.XXIII.

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Miraron al inmenso bosque que se extendía frente a ellos dudando en si entrar a él o volver al castillo

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Miraron al inmenso bosque que se extendía frente a ellos dudando en si entrar a él o volver al castillo.

-Remus: No es necesario que vayamos, encontraremos el rocio en cualquier otra parte. Vamos, volvamos al castillo.

Ninguno de los otros muchachos se movió del sitio.

-Remus: Vamos chicos, es muy peligroso hasta para nosotros. Por favor, no os arriesguéis, es mejor que os olvidéis del tema de animagos y volvamos a la escuela.

Sirius lo miró a los ojos y sonrió tranquilizadoramente.

Joder, tenía unos ojos tan preciosos... ¡Céntrate!

-Sirius: Cualquier cosa por nuestro Moony.

Y con las mismas, se adentró entre la maleza hasta que se perdió en la oscuridad de los árboles. Rápidamente los otros dos muchachos lo siguieron y, finalmente, con un suspiro cansado y lastimero, Remus los siguió.

Caminaron por un largo rato saltando árboles caídos, esquivando ramas asesinas y huyendo de las terroríficas arañas. Aún estremeciéndose por cada mínimo sonido, siguieron caminando decididamente.

-Sirius: Bien muchachos, yo opino que nos separemos- dijo nada más llegar a un claro del bosque-.

-James: Sí, yo creo que será lo mejor. Bien, este árbol será nuestro punto de encuentro. Nos vemos aquí en una hora.

-Peter: ¡Pero James! No tenemos relojes...

-James: Pues entonces cuando veamos que el sol esté bajando pues venimos aquí y ya.

-Remus: Literalmente estamos en un bosque prohibido, en menos de una hora anochecerá y ¿Queréis que vayamos solos? Ya casi morimos más de tres veces hoy. Iremos por parejas. James con Sirius y Peter conmigo.

-Sirius: Entonces ya está decidido, en marcha.

Con un último asentimiento de despedida, cada pareja marchó por su lado.

-James: Dentro de poco es la copa de Quidditch, ¿Crees que te dejarán ir a ver el mundial? Puedo hablar con mis padres y que te quedes conmigo.

-Sirius: No me van a dejar, James. Tal vez vaya al mundial pero estaré en los palcos de oro donde se sienta la realeza- dijo con ironía mientras hacía como que se desmayaba-.

-James: Pues quédate conmigo en verano, a mis padres no les importará. Reg también puede venir, mi casa es grande. Mamá y papá siempre quisieron tener más hijos, pero no pudieron, y como tenemos mucho dinero pues tenemos una casa grande. Además, a mamá le vas a encantar.

Sirius le sonrió aunque bien sabía que Walburga jamás le permitiría visitar a la familia de traidores de sangre de los Potter.

Continuaron caminando por el bosque hasta que encontraron el rocio. James se acercó con un pequeño bote de madera y un cuchillo mientras el Black hacia guardia.

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