Tras la muerte de Gwen Stacy en su batalla contra el Duende Verde, Peter Parker consigue una beca para estudiar en Japón con la esperanza de comenzar de cero. Una nueva vida sin Spiderman y sin poner en peligro a nadie. Ese sueño se desvanece cuando...
Mi departamento japonés era tranquilo, más tranquilo que el de Nueva York. Ahora que ya no estaba en clases podía echarme a descansar sin preocuparme de estar salvando a la cuidad. Estos momentos de descanso y relajación total era escasos para mi. Me pasé varias horas del día echado en cama durmiendo para bajar el estrés de mi nueva vida donde fallaba en deshacerme de Spiderman.
Desperté cuando ya estaba empezando a anochecer. Me levanté de la cama buscando algo que hacer, supe que si seguía durmiendo luego no podría dormir cuando ya sea de noche. Me asomé por la ventana para mirar la calle. Vi personas llevando fuegos artificiales. Entonces recordé que había oído hablar a unos vecinos el día anterior que fui a sacar la basura sobre un festival de fuegos artificiales. Aquello sonaba divertido. Averigüé por internet dónde sería, y luego cambiarme de ropa salí de mi departamento en dirección al metro para tomar un tren. Desde la salida de mi departamento hasta mi llegada al tren vi muchas mujeres llevando ropa tradicional de japonesa. No sabía que la gente fuera así a los festivales. Japón es realmente una tierra de tradiciones.
Esperé a la llegada del tren. Cuando llegó las puertas estaban justo frente a mi. Al abrirse pude verla. Estaba allí vestida con ropa japonesa y usando sandalias de madera. Era Yui.
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-¿Parker?- exclamó en cuanto me vio.
-Hola Yui- la saludé mientras entraba al tren -¿También estás yendo al festival?-
-Sí. Pensaba ir con mi madre pero tenía cosas que hacer.-
-Vaya, esa ropa te queda bien. Jamás te había visto con algo así.-
-Eeeeh... gracias Parker- se sonrojó un poco.
-Esperaba aprovechar el festival para distraerme un poco, tal vez también pueda aprender algo de las costumbres japonesas. Este país todavía es nuevo para mi.-
-Bueno, te puedo servir de guía si lo deseas.-
-Gracias Yui.-
Luego de varios minutos bajamos del tren y caminamos una cuadra más hasta que por fin llegamos. Ya había oscurecido. Las luces de los puestos de comida, juegos y faroles colgados alumbraban todo abundantemente sin dejar nada en oscuridad. La mayoría de las mujeres venían con ropa japonesa como la de Yui. Niños corrían de un lado a otro riendo. Parejas tomadas de la mano. Por fin, un ambiente tranquilo donde puedo relajarme y bajar el estrés.
-¿Por dónde te gustaría ir primero?- me preguntó Yui.
-Algo para comer suena bien. ¿En Japón también tienen algodón de azúcar y esas cosas?-
-Que Japón sea una tierra de tradiciones no significa que no tengamos comida de ferias- me respondió Yui con seriedad.
-Ups. Lo siento, no quise decirles anticuados- me disculpé.
Compramos manzanas dulces para los dos y luego Yui me mostró un juego que no había visto antes. Se trataba de pagar por tirar una cuerda de un montón. Todas las cuerdas estaban atadas a un premio. Tenía que adivinar cual cuerda me daría el premio mayor. Me dio curiosidad saber si mi sentido arácnido me serviría para esto. No tuve esa sensación de inquietud por todo mi cuerpo, pero cuando pasé mis dedos por una de las cuerdas sentí algo parecido a una pequeña cosquilla en mi mano. Tiré de ella y para mi sorpresa salió un oso de peluche tamaño grande.
