especial 4to aniversario.

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AVISO; ESTO NO ES UN CAP, ES UN ESPECIAL PORQUE HOY ES EL ANIVERSARIO NÚMERO 4 DE ATEEZ.
A DEMÁS, NO TIENE NINGUNA CONECCIÓN CON LA HISTORIA.

no están obligados a leerlo si no están de acuerdo.

                                 🗝️

El reloj daba las diez de la noche, se suponía que su esposo ya debía estar allí, el ya debía estar en casa. Los minutos pasaban y pasaban pero su esposo aún no llegaba a casa, ¿Que era lo que le causaba tanto demoro? Y más en ese día tan especial. 

Era extraño, ya venían varias semanas en las que seonghwa llevaba más tarde de lo habitual. Solo aparecía y se adentraba al baño, se duchaba y se iba a dormir. Kang no lo va a negar, eso le dolía.

Cada vez que le preguntaba solo respondía con un "estaba en la oficina" y el no quería imaginarse lo peor pero habían demaciadas sospechas. Seonghwa ni siquiera lo tocaba, no recuerda la última vez que tuvieron intimidad, talvez unos tres meses.

No lo malinterpreten, se casó con un hombre muy respetuoso, cariñoso y sobre todo, un hombre activamente sexual. No es que eso fuera lo más importante pero hacía sentir al rubio que talvez ya no le atraía o que su cuerpo ya no era tan joven y delicado como antes.

Los recuerdos de la secundaria le pegaron fuerte; las veces que seonghwa le decía lo perfecto que era, lo mucho que le encantaba sus ojos, su nariz, sus labios, su cintura, su cuerpo completo. Ahora Seonghwa ni siqueira lo miraba como antes.

Recuerda aquella tarde, cuando el pelinegro que en ese entonces era pelirojo le confesó lo enamorado que estaba por el. Había llevado flores, unos hermosos tulipanes azules, sus favoritos y ahora ni le compraba flores. También llevo chocolates y se confesó frente a todo el instituto.

Fue tan romántico.

Once treinta marcaba el reloj de su celular y su esposo no llegaba, entendió que aún no lo haría así que decidió ir a dormir. Sus pasos eran lentos por aquellas escaleras, mientras sus lágrimas recorrían sus mejillas. La presión en su pecho era grande, le quemaba el no ser suficiente ¿No lo era? No, porque si lo fuera, su esposo estaría ahí besándolo.

Antes de llegar al fin de las escaleras, la puerta principal se escuchó. Park estaba tan acostumbrado a llegar y que su hermoso esposo lo espere con una sonrisa, que al no verlo sentado en la sala se extraño. ¿Dónde estaría yeosang?

—yeosang...llegue —aviso.

El rubio mentiría si eso no le doliera, si, era su nombre pero su esposo nunca lo llamo así, ni en su juventud. Su persona siempre fue llenada de apodos cariñosos; cariño, cielo, amor, mi vida, sangiee, cheonsa. Nunca yeosang.

Lo ignoro, el tono tan frío le molestaba pero más era el echo de que halla olvidado aquel día. El hombre con el que vivió sus últimos once años, olvidó el día más importante de su relación, su aniversario número doce de casados.

Siguió su camino hasta su habitación, entrando en ella como si no la reconociera, como si fuera un lugar del que quería escapar. Se sentó en aquella cama matrimonial que el eligió porque creyó que sería acogedora para ambos aunque era más de lo que usaban.

Detrás de si, entro su esposo. Kang ni volteo, solo tomo su pijama para colocarsela así abrir la cama y meterse dentro de ella. Tomo el libro sobre la cómoda y sus lentes, comenzando a leerlo sin prestarle atención a aquel hombre que se hacía llamar su esposo. Tragándose sus lágrimas.

—yeosang, llegué...puedes por lo menos saludarme —hablo.

Yeosang solo le miro con un semblante inexpresivo y volvió su vista al libro. Fue leyendo aquellas hojas, últimamente los libros eran más divertidos que quedarse solo en casa.

A pesar de actuar tan despectivo, su interior dolía por completo. Estaba lastimado pero lo que más le hería era que aquel daño venía de el hombre que amaba y quién juro amarlo, el hombre con el que estaba casado.

—park yeosang! Te estoy hablando, de que me sirve romperme la espalda para que lo tengas todo si ni siquiera puedes saludarme... —grito.

—feliz día seonghwa... —dejo el libro en la cómoda —feliz aniversario de doce años park yeosang... —saco las gafas de sus ojos, dejándolas sobre el libro —oh gracias, cariño, no no importa que hallas "trabajado hasta tarde"..—hizo comillas en lo último —claro que no me importa que hallas olvidado nuestro puto aniversario park seonghwa!

El pelinegro no dijo nada, no podía hacerlo, había olvidado algo tan importante como eso. Comprendía que últimamente había estado muy distante por culpa de su trabajo y es que al ser el hijo heredero de las empresas park, el debía encargarse de todo. 

Se acercó a la cama lentamente, sentándose en la orilla al lado de del lloroso rubio. Intentó acercar su mano a este pero rápidamente fue empujada de un manotazo. Se sentía tan culpable. 

—lo siento... Lo siento mucho, en serio lo siento cariño —disculpo —estaba tan concentrado en la empresa que no me fijé no en qué día estamos...se que es mi culpa...

Yeosang no dijo nada, solo se volteo,  acurrucadose entre las mantas. Ignoro por completo a su esposo, ignoro por completo la mano en su hombro, ignorando por completo las palabras de su esposo, solo quería estar solo como cada día en aquella enorme casa.

Por su parte, seonghwa sentía que había cometido el mayor error de su vida. No pueden juzgarlo, su empresa se hubiera caído al piso de no ser porque tuvo que darle atención de más. Había estado evitando hacer el horrible papeleo y esas fueron las consecuencias.

—yeosi...cariño.... —susurro cerca de su oreja, sin notar el sonrojo del chico —perdón, ¿Me dejaras explicarte? —el chico nego —entonces...¿Puedo darte mi regalo de aniversario? ¿Mmh? —dejo un pequeño beso allí.

Sus labios presionaban la piel sensible de su cuello, era el punto débil de yeosang. En sus doce años casados, sabía que yeosang tenía tres pequeños puntos que lo volvían loco; su cuello, su ombligo y la parte interna de sus muslos.

Destapó el sonrojado cuerpo del rubio, sonriendo al verlo tan avergonzado. Llevaban tantos años juntos y no cambiaba, yeosang siempre se avergonzaría en esas ocasiones, hasta que la exitacion llegar y todo rastro de vergüenza se iría.

—no es el mejor regalo pero es una pequeña disculpa para que me perdones... En serio no me lo esperaba... —le susurro.

Posicionándose entre sus piernas, comenzó a besar suavemente sus labios. Eran tan rosados, tan pomposos, tan dulces. Kang yeosang era todo lo dulce de este mundo.

—hwa...—gimio bajito.

—dejame hacerte el amor, para recordarte que eres lo más hermoso que tengo... —le susurro.

Y es que lo era, para park su esposo era lo más hermoso de este mundo. Le haría el amor, porque tal y como lo dice el nombre, el iba a demostrarle todo el amor que sentía por el y que en ningún momento se arrepentía de haberse casado con el y esperaba pasar muchos años más a su lado.



...
Hola!!! Esto no tiene nada que ver con la historia, es un especial por el aniversario de los niños. No puedo creer que ya sean cuatro años juntos, mis niños han crecido tanto, me siento tan orgulloso de ellos,.estoy tan feliz de sus logros y espero que aún sigan creciendo y demostrandole al mundo su gran talento.

FELIZ ANIVERSARIO MIS NIÑOS!!





chiraptofobia -seongsang (En Corrección) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora