre en mi!

Su voz se quebró al mismo tiempo que tosió. El oxígeno no llegaba a su organismo y poco a poco dejaba de poder decir oraciones con fluidez.

-James: Remus, Peter, id a por agua a la cocina- le dijo a los muchachos y estos rápidamente se fueron- Sirius, necesito que me escuches. Tú no eres tú padre. Y ahora mismo necesito que respires, ¿Vale?

El Black asintió aunque sabía que no podría.

-James: Respira- abrazó fuertemente a su amigo dejándolo pegado a su pecho- Céntrate en respirar. Tú solo escucha mi voz y sigue mi respiración.

La respiración del Potter era calmada y lenta. Fue difícil pero poco a poco lo fue consiguiendo.

-James: ¿Ves como si puedes?- Sirius asintió-.

-Peter: Ten- le tendió una botella de agua y el la bebió del tirón-.

-Sirius: Gracias.

Y entonces se sintió avergonzado por toda la escena. Y por llorar, ¿A quién le gustaba llorar en público? En ese mismo momento quería que la tierra lo tragase.

Por suerte ninguno de los merodeadores mencionó esto en un futuro.

Por suerte ninguno de los merodeadores mencionó esto en un futuro

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Toujours PurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora