CAPÍTULO 44

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-¡No!- dije. Recordé que la última vez que pensé en Steve fue cuando Adam se enojó conmigo. Y ya de ese incidente habían pasado 6 días.

-Dime la verdad, por favor. Me he preparado psicológicamente toda la noche para escuchar tu respuesta.

-te estoy diciendo la verdad-sonreí- la última vez que lo hice fue cuando te enojaste conmigo. Tienes que creerme-dije convenciéndolo.

-ok está bien-dijo. Adam parecía haberme creído.- entonces la otra cosa que no me dejaba dormir era...-Adam estaba como nervioso, no podía articular las palabras bien. Se cogía sus manos, sus dedos; como tratando de decirme algo.- era...esto.- me tomó de las manos para levantarnos y me dirigió hacia la playa. Vi algo escrito en la arena. Me puse nerviosa, no sabía lo que pasaba. Antes de llegar a la leyenda en la arena. Adam se paró frente a mí, me tomó de los hombros y me dijo.- he estado pensando en demostrarte que te quiero de verdad, no sólo porque quiero ser el primero, sino porque quiero ser el último también. No sé qué habrá hecho Steve para que estuvieras enamorada de él, pero te juro que estaría dispuesto a hacer el doble para que te enamores de mí. Y de hecho lo haré, porque quiero que tus ojos me vean sólo a mí, que tus manos me toquen sólo a mí, que tus labios me besen sólo a mí y que tu corazón lata sólo por mí, así como el mío lo hace por ti.- dijo. Mis ojos se llenaban de lágrimas porque jamás me imaginé a Adam confesarme eso. Estaba nerviosa, empezaba a temblar de la emoción, mis piernas parecían acalambrarse y mi corazón estaba sufriendo una taquicardia, latía a mil por hora. No pude aguantar las lágrimas de emoción y tapé mi nariz y boca con mi mano. No dejaba de mirar a Adam, no quería perderme ningún detalle de lo que podría ser lo mejor de mi vida.- ______-me nombró y se arrodilló tomando mi mano libre.- ¿dime qué piensas?-preguntó haciéndome señas con los ojos para que leyera la leyenda que estaba detrás de él. Adam había escrito "CÁSATE CONMIGO! TE AMO!" todo en español.

Definitivamente me iba a desmayar. Sentía que mis piernas no respondían. Mi llanto salió de mí con sollozos. Me senté en la arena porque si no lo hacía me iba a desplomar. Miré a Adam nuevamente y él secó mis lágrimas.- TE AMO- dijo muy despacio en español. No podía parar de llorar, me sentí como una estúpida, pero lo que Adam había hecho removió mi corazón desde lo más profundo. Estaba enamorada de él y sus palabras en mi idioma habían hecho que lo amara con pasión. Deseaba lanzarme a él y besarlo hasta quedarnos dormidos.

-vamos dime algo-dijo sonriendo-me tienes nervioso.-dijo y me ayudó a pararme. Me abrazó por la cintura y su cara quedó cerca de la mía, yo aún podía divisar las palabras de Adam en la arena.

- ¡ay Adam!-trate de tranquilizar mi llanto- es que parece que me va a dar algo de la emoción-dije nerviosa y con la respiración agitada.

-no, no. no. Lo que menos quiero es que te pase algo antes de que me digas que sí....porque aún no lo has hecho-dijo tratando de hacerme reir. Sonreí de oreja a oreja y puse mis manos rodeando su cuello.

-¡Sí! Claro que sí. TE AMO ADAM LEVINE. TE AMO. Quiero casarme contigo, estar toda una vida junto a ti. Quiero tener hijos contigo, quiero ser feliz contigo. Contigo lo quiero todo- dije agitada de la emoción. Adam no dejaba de sonreír. Sus ojos se humedecieron, se veía aún más lindo así. Me acerqué a él y lo besé; lo besé mucho. Sentí que en ese beso encontraba paz. Ya no me dolía nada, sentí fuerzas. En definitiva besar a Adam era una experiencia inolvidable y ahora la estaba viviendo. Supuse que después de eso íbamos a vivir como casados. Es decir supuso que íbamos a tener la luna de miel.

-¿lo quieres ahora?- pregunté muy cerca de su boca. Ya no tenía vergüenza de nada. Sólo quería estar con él en cuerpo y alma.

-¡wow! Eso es música para mis oídos-dijo besándome con fuerza.

-¿lo quieres?-volví a preguntar.

-vamos a hacerlo a tu manera-dijo y fruncí el ceño.

-¿a mi manera?- pregunté

-sí a tu manera. Primero nos casamos y luego la luna de miel.-dijo. Yo me separé de él y me quedé un poco decepcionada.

-¿y cuando vendrá el cura?-pregunté señalando al mar con un poco de sarcasmo. Adam rio.

-¿estás desesperada?- preguntó y me ruboricé, no sabía qué decirle.-tranquila, no habrá cura, pero boda sí. Ya lo tengo todo planeado- dijo guiñando el ojo.- sólo dime cuando quieres casarte conmigo, ¿hoy, mañana, dentro de un mes? No, no, no. Mejor que sea en esta semana- dijo y se acercó a mí. Me abrazó por la cintura nuevamente y yo lo besé.

-hoy mismo-dije cerca de sus labios.

-ok, tus deseos son órdenes.

En las siguientes horas me senté a observar Adam hacía. Caminaba de un lado a otros buscando flores, y pedazos de madera. Aún nada tenía forma pero confiaba en que todo le iba a quedar bien. Pensé en mi familia, en lo orgullosos que se hubieran sentido si les dijera que me iba a casar. Mis ojos se llenaban de lágrimas sólo con pensar que encontré el amor en donde menos lo imaginaba. A mi mente llegaban los recuerdos de la primera vez que vi a Adam entrando al barco. Siempre me pareció guapísimo pero nunca me imaginé llegar a amarlo como ahora. Pensaba en Steve, en lo mucho que debe estar buscándome, pero eso me dejó de importar y no sé exactamente desde cuándo. No sentía remordimiento alguno por haber olvidado a Steve. Además jamás lo iba a volver a ver.

Cuando me di cuenta Adam ya tenía un camino lleno de pétalos de flores pequeñas que encontró en el centro de la Isla. Casi le faltaba poco, así que decidí hacerme un peinado diferente. De todos modos era mi boda. Decidí hacerme una trenza que nacía desde mi sien derecha y terminaba debajo de mi oreja izquierda. Estaba nerviosa y muy ansiosa. Mis manos sudaban porque el momento más esperado de mi vida se acercaba.

Mientras Adam revisaba que todo estaba bien, fui a recoger unas florecillas lilas que había visto dentro de la Isla. Tomé 14 flores con todo y tallo y las utilicé como ramo de flores. Cuando regresé a "mi cuarto". Adam no estaba por ningún lado. Empecé a gritar su nombre pero nadie respondía. Me asusté, pensé que alguien había venido a llevárselo. Mis manos soltaron el ramo improvisado. Y me acerqué más a la playa para encontrarlo. ADAM gritaba hasta que después de varios intentos, vi a Adam venir desde las rocas grandes.

-¿dónde estabas? Pensé que algo malo te había sucedido-dije preocupada.

-¿pensabas que te iba a dejar plantada?-dijo sonriendo tomando mis manos.

-sí. Dije haciendo pucheros.

-Awww!! Tranquila aquí estoy. Ya está todo listo. Empecemos- dijo y me llevó al inicio del camino de pétalos hecho por él. Me dejó parada ahí y él corrió hacia el final del camino.

-¡espera!-grité- falta mi ramo- fui a ver mi ramo que ahora estaba todo estropeado; lo arreglé y corrí hacia donde empezaba la boda. No podía disimular mi alegría y mis nervios. Estaba descalza al igual que Adam. Me paré firme al inicio del camino, observé a Adam quien estaba parado con su espalda erguida. Adam tenía sus manos agarradas debajo de su vientre. Sujeté fuerte mi ramo y caminé muy despacio, como lo hacen las novias.

SECUESTRADOS (Adam Levine y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora