ROSANA
Nuestros cuerpos están mojados. Lilian esta recostada sobre una toalla en el césped dándole la espalda al sol para intentar conseguir un bronceado que no obtendrá. Solo a nosotras se nos ocurre venir a Valle de Bravo a nadar cuando las temperaturas comienzan a subir por la época.
Yo, me envuelvo en dos de ellas, soy friolenta no sé cómo las dejé aventarme al lago en primer lugar, aunque una vez acostumbrada al agua, disfruté nadar, uno siente que todas las células de su cuerpo son renovadas; nadas y nadas y sumerges tu cabeza bajo el agua ocupando la mente.
Solemos tomarnos unos días cada cierto tiempo para planificar un viaje juntas, olvidarnos del trabajo y del estrés.
Hemos rentado una casa cerca del lago estirando los ahorros que habíamos estado guardando las tres juntas.
Ingrid, da su ultimo trago a la botella de vino barato que pudimos costear.
Estamos ahogadas en vino, Lilian duerme tanto que ronca, se ha relajado a tal punto.
—No me sorprendería si comenzara a babear o peor.
—Deberíamos hacerle una sesión de fotos dormida para su portafolio.
Ingrid y yo nos miramos, nos reímos, levantándonos como podemos -o más bien, gateando-, y caminamos hacia la casa. La casa no es lujosa, esta muy cerca del lago, es pequeña y acogedora y, sobre todo, demasiado barata para esta época del año.
Encuentro mi bolso, solo tengo conmigo un pintalabios que casi nunca uso porque no suelo llevar maquillaje.
Ingrid alza un plumón.
—No, tiene trabajo mañana, nos matará.
Nosotras nos reímos como niñas chiquitas. He aprendido que tengo que tener cuidado con el alcohol, ya he comprobado que puedo perder la consciencia.
Encuentro mi teléfono el bolso.
Hay un montón de mensajes de WhatsApp de un número que desconozco.
Los abro y la foto de Mario aparece en el perfil, sonrió.
—Mario me escribió.
Ingrid deja el plumón en la bolsa y se decanta por un labial de un tono mas oscuro.
—¿Te mandó una foto de su pene?
Ingrid se acerca tambaleándose, de todas nosotras ella es la que mas aguanta el alcohol, aunque el vino, bueno el vino le hace eso, después de dos botellas.
Pega su cabeza demasiado a la mía, puedo sentir su mejilla fría y me aparto.
—Estás helada.
Me quejo, ella sonríe, quitándome el teléfono, no soy tan rápida como para arrebatárselo de nuevo, incluso cuando ella se tambalea y me da la espalda.
—Hola, Rosita. Miriam me dio tú número. No te he visto durante muchos días, solo no sé. Hola, espero que estés bien.
La voz de Ingrid me lee el mensaje, ella se echa a reír.
—Acosador.
Bromee.
Miriam es nuestra arrendadora. Me late el corazón con fuerza.
Hace más de una semana que no veo a Mario, después de nuestro episodio en la librería, nos mantuvimos enfrascados en nuestros trabajos, yo tuve una cantidad inusual de clientes, tal parecía que las fotos de las jóvenes comenzaban a dar frutos porque muchos adolescentes comenzaban a ir a nuestro lugar.
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El chico de al lado.
Romanceㅤㅤ ㅤㅤElla ama los libros, su pasión por la literatura fue cultivada desde que era pequeña y siempre ha soñado encontrar un amor tan cliché como el de los libros que suele leer. ㅤㅤUn hombre apuesto, generoso, un amor para siempre, sin importar cuá...