CAPITULO 5

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La discusión que había en la mesa era algo que me estaba irritando con el paso de los segundos.

La tensión se palpaba en el aire mientras que un barullo se formó logrando que Ascian se levantará de su asiento con la oscuridad a su alrededor cubriéndolo.

La ira era notoria en su rostro, más aún incrementó tal sentimiento cuando Brenna imitó su acción e hizo lo mismo con el mentón en alto.

— Ella es una bruja. —escupió con asco las palabras — ¡ No se merece nuestra confianza ni mucho menos nuestra compasión !

Puse los ojos en blanco.

— Compasión es lo que yo tengo por no mat...

— Ni siquiera intentes terminar esa frase — me amenazó Ascian, señalandome.

Levanté las manos divertida.

Lilith me observó desde el otro extremo de la mesa, como si intentará saber si tomó la mejor opción. Estaba dudando y no la culpaba, a veces ni yo confíaba en mi misma.

— Está reunión ha finalizado, Brenna. — gruñó Ascian apunto de perder la tranquilidad que tanto lo caracterizaba.

Brenna sacó una navaja y golpeó con ella la mesa.

— Es una bruja y asesina, Ascian, — sus ojos se encontraron con los míos — Y cuando ella los traicione y vean sus verdaderos motivos por el cual está aquí, les diré se los dije. Es una promesa.

Sin apartar la mirada se puso de pie y salió del lugar.

Lilith se levantó tiempo después para seguirla, pero luego dudó y nos miró a Ascian y a mi.

— Haz que no me arrepienta por lo decidido, porque si es así... — chasqueó la lengua.

Ascian asintió ligeramente con la cabeza mientras se sentaba de nuevo.

La mirada del Rey se fijó en las únicas dos personas que no se habían movido, esperando que su superior les dijera si debían hacerlo o no.

— Arwan, Kyler, — estos dos giraron hacia Ascian — Ustedes se encargarán de qué Hela aprenda a defenderse sola.

Dí un respingo.

— ¿ Perdona ? — me incliné hacia la mesa y miré fijamente su rostro en busca de alguna señal de broma — Sé defenderme sola, siempre lo supe.

— ¿Y que sabes hacer sin tu magia, bruja? — levantó una ceja.

Pestañeé varias veces como si me hubiera abofeteado.

— ¡ Muchísimas cosas ! — mi voz salió entre chillona y venenosa — No necesito de unos maestros que me enseñen a como mierda debo defenderme...

— Lo harás y punto — me cortó.

El fuego en mi interior tambaleó.

— No, no lo haré.

En ese momento,  el furioso era él. Bien, porqué yo me encontraba indignada por tal pensamiento suyo.

— Hela... — advirtió.

— Puedo hacer las cosas yo sola, por mi cuenta , es así como sobreviví las últimas décadas y es así como moriré.

— ¡ Eres una terca, mujer ! — elevó la voz — ¿ Sabes en qué te estás metiendo siquiera ?, ¡ En una guerra contra tu madre, que es reconocida por saber manipular las cosas a su favor !  Pueden bloquear tu magia y dejarte sola y sin protección, puedes morir allí por no saber defenderte.

— Yo...

— Deja tu orgullo de lado y haz lo que te digo — frunció el ceño y luego miró a sus amigos — Mañana empezarán.

El Secreto De Las BrujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora