El Secreto De Las Brujas

CAPITULO 20

Parte 3

El pasado de Hela Wac

Había un dicho que todos en el reino conocían.

Cuando oigas gritos desgarradores desde las profundidades del castillo rézale a los Dioses por qué la lista de la asesina había sido escrita por una nueva venganza.

Cuando el sol bajaba por completo, los habitantes del reino cerraban sus puertas con varios candados, sus ventanas con conjuros y sus ojos con miedo.

Algunos antes de cenar, se tomaban la mano entre ellos y le pedían a los Dioses que ayudarán a la princesa que había desaparecido por completo del reino , pero qué desde su partida, los llantos de dolor atormentaban cada rincón de las tierras mágicas. Dejando entender que la princesa nunca se fue, ella se encontraba raptada en algún lugar.

La reina por otro lado, observaba cómo las luces del pueblo se iban apagando una tras otra y como al otro lado del reino, algunos habitantes salían de sus tierras.

La reina se enfureció al darse cuenta de que por culpa de su hija, los brujos fieles a su monarca disminuían más y más. Le tomó un momento, pero finalmente se apartó de la gran ventana que daba vista a todo el reino. Delaney miró a su consejero, su mano derecha, y preguntó algo que estuvo rondando por su mente mucho tiempo.

— ¿ Soy buena reina ?

Su mano derecha no se inmutó, es más, parpadeó un par de veces y asintió con sensatez.

— No hay buenos reyes, majestad. — se recostó completamente en su asiento, con los brazos cruzados — Y nunca existirá uno bueno, uno amable, o uno que sea realmente amado. Pero si habrán respetados, lo cual si me permite, en mi opinión, es mejor.

La reina tomó asiento en su escritorio y cogió un libro cualquiera para distraerse.

— Ellos se están yendo de mi reino como si hubiera una peste que podría matarlos.

— Ellos la temen — la corrigió su mano derecha — Volverán en cuanto se den cuenta que no pueden vivir por el bosque como unos salvajes.

La reina negó con la cabeza lentamente.

— Ellos han decidido convertirse en salvajes desde el momento que se fueron de mis tierras. — sentenció.

El consejero no dijo nada al respeto porque tampoco es que le importaba mucho.

— Cambiando de tema, — el hombre suspiró — Los faes se acercan más a tus tierras mi reina.

La mujer levantó la cabeza de pronto y cerró el libro con un fuerte ruido que llenó la habitación.

— Ya es hora, majestad.

— Ella aún no está lista.

La mano derecha de la reina respiró con pesadez. Él sabía que la mujer que se encontraba en su frente era difícil de tratar por lo que debía utilizar toda su paciencia y resistencia.

— Si no nos movemos los faes llegarán próximamente hasta aquí y la matarán — musitó — Ha pasado tiempo desde que Hela fue encerrada y desde entonces le hemos dado diferentes retos y pruebas para que sepa canalizar su magia... Es momento.