.XVIII.

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Lo más duro fue cuando llegaron las vacaciones de Navidad y tuvo que ver a su padre

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Lo más duro fue cuando llegaron las vacaciones de Navidad y tuvo que ver a su padre.

Regulus y Sirius bajaron del tren después de despedirse de sus amigos y se acercaron a sus padres. Por primera vez, aunque sabía que seguramente sería la última, se encontraba su padre en la estación.

Luego lo comprendió. Los Black jamás se dejarían acobardar y teniendo en cuenta que Orión se sometía a una investigación, qué mejor que mostrarse en público con su portar elegante y mirada autoritaria.

La mirada de Sirius se posó en su padre a la vez que su madre le miraba serenamente. Regulus, por suerte, no sabía nada de lo ocurrido. Entre sus primas y él habían conseguido ocultarselo al menor ya que bueno, él aún era solo un niño.

Todos somos solo niños.

Miró de vuelta a su madre y con un asentimiento aparecieron en la puerta de Grimmauld Place. Nada más entrar un frío gélido atravesó sus huesos.

Cada vez se sentía más fría aquella horrible casa, y más solitaria. Tal vez era por sus amigos o tal vez era el simple hecho de estar en Hogwarts pero sabía que llegados los tres meses de verano tal vez no podría soportarlos aquí, solo.

-Walburga: Cambiaros los dos. Regulus, a dormir, Sirius- el mencionado miró a su madre- Tú vienes con nosotros. Ponte la túnica que hay en tu cama y átate el maldito cabello- dijo dándole un tirón en este- Vamos, no tenemos todo el día.

Los dos muchachos subieron casi corriendo las escaleras de su casa. Estaba nervioso, ¿A dónde lo llevarian sus padres? Tenía miedo.

Se duchó, se peinó y se vistió con una túnica aterciopelada (cómo no) verde, con una camisa negra y una corbata también verde. Llevaba gemelos plateados con esmeraldas y, evidentente, el logo familiar bordado en hilo de plata sobre su pecho izquierdo. Malditamente ridículo.

Bajó las escaleras silenciosamente encontrándose con sus padres. Su madre llevaba un vestido de encaje verde oscuro con detalles plateados y encima una túnica fina como la suya salvo que esta era negra. En cambio su padre llevaba una túnica negra (igual que ambas anteriores), una camisa blanca y corbata verde.

Su madre lo miró y asintió con aprobación para después hacerle tomar el brazo de su padre y aparecerse frente a la mansión de los Malfoy.

Sentir el tacto de su padre lo enfermó.

Los tres Black entraron a la mansión donde se encontraban la familia Malfoy, sus primas (salvo Andrómeda, evidentemente), sus tíos, abuelos, los Lestrange y... Voldemort.

-Voldemort: Sirius querido, pensé que no vendrías- dijo con una sonrisa mientras se levantaba para estrecharle la mano- Ven, siéntate aquí a mi lado.

No quería pero automáticamente se dirigió hacia allí. Terminó sentado al lado derecho del señor y a su derecha su madre para controlar cualquier movimiento en falso que diese.

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