SATELLITE

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Narra Joseph:

Dormir no fue mi fuerte anoche, definitivamente me sentía acechado por mis pensamientos, tenía un año de haber salido de una relación de la cual prometí no volver a enamorarme cuando eran ambientes de trabajo, cada que cerraba los ojos me veía nuevamente en aquella noche en el elevador de esos departamentos, sonreía como un imbécil, pero no me veía con los huevos suficientes para mandarle un mensaje por lo ocurrido ayer.

Tienes una vida nueva aquí, ¿acaso te estoy molestando?...¿Quieres hablar?...

Después de arreglarme, salí a dar una caminata, obviamente encubierto ya que no estaba en mi mejor momento para que si alguien me reconociera poder tomarme fotos con ellos, me encanta conocerlos, pero de igual manera quiero mi privacidad, salir a caminar sin tener que contratar tanta seguridad y que mi chofer me lleve a todos lados.

Era mediodía y apenas comí en casa, pase a una cafetería, iba a comprar un matcha pero realmente me sentía muerto, así que opté por algo fuerte, un espresso, al salir de ahí mi teléfono empezó a sonar.

–¿Diga? –Fue lo primero que dije al contestar ya que por maniobrar, no vi quien era.

¿No quieres traerme un café también? –La voz de Keery se hizo presente en la línea, fruncí el ceño extrañado y miré a mi alrededor para ver si lo encontraba. –Estoy en un octavo piso, no me vas a encontrar en tierra. –Soltó una risa leve y camine un poco más hasta divisar el hotel que estaba en la otra esquina.

–Lánzame el dinero desde tu suite presidencial y con mucho gusto te llevo lo que quieras, Harrington. –Ambos reímos y pude notar su presencia en el balcón de la terraza de su habitación.

Mejor te invitó a pasar la tarde conmigo Munson, olvídate del café. –Me hizo señas de que me acercara y negué con la cabeza mientras sonreía.

–¿Soy el reemplazo de Charlie? –Empecé a caminar en dirección al hotel.

¿No puedo pasar una tarde agradable con mi hermano de nombre sin que piense que es un reemplazo? –Ambos reímos y cruce la calle con cuidado. –Te esperaré en el pasillo. –Colgó y guarde mi teléfono.

Entré a la recepción y fui directo a los elevadores, marqué el piso 8 en las teclas y las puertas se cerraron, tomé un sorbo de mi café y solté un suspiro.

Deja de ser un puto cobarde y llámala...

Estar aquí adentro hacía que mi pecho sintiera mucha pesadez, apenas se abrieron las puertas salí a paso rápido, casi chocando con Joe el cual se apartó de inmediato ya que casi se cae mi café.

–¿Qué te viene persiguiendo? –Me miró unos segundos arqueando una de sus cejas para luego reír. –Me asustaste.

–Nadie. –Suspire y me quite la gorra que traía. –¿Cuál es tu itinerario hoy, Keery? –Lo mire tratando de desviar lo ocurrido, llevó una de sus manos a su boca en forma pensativa, para luego bajarla y chasquear los dedos.

–¿Quieres darme tu opinión sobre una de las mezclas para una de mis canciones? –Sonreí ampliamente ya que me hizo ilusión.

–Claro, dirige el camino. –Sonrió como niño emocionado y empezó a caminar a su habitación.

El hotel era bonito, no lo iba a negar, se veía cómodo, al entrar pude ver como tenía su máquina en su cama junto con sus audífonos y otros cachivaches, para ser Keery, era muy ordenado en ese aspecto, me tomé el atrevimiento de pasar hasta la terraza, observando cómo la gente pasaba, sin pensarlo, fondee mi café y luego sacudí mi cabeza unas cuantas veces, espero la cafeína me de para todo el día.

CHATEAU/Joseph Quinn +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora