21- hospital

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Estaba asustado, eso era poco. ¿Cuál era la razón para que el pelinegro le llamase asi a esa hora de la mañana? Solo podía escucharlo sollozar y gritar "te fuiste, lo prometiste"

¿Le prometió? Claro. La anoche anterior le había dicho que no lo soltaría, que el estaría ahí siempre pero en la mañana tuvo que irse o sus padres notaría que salió en la madrugada y lo matarían. Eso seguro.
Se sentía mal, le había dicho algo y no lo cumplió.

Ahora corría a toda velocidad directo a aquella casa donde paso la noche con el lloroso pelinegro. Sin duda, sus padres lo matarían al darse cuenta que se fue cinco horas antes del secundario. Si, sus padres lo acribillarian.

El camino era algo largo pero no tanto como para demorar más de veinte minutos corriendo, unos cuarenta si caminas. Pero igual así se le hacía infinito, como si nunca fuera a llegar a su destino.

Un nudo en su estómago apareció al pensar en ello. ¿Que pasaría...si llegaba tarde? No...el debía llegar a tiempo, seonghwa lo necesitaba pero, ¿Que pasaría si le fallaba? ¿El lo haría? Seonghwa...

—seonghwa!! Espérame un poco más! —grito, como si aquel pudiera escucharlo.

No podía, claramente.

Un mal sentimiento lo inundaba, no! Un mal presentimiento. Algo estaba pasando, algo malo estaba pasando. No podían...el no podía demorar más, tenía que llegar al pelinegro ya.

La casa negra se dejaba ver a la distancia. Muchas personas estaban allí, paramédicos. Corrió y corrió hasta que llegó. Aquella mujer que para el era conocida como la madre del chico, se encontraba llorando, a su lado un hombre que de alguna manera, se parecía a seonghwa.

No podía ser su padre, el no tenía papá, eso le dijo. Callendo en cuenta ¿Donde estaba seonghwa? Su vista trataba de fijarse en todo lo posible ¿donde estaba su amigo?

Aquella ambulancia blanca con letras rojas y de puertas abiertas. Reconocería aquella cabellera negra a kilómetros e incluso en la oscuridad. Con las lágrimas callendo de sus ojos corrió hacia el mismo, ignorando por completo las miradas de sorpresas de la progenitora de este y los vecinos chismoso que solo venían a ver qué pasaba pero no aportan nada.

Los paramédicos estaban realizando la rutina básica, sin notar su presencia. El estaba dormido en aquella camilla de mala muerte; se veía tan delicado, como si fuera la porcelana más frágil del mundo. Su ceño levemente fruncido pero aún en sueño. Sus ojos parecían hinchados, como si hubiera llorado. Tenía un aparato respiratorio junto a una aguja en su muñeca, seguramente para pasarle suero fisiológico.

El por su parte, tenía un huracán dentro, viendo al chico dormido a su frente. Quería abrazar su cuerpo y no soltarlo, como la noche anterior pero está vez si quedarse a su lado. Observaba al chico tomando su mano, esta vez si siendo notado por los paramédicos que solo lo miraban con algo de ternura.

Algo se apoyo en su hombro y lo tomo con fuerza, arrastrándolo hacia atrás. Fue volteado bruscamente como si acabaran de encontrar a quien le robó intentado escapar. Claramente Kang se quejo de ello, pues dolía.

—oye! ¿¡Que te pasa!? —cuestiono, enojado por aquel trato. 

Al levantar la vista se encontró con aquella pelinegra de rostro duro y ojos felinos, la madre de seonghwa. Está estaba sería, con su ceño fruncido como si le cuestionara algo y aquellos ojos clavados en los suyos, haciendole temblar.

El rubio volteo, viendo aún la ambulancia solo que está vez cerrando sus puertas para irse. ¿Acaso ningún adulto iría con el? ¿Estaría solo en una sala de hospital? O lo más importante ¿Que había pasado?

Por un momento se olvidó de la mujer que lo miraba, aunque si juraba que su nuca estaba siendo perforada por sus ojos. Ahora su única preocupación era su amigo y el como iba a ayudarlo. No podía ir solo, ni siquiera sabía en qué hospital estaba.

Pensó en su mamá, ella era un genio. No sabe cómo pero siempre lograba encontrar cosas que el ni siquiera sabía que existían o por lo menos, como hacerlo. Recordó aquella vez en las termas del caimán, cuando el auto se averió y sin saber a dónde ir solo le dijo que lo siguiera y en segundos llegaron a una carretera.

Su mamá era la mejor pero no podía hacerlo, se suponía que el estaba en el secundario. Si su madre se enteraba que salió horas temprano, cosa que pasaría porque probablemente sus profesores la llamen, lo mataría y revivirá para luego volver a matarlo. Doble muerte.

Seonghwa lo valía, luego podría explicarle todo lo que sucedió, ella lo entendería y probablemente castigaría pero lo entendería. Justo cuando saco su teléfono e iba a llamar a su progenitora, recordó a la mujer que hasta ahora no había dicho palabra alguna.

—¿Quien eres? —pregunto la mujer con un tono seco que helo al pequeño.

Si seonghwa lo asustó a la primera, imagínense su madre. Esa mujer parecía un poste de cemento, así como las ceos que salen en los kdramas. Le daba miedo, eso seguro.

—y...yo...soy yeosang...p-pero..s-seong —tartamudeaba.

La mujer no dejaba de mirarlo y literalmente si las miradas matarán, el estaría echo trizas. Respiro hondo, si seguía tartamudeando ella creería que era un cobarde y si lo era, pero uno con orgullo. Se trago el nerviosismo y hablo.

—soy Kang yeosang —rogo para que las palabras salieran bien de su boca —soy su vecino de enfrente y amigo de su hijo... —solto.

La mujer lo miro sin creerlo. Su hijo no tenía amigos, el ni siquiera podía acercarse a ella sin temerle. ¿Quién mierda era este niño tonto? Ni si quiera debía importarle pero trato a su hijo como si lo conociera.

—mi hijo no tiene amigos, tú no lo conoces —hablo firme. 

—si los tiene! Yo y wooyoung...y lo conozco... —tutuvio antes de seguir —el es especial...y...

—ja! ¿Tu qué sabes de mi hijo? —le sonrió cínica.

Kang pensó si decir algo más o no. No, sin duda no diría nada a demás de su padecimiento, el no tenía el derecho de hablar de ese tema, era seonghwa quien elegía cuando y como contarlo. No el.

—se mucho...mucho más que tú —susurro y cuando la mujer iba a hablar la corto —se de su fobia y también se que es lo causante de ello pero no me corresponde a mi decírtelo...—suspiro —ahora y perdón por lo que voy a decir, se una buena madre y dime ¿qué pasó?.. —la mujer se quedó callada— solo dime en qué hospital está...

...

Holi! Eh echo este cap mas largo como disculpa del anterior, encerio no había visto que tan corto era, a veces se me corta la imaginación y no salen las palabras que quiero.
Espero hallan tenido un lindo día/tarde/ noche.
Nos leemos.








chiraptofobia -seongsang (En Corrección) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora