—Ooh, él es lindo. Katniss, ¿no crees que es lindo? Suspiré cuando Blaze —y sí, se había dado ese nombre a sí misma—, me empujó en el brazo como por décima vez en los pasados cinco minutos, casi haciéndome volcar el vaso de cola que sostenía.
—Sí —dije, sin molestarme siquiera en echarle un vistazo al más reciente chico sexy que ella había descubierto—. Es... adorable.
Normalmente siempre me animaba a revisar a cualquiera dentro de mi
rango de edad que poseyera un cromosoma Y. Pero esta noche, era anti Y, tan malditamente anti Y que preferiría tirar un tanque de ácido carcome carne sobre la totalidad de ellos que revisar una de sus molestas, irritantes y lindas sonrisas, o traseros, o paquetes, o pectorales.Al otro lado de la mesa frente a nosotras, Zoey se cubría la boca con la mano e intentaba no reírse a carcajadas por mi respuesta inexpresiva. Le fruncí el ceño y articulé "cállate". Ella no tenía motivo para estar malhumorada. Su novio era malditamente perfecto. Maravilloso, considerado, dulce y fiel, Quinn Hamilton era exactamente el tipo de chico que debería desear. Pero no... oh, no. El
imbécil al que deseaba era un idiota, gritón, políticamente incorrecto que metía su pene en cualquier mujer dispuesta que sacudiera las pestañas en su
dirección.Excepto yo. A mí me había rechazado de pleno.
Dos veces.Sí, dije dos veces... porque fui lo suficientemente idiota para no captar la indirecta la primera vez.
Envolviéndome con mis propios brazos, porque recordar sus rechazos hacía que me sintiera fea, inmerecida y desagradable, miré fijamente mi bebida, deseando tener una pizca de bourbon en mi cola. Pero mi hermano trabajaba en
el bar, así que eso era un no directo.
Normalmente, sus compañeros de trabajo me echarían un poco de
alcohol, pero no si Noel estaba de turno. Nadie se cruzaba con Noel Everdeen en lo concerniente a su hermana de dieciocho años, ni siquiera el idiota chillón y políticamente incorrecto más grande del siglo.—No, espera. Chequéalo a él. Ahora bien, ese es un semental al que me
gustaría montar y cabalgar. —Blaze literalmente se lamió los labios mientras miraba con avidez a través del club lleno de gente—. Solo fíjate en lo grueso que es ese pecho. Y esos brazos. Mmm. Dios. Tienes que saber que el resto de él es simplemente igual de grande. Maldición. Quiero verlo desnudo.—Oye —dijo Zoey, con tono enojado—, ese es mi novio.
Miré por encima para encontrar la forma descomunal de Quinn junto al escenario mientras hablaba con Asher.
Listo para la actuación de la noche, Asher tenía una guitarra a la espalda. Se apartó un largo mechón de cabello de la cara antes de hacer gestos con las manos mientras hablaba con Quinn. Y como Quinn, él era otro tipo asombroso, un rockero sexy con una voz que hacía que tus hormonas canturrearan junto con él cada vez que cantaba.
Pero tampoco me quería, lo cual traía otra razón por la que era tan anti-hombres en estos días. Los tipos buenos que en realidad podrían tratarme bien se mantenían alejados, no estaban interesados o ya tenían una mujer. El único imbécil que en realidad había tomado una oportunidad conmigo, me había usado, convertido en su pequeño y sucio secreto, y luego me había tirado como la basura del día anterior. ¿Era una maravilla que no hubiera tenido sexo en casi un año?
Oh, infiernos. ¿Había sido casi un año? Eso no era genial.Me hundí más profundo en mi silla mientras Blaze jadeaba. —¿Qué?
¿Ese pedazo de orgasmo caminante es tu novio? ¿Desde cuándo puedes tú atraer a un hombre?—¡Guau! —Me senté recta, frunciéndole el ceño—. ¿Qué demonios? Zoey podría atraer a cualquier hombre que quisiera.
Zoey era mi mejor amiga en la tierra. Ella y yo habíamos venido aquí esta noche con Quinn para ver tocar a la banda de Asher. Blaze era meramente una conocida pasajera con la que compartía un par de clases, la cual se acercó a nosotras esta noche, probablemente solo buscando una mesa para sentarse.
