Capítulo 47. CO-ME.

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-¡Ya estoy en casa! -gritó Bruno desde la puerta.-

Se quitó los zapatos en la entrada, colgó el abrigo en el perchero y entró por el largo pasillo hasta el salón. Un vez allí, me vió tirado en el sofá haciendo el vago y yo lo miré de mala gana.

-Ah, hola. -dije secamente.-

-¿Todavía estas enfadado? -preguntó sentándose en el sofá junto a mí.-

Apoyó su mano en mi muslo y yo lo aparté, al igual que mi mirada. Luego él suspiró.

-Eric, no es mi culpa que no puedas ir a trabajar, lo ha dicho el médico.

-¿Qué sabrá ese hombre de mí? ¿Es que no ve que estoy estupendamente?

-Tu alergia sí que está "estupendamente". Mira, sé que te duele no poder trabajar en el refugio, pero entiende que es por tu salud. Además, el trabajo puedes seguir haciéndolo desde casa.

-No me gusta trabajar desde casa, me aburro y estoy sólo.

-Lo sé, por eso últimamente estoy intentando salir un poco antes de tiempo.

Yo me crucé de brazos y le dí la espalda.

-Míralo por el lado bueno, al menos ahora tienes más tiempo libre para aprender cosas nuevas. -insistió.-

-¿Cosas nuevas? ¿cómo qué? -pregunté molesto.-

-Como...¡cocinar! Sí, la verdad es que sería bastante útil que aprendieras cocinar.

-¿Útil?

-Claro, ¿sabes lo feliz que me haría llegar de trabajar todas las noches y que la cena estuviera hecha?

-¿Eso te haría feliz? -pregunté girándome lentamente y suavizando mi expresión.-

-Muchísimo. -respondió alegre.-

-Bueno, puede que...a lo mejor...lo intente.

Y así fue como empezó mi nuevo pasatiempo. Al día siguiente Bruno me compró tres libros (enormes) de recetas, uno de comida típica de aquí, otro de comida italiana y otro de comida japonesa. Desde entonces, mientras él trabajaba yo miraba y tomaba apuntes de programas de cocina, estudiaba los libros de recetas y me aprendía los nombres de los utensilios, pero sin llegar nunca a la práctica. Durante todo ese largo y duro mes, Bruno y yo salíamos a cenar fuera, a distintos restaurantes con distintos tipos de comida. Hasta que llegó el día, ese día en el que Bruno trabajaba desde las once de la mañana hasta las ocho y media de la noche y para el que yo llevaba preparándome todo este tiempo. Ese día yo ya había terminado el papeleo que tenía que hacer y tenía toda la tarde libre así que, por fin podría cocinar. Por la mañana salí a comprar los ingredientes, a mediodía lo preparé todo y por la tarde me puse manos a la obra. Y el plato que había escogido para la ocasión era el Salmón con salsa de champiñones.

Pasaron cuatro horas y media de duro trabajo y dedicación, hasta que por fin...

-¡Ya estoy en casa!

Yo me quité el delantal rápidamente y corrí hasta la puerta.

-¡Bienvenido! -dije sonriente.- ¿Qué tal el día?

-Pues bien, gracias -respondió mirándome extrañado mientras colgaba su chaqueta y se quitaba los zapatos.- Por cierto, ¿has visto mi móvil? No lo encuentro por ninguna parte.

-¿Has mirado en la chaqueta que te pusiste ayer?

Entonces, Bruno caminó rápidamente hasta la habitación, abrió el armario y comenzó a rebuscar en los bolsillos de la chaqueta que le dije.

-¡Aquí está! -exclamó.-

-¿Ves?

-Ah...que alivio. -Entonces se quedó inmóvil al sentirme cerca de su nuca.- ¿qué haces?

-Vaya, pero si estás todo sudado. -dije mirando fijamente la parte de atrás de su cuello.-

-¿Y qué esperabas después de tantas horas de trabajo?

-Deberías ir a darte un baño en lo que preparo la mesa.

Bruno me miró extrañado, pero atraído por mi idea, me hizo caso y en seguida se fue a duchar. Mientras él hacía esto, yo preparé la mesa entusiasmado. Coloqué un mantel nuevo que compré para la situación, saqué la vajilla nueva, junto con dos preciosas copas de cristal y puse una vela en medio. Pocos minutos después, Bruno salió del baño con una camiseta blanca, un chándal azul y una toalla al cuello, vino al salón y se sentó en la mesa.

-Mmm... qué bien huele. ¿qué has cocinado? -preguntó curioso.-

-Es una sorpresa. -respondí entrando en el salón con la bandeja tapada que contenía mi plato especial.-

La coloqué en la mesa y me senté mientras Bruno servía el vino. Una vez estaba todo listo, Bruno hizo un redoble de tambores y yo con cuidado pero rápidamente destapé mi creación.

Bueno, he de admitir que mi salmón no tenía la mejor pinta del mundo, pero en el fondo sabía que estaba bueno. Le serví a Bruno y luego a mí. Y comencé a mirarlo impacientemente, esperando a que lo probara, pero cuando iba a llevarse el primer bocado a la boca, se detuvo y miró mis manos.

-¿Pero qué te has hecho? -preguntó preocupado.-

Tenía las dos manos llenas de quemaduras y cortes por cocinar, pero no sentía dolor alguno.

-Eres un desastre. No se te puede dejar solo, mira como tienes las manos. Vamos a curarte, anda.

-Primero come.

-No, primero hay qu...

-CO-ME. -dije atravesándolo con la mirada.-

-Vale, vale.

Y entonces, por fin, se llevó el primer trozo a la boca. Aún recuerdo el escalofrío que recorrió mi cuerpo al ver sus labios curvarse en una sonrisa de satisfacción.

-¿Y bien? -pregunté desesperado.-

-Está increíble.

-¡Bien! -exclamé feliz.- La próxima vez trabajaré más en la presentación. Ya tengo ganas de que llegue mañana para volver a cocinar.

-Me da que te lo estas tomando demasiado en serio.

-¡Para nada! -grité amenazante.-

-Está bien, está bien. -respondió Bruno riendo.-

Estoy seguro de que os estaréis preguntando el porqué de mi repentina obsesión por la cocina, bueno, la respuesta es sencilla. Fue por las palabras de Bruno. Sí, sé que es una tontería pero, por una vez, quería ser yo el que lo hiciera sonreír a él y no al revés como siempre.

Ambos tomamos las copas de vino e hicimos un brindis.

-Por tu nueva habilidad. -dijo Bruno.-

Chocamos las copas y bebimos felices.

Porque, a su lado me he dado cuenta de que la única forma de que yo sea feliz, es que él también lo sea.


¡Konbanwa, mis pequeñines!

Bueno, en el día de hoy quería hacerles una preguntita a la que pido sinceridad 100% ¿vale?

¿Qué le parece que esta novela sea tan larga?

Porque aviso desde ya que va pa' rato y además con segunda temporada. (A lo mejor me estoy pasando-_-)
Eso sí, intentaré que la segunda temporada sea más breve. Repito "intentaré". Es que esta historia es muy compleja y no sé, tengo arrebatos de imaginación que me hacen improvisar algún que otro capítulo de vez en cuando...¡Y es que no puedo reprimir mi imaginación!
Por favor, díganme si se les hace mucho la historia y la resumo.

Por favor, esto es importante para mí, necesito saber si quieren que siga como voy o que recorte cosas.

Pues eso era todo, un bezaso con mucha saliva.♡

Oyasumi nasaaaaai☆

¡No te dejes llevar!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora