CAPITULO 10

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                                Parte dos

                        El pasado de Hela

Narrador omnisciente

Mientras otros niños juguteaban en el parque había una pequeña bruja que hacía lo contrario.

Su cabello blanco era largo y sus ojos de un color azul mezclado con gris. La gente del Reino murmuraban por el castillo cotilleos de que la niña había Sido creada por los mismos dioses ya que la belleza que atesoraba era... Inexplicable.

Era muy amada, los empleados tenían cierto amor hacia la brujita que hacía reír a todo aquel que cruzará su camino.

La luz de su risa, hacia que el castillo fuese más brillante y hogareña. Pero entonces pasó algo que hizo que la perspectiva de todos cambiará.

Fué en el decimo segundo cumpleaños de la princesa en el cual su risa desapareció y junto con esa pizca de luz, el Reino se marchitó.

                               ⛥ ⛥

Hela estaba emocionada por su cumpleaños, después de todo, su madre le había dicho con antelación que ese día sería especial, que ella misma se encargaría de que fuese inolvidable.

Con una sonrisa en los labios, fue directo al gran salón donde se encontraba el trono de oro y junto con él, su madre, la Reina Delaney.

Los guardias al ver a la princesa le felicitaron por un año más de vida y luego abrieron las puertas para que pudiera ingresar junto a su madre quien la esperaba impaciente.

— Mi niña — exclamó la reina desde el trono, abriendo sus brazos para que ella pudiera entrar en ellos — ven aquí.

Hela no dudó en correr hasta ella y abrazarla con fuerza. Los brazos de su madre eran su lugar seguro, siempre lo fué.

Inhaló profundamente el dulce perfume y exhaló con la misma lentitud, memorizado el aroma.

— ¿Estás lista para tu sorpresa, hija mía ?

Hela levantó la cabeza feliz, y miró a Delaney con alegría.

— Si — respondió, su voz suave y ronca — ¡ Vamos !

Delaney cogió la mano de su hija y la llevó al jardín.

Preparó un desayuno allí y la alimentó. Luego la llevó junto a las doncellas, le pidió a las sirvientas que le bañaran y le pusieran el vestido más hermoso que tuviera mientras que ella hacia lo mismo pero en su propio aposento.

Cuando la princesa estuvo lista, la reina la llevó hasta la mesa de la corte y le enseñó lo que significaba reinar.

— Tienes mucho poder, madre — pestañeó la joven abrumada.

Una delicada risa brotó desde la garganta de Delaney mientras que  peinaba el cabello de su hija.

— Si, corazón, tengo mucho poder y algún día, todo este reino será tuyo también. —  Hela observó fijamente el lugar — Pero para reinar, a veces hacemos cosas no muy agradables. Algún día lo entenderás.

Mientras que ambas conversaban, la mano derecha de la reina se encargaba del trabajo que le habían ordenado.

Un escondite, dónde nadie oyera los gritos, dónde nadie fuera capaz de entrar, un lugar donde aquel que entrará quedará... Invisible para los demás.

Cuando vió que todo estaba como lo había pedido, avisó a la monarca de que su pedido estaba listo a través de un fiel soldado que trabajaba para él y la reina.

El Secreto De Las BrujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora