Hela
Decir que mi tobillo se fue a la mierda cuando salté por la ventana de mi pieza era algo vergonzoso, es por eso que cuando llegué junto a los salvajes mentí descaradamente diciendo que me peleé con alguien y ese alguien me torció el tobillo.
La mentira salió tan natural que hasta yo me la creí, y los salvajes estuvieron apunto de hacer lo posible para pasar la barrera e ir a matar a todos los faes de este reino.
Menos mal después volví a mentir diciendo que yo ya me había encargado de ese problema y eso no volvería a suceder.
Clark me ayudó a ponerle una venda a mí tobillo y para cuando terminó de atarla por completo , se lanzó a darme un abrazo.
—¡ Te extrañe muchísimo! — dijo sobre mi hombro. Con los brazos rodeando mi cuello con fuerza.
— Eh... ¿ Gracias ? — le di palmaditas en su espalda incómoda, sin saber que más decir.
Riéndose se apartó. Me ayudó a levantarme e ir a ver qué tal estaba la gente.
— Parece que se han instalado bien aquí afuera.
Clark se encogió de hombros y tomó mi mano saliendo de la carpa que nos ocultaba del resto.
— Si algo así, mis amigos dicen que este lugar es mucho mejor que el otro.
— ¿ Tus amigos, eh ? — levanté una ceja — ¿ los mismos que te dejaron solo conmigo?
Con un gesto de asco negó.
— Ellos no, — me guió hacia donde estaban todos sentados junto a una fogata — Tengo otros , los cuales son mucho más geniales.
Sonreí.
— Debes enseñármelos algún día.
— Pues aquí están.
Nos detuvimos en la fogata y todos los presentes agacharon su cabeza en forma de respeto. Levanté mi mano e hice una señal para que siguieran con lo suyo.
— Mi reina , venga a sentarse en su trono. — dijo uno de los soldados.
Negué con la cabeza.
— Hoy me sentaré entre ustedes.
Entonces le pedí a Clark que nos buscará un lugar en los troncos que usaban como asientos aquellas personas, y me senté en donde había espacio, mientras mi amiguito se sentaba con los otros niños.
Sin ser para nada disimulado levantó las manos y me señaló a los que estaban a su alrededor.
Mis amigos artículo con la boca, y yo apreté los labios para no soltar una carcajada.
Algunos por falta de troncos estaban tirados en el suelo y otros ya se habían ido a sus carpas a resguardarse del frío nocturno, pero seguíamos siendo un gran número al rededor de la fogata.
— Le han puesto un apodo. — comentó una chica a mi lado con la voz un poco aguda.
Su cabello era rubio pero la mitad de su cabeza estaba rapada , y la otra mitad tenía su cabello de un lado. Sus ojos verdes oscuros observaban las llamas de la fogata y en su barbilla había una cicatriz que alcanzaba hasta su labio inferior.
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El Secreto De Las Brujas
FantasyUna bruja princesa muy poderosa. Un poder que aún no conoce de dónde proviene. Resentimientos y odio inundan su alma mientras ella lucha por no dejar salir a la luz lo que realmente es. Ella no es la heroína del cuento, ella es la villana. A lo mejo...