.XIV.

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-Sirius: ¡Lupin!- llamó al chico-

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-Sirius: ¡Lupin!- llamó al chico-.

La última semana Remus había estado evitando a los chicos por alguna extraña razón. Bien pensaba Sirius que, tal vez, si Remus era un hombre lobo, la luna le estaba afectando ya que estaba a la vuelta de la esquina. O mejor dicho, era en tan solo unas pocas horas.

-Sirius: ¡Remus!- lo volvió a llamar pero este lo ignoró nuevamente-.

Cansado, Sirius vio su oportunidad de empujar a su amigo a un armario de escobas y cerrar la puerta tras de sí.

Sus rostros estaban muy juntos y sus respiraciones se mezclaban al mismo tiempo que se sincronizaban. Hacia mucho calor y el estar en un armario de escobas no ayudaba mucho. Esto de cierto modo puso nervioso al Black. Estaban sumamente cerca.

-Remus: ¿Qué. Maldita. Mente. ¡Quieres!?- preguntó furioso. Sus ojos brillando en un amarillo intenso-.

Sintió miedo.

-Sirius: N-Necesito hablar contigo- tartamudeó nervioso-.

-Remus: Pues yo no, vete a la mierda- trató de abrir la puerta del armario- Ábrela- le ordenó-.

En vez de abrir la puerta, movió una de las escobas y automáticamente un pasadizo apareció a su otro lado. En ese momento el Black pudo volver a respirar con normalidad.

-Sirius: La puerta del armario solo se puede abrir desde fuera, así que tendrás que venir conmigo- Remus resopló-.

Caminaron por un corto periodo de tiempo hasta que llegaron a un tapiz que colgaba en una de las aulas vacías. Ambos muchachos salieron.

-Sirius: ¿Remus?

-Remus: ¿¡Qué quieres, Sirius!?

-Sirius: Setusecreto- dijo rápidamente-.

-Remus: ¿Qué? Más lento y vocaliza.

-Sirius: Sé. Tu. Secreto- dijo lentamente y susurrando-.

Miró fijamente a los ojos de su amigo esperando una reacción. Tal vez se había equivocado.

-Remus: ¿Qué secreto?- su voz vaciló un poco pero volvió al tono enfadado-.

Sirius encambio siempre habia sido bueno con y para las mentiras. Algo a su favor tenía que sacar de los Black.

-Sirius: Sé que eres un licántropo- dijo teniendo mucho cuidado con sus palabras-.

-Remus: Bien, sí, lo soy, ¿Cómo lo has descubierto?

Pensaba que sería más difícil que lo admitiera...

-Sirius: El año pasado antes de las vacaciones de Navidad vi en tu baúl un calendario lunar- comenzó a relatar- Sé que no debía pero rebusqué en tu baúl y vi más calendarios lunares. Todas la lunas llenas estaban marcadas y todas las de meses anteriores tenían de una a cinco rayas al lado- el Lupin lo miraba con gran enfado- No le presté mucha atención en su momento pero en-en estas vacaciones me aburrí y fui a una de las bibliotecas de mi casa y allí vi un libro sobre licantropia. Lo leí y... Todo encajaba. Supongo que esas rayas serían cómo pasaste la luna, ¿No?

Remus no contestó.

-Sirius: Por favor, contesta- pidió en un susurro desesperado-.

Remus no dejaba de mirarlo fijamente y ya le estaba empezando a incomodar. Es más, le daba miedo. Finalmente habló.

-Remus: Dime una cosa Sirius, UNA ÚNICA COSA, ¿A ti te gustaría si ALGUIEN rebuscase entre TUS cosas y se metiese en TUS asuntos?

-Sirius: No pero-

-Remus: ¿¡ENTONCES POR QUÉ COJONES LO HACES!? ¡JODER!- lo volvió a mirar fijamente. Sirius se congeló en en su sitio. Lo miraba con odio- Bien, ya lo sabes, ¿Y qué piensas hacer?

-Sirius: N-Nada.

-Remus: Bien, ya hablaremos. Y ahora, vas a darte la vuelta y vas a salir lentamente de esta habitación antes de que decida matarte, ¡Me has entendido!- Asintió frenéticamente- Y como digas una misera palabra, desearás no haber nacido, ¡Fuera!

Sirius salió casi corriendo del aula en dirección a la sala común de Gryffindor. Pensaba que Remus se tomaría lo de la licantropia de una manera, al menos, más relajada.

-Regulus: ¡Sirius!- saludó alegremente. Iba acompañado de su amigo Barty- ¿Qué te pasa? Parece como si hubieses visto a mamá.

-Sirius: Pues casi.

-Regulus: ¿Estas bien?

¿Bien? ¡Estaba jodidamente aterrado! Remus daba miedo.

-Sirius: Sí, solo un susto, no te preocupes Reg. ¿A dónde vais?- preguntó-.

-Barty: A ningún sitio- dijo con su voz aguda- Hoy no tenemos tarea así que tenemos la tarde libre.

-Sirius: Veniros a mí sala común y jugamos una partida a snaps o ajedrez.

Finalmente los tres caminaron hacia la sala común mientras hablaban. Al llegar, como era de esperarse, solo James y Peter estaban en la habitación.

-Sirius: Tenemos visita- dijo mientras entraban por la puerta-.

-James: ¡Buenas!

-Peter: Hola- saludaron a la vez y volvieron a mirar la revista de quidditch que James tenía en sus manos-.

Rápidamente los dos menores tomaron asiento en la cama desordenada del mayor de todos. Sirius sacó su tablero de ajedrez con figuritas de cristal y comenzaron a jugar. Como era de esperarse, Sirius ganó casi todas las partidas. Estuvieron así hasta que se hizo hora de cenar y los cinco muchachos bajaron al gran comedor.

Desde la lejanía sus dos primas lo reprendieron por estar "contaminando al pequeño Reg".

-Él no necesita más de tus mierdas- le dijo en una ocasión Bellatrix-.

-¡Vas a conseguir que termine como tú, siendo una desgracia y un asqueroso traidor!- le habría gritado Narcisa-.

-James: Oye Black, ¿No sabes nada de Lupin? Se le veía raro.

Sirius se encogió de hombros y negó. Aunque se lo imaginaba.

La luna llena ya brillaba en lo alto.

La luna llena ya brillaba en lo alto

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Toujours PurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora