CAPITULO 13

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Había mucha sangre derramada por mis manos, demasiada.

El grito de dolor eran melodías para mí oídos cuando corté el miembro del hombre con la navaja. Agarrando en un puño su cabello levanté su cabeza y lo miré a los ojos.

— Repite conmigo — le susurré — No tocare a ningúna niña de nuevo...

Su piel pálida por la perdida de sangre se volvió más blanca y sus labios temblaron ligeramente, el sudor era tan visible que no hacía falta que te acercaras para notarlo, su miedo también lo era.

— N-no to..tocare a ningúna niña de... N-nuevo — repitió estremeciéndose.

Ladeé la cabeza estudiando su cara horrible y suspiré.

Me aparté de él con fuerza y me puse de pie dejando al hombre en la silla donde lo había atado y torturado anteriormente.

— Muy bien, te dejaré libre.

El hombre pestañeó varias veces sorprendido tras mi respuesta y me observó con recelo.

Muy inteligente de su parte.

— ¿ E-en serio ? — cuestionó dudoso.

— Tal vez... — frunció el ceño — Si me dices dónde vive el ex soldado Gerard Stoll te dejé vivir.

— No, no, no... — abrió los ojos.

Sus manos se volvieron puños y sus piernas hicieron el inútil esfuerzo de romper la soga que rodaba sus extremidades.

Me acerqué a él como un animal apunto de cazar a su presa y moví mi daga lentamente hasta su cuello.

— Dime dónde vive — exigí con mi rostro cerca del suyo — Ahora.

Apretó los labios dándome la señal de que no se rendiría tan fácilmente así que moví la daga hasta su oreja y se la corté.

Sollozó de dolor y se removió en la silla lloriqueando mientras la sangre salpicaba en todas partes de su cuello y hombros.

— ¡ Dímelo ! — moví mi arma hasta su siguiente oreja...

— ¡ Está hacia el norte ! — gritó cerrando los ojos — Él vive hacia el norte... En una casa de madera... Cualquier persona que viva hacia allí lo conoce.

Soltando un suspiro entrecortado el hombre me miró esperanzado, pero tal sentimiento desapareció antes de que lo apuñalara en el corazón.

— Buen chico, — le sonreí mostrando todos mis dientes — pero te daré una lección, y es que nunca, jamás, debes confiar en .

Con la ira recorriendo por mis venas metí el filo profundamente y no aparté mi mirada de la suya.

— Agradeceme que no te estoy matando como realmente merecías, violador de mierda. — escupí con veneno.

Entonces lo dejé allí muerto y salí de su asqueroso hogar con la capucha de mi capa tapando mi rostro caminando de esa manera en la madrugada por pueblo del Reino de los Faes libremente.

Matando uno a uno a los que estaban en mi larga lista.

   

                               ⛥ ⛥

Estaba esperando al rey quien estaba segura que aparecería en cualquier momento tras la masacre que había hecho en esa madrugada. Después de que Ascian me llevará a ver las luces, me pasé todo el día encerrada planeando como encontrar a ciertos nombres  que estaban escrito en mi larga lista, lo cual no fue difícil porque solo tuve que preguntar por ellos a los guardias del Reino.

El Secreto De Las BrujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora