Tras la muerte de Gwen Stacy en su batalla contra el Duende Verde, Peter Parker consigue una beca para estudiar en Japón con la esperanza de comenzar de cero. Una nueva vida sin Spiderman y sin poner en peligro a nadie. Ese sueño se desvanece cuando...
Todavía no me domino bien la escritura en japonés, o al menos pensé que esa era la razón por la que la maestra de japonés, Shisuka Hiratsuka, me mandó llamar luego de entregar mi escrito.
-¿Hay algo de lo que quieras hablar? ¿Parker?- me preguntó ella.
No estaba seguro de qué contestar a eso. Mi cara de confusión hizo que la maestra procediera a explicarse.
-Que un alumno demuestre tristeza no es motivo de alarma, pero todo lo que haces desde que llegaste desde Nueva York parece ser aislarte del mundo y tus trabajos escritos tienen tanta melancolía que parecen cartas de suicidio.-
-Es un poco exagerada esa observación, ¿no cree?-
-¿Por qué quisiste venir a Japón es estudiar?-
-Un cambio de aire. Empezar nuevo en un lugar nuevo- esa era la respuesta que les daba a todos cuando me preguntaban porque quería ir a Japón.
-Mira Parker, no soy tu psicóloga pero claramente hay algo más detrás de esa respuesta genérica.
¿Cómo podría explicar a la profesora lo complicado que es renunciar a tu vida de superhéroe?
-No hay más que contar- le miento a la maestra -solo quería alejarme de todo y probar algo nuevo lejos de lo que conocía.-
Ella alza la ceja. Sabe que miento. Las mentiras que solía usar para ocultar mi identidad secreta no me han vuelto un mentiroso hábil.
-Eres demasiado cerrado. ¿Por qué te quieres aislar del mundo?-
Recuerdos se me vienen a la mente. El padre de Gwen me pidió algo parecido: alejarme de su hija. Ella no debía estar cerca de mi, nadie debería estarlo. Gwen, mi tío, mis padres. Todos los que estuvieron cerca a mi terminaron metiéndose en problemas relacionados a mis poderes. Otra razón más para alejarme de tía May.
-No me estoy aislando, solo quiero una vida tranquila- la primera verdad que le diga desde que iniciamos esta conversación.
-Eso dices pero te he estado viendo y a la primera oportunidad de relacionarte con alguna persona te apartas de ella por más tranquila o confiable que sea. Solo te dedicas a estudiar y aunque tengas las mejores notas de tu clase estás totalmente solo.-
Suelto un suspiro.
-¿Estás en algún club?- preguntó.
-No.-
-Acompáñame- dijo mientras se pone de pie.
La seguí por unos minutos en silencio hasta llegar a un salón bastante lejano, ni siquiera tenía un número en su puerta, ni había estado allí antes.
La profesora abrió la puerta sin golpear. El salón era como cualquier otro pero sin sillas, excepto por una que estaba ocupada por una chica leyendo. Su cabello negro era bastante largo, contrastaba con la luz brillante que entraba por la ventana al otro lado de ella. No estoy seguro de quién se trate, hace poco que llegué aquí.
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