ROSANA
—Si dejarás de moverte habríamos terminado ya hace mucho —Lilian me regaña, pero la frialdad de la tinta me hace cosquillas, intento mantener los ojos cerrados el tiempo suficiente mientras crea una suave línea con el delineador —. Mantenlos cerrados un momento.
Me ha maquillado esta noche, no solo eso, también ha elegido mi vestido, los zapatos. Esta vez no me ha dejado brutalmente sensual.
Cuando abro los ojos el maquillaje, en realidad, resulta demasiado natural, es como si solo hubiera dado color a mis mejillas. Un tono nude brilla en mis parpados donde las pestañas y el delineado café que apenas se nota son el arma letal.
Mis ojos parecen feroces y sensuales mientras todo lo demás es tan sutil que mantiene una armonía exquisita.
Mi vestido color menta brilla tanto como el maquillaje en mis ojos, tiene la espalda descubierta, la tela solo cubre mí trasero, y los delgados tirantes se amarran por los hombros, Lilian hizo dos moños suaves a la altura de mis omoplatos, el escote cuadrado cae sobre mis pechos sutilmente, nada revelador, tiene un corte sirena que cubre todas mis piernas y sé que me será difícil caminar con libertad.
Mi amiga me da unos golpecitos en la espalda para recordarme que por el corte y el escote debo estar siempre recta o la tela caerá y dejará al descubierto mis tetas, algo que no deseo.
Logró que mi cabello se viera descuidadamente peinado en una trenza que se arremolina como un peinado de cebolla en mi nuca. Los suaves mechones que caen del peinado "desordenado" me acarician el cuello y los hombros.
—Estas hermosa.
Chilla con emoción, mi corazón late con fuerza porque es así, parezco una princesa con ese vestido que atrapa las luces de la habitación, el maquillaje sutil me quita algunos años más.
—Es solo porque has hecho maravillas.
—Tonterías, eres hermosísima.
La puerta suena, ambas nos miramos y tengo que controlarme para no sonrojarme más.
No estoy emocionada por acudir a una fiesta, estoy emocionada por ver a Mario en traje. Las palabras que me dijo un par de días atrás me han perseguido desde entonces: Sé que podría soportarlo si tú estás ahí. Y yo sé que podré soportar esto por el chico que viajó solo para salvarme de estar incomoda en una fiesta, aunque ahora me lleve a otra.
Tengo la misma bolsita plateada que Lilian me había dado la noche en que dormí en la cama de Mario. Me he asegurado esta vez de meter las llaves.
Soy su conductor designado, me ofrecí cuando me dijo que tendría que beber mucho para soporta la mirada de su padre.
Abro la puerta y lo encuentro ahí parado. Lleva un traje negro que se ciñe perfectamente a cada músculo trabajado de su cuerpo, el aroma de su colonia me hace aspirar profundamente.
Nuevamente se ha afeitado, lleva el cabello negro y largo suelto, las suaves y ligeras ondas lo hacen ver oscuro y sensual. Hay una cicatriz blancuzca a comparación de su piel bronceada que inicia cerca de su mentón y unos cuantos centímetros por el filo de su mandíbula, antes oculta por la barba, miro la cicatriz que me hace querer lamerla.
Mario me observa tanto como yo a él.
—Brillas como la luna.
Es lo primero que dice, y yo siento que es así, se acerca a mí. Sus labios tocan los míos por primera vez en días, siento un cosquilleo en el vientre.
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El chico de al lado.
Romanceㅤㅤ ㅤㅤElla ama los libros, su pasión por la literatura fue cultivada desde que era pequeña y siempre ha soñado encontrar un amor tan cliché como el de los libros que suele leer. ㅤㅤUn hombre apuesto, generoso, un amor para siempre, sin importar cuá...